Primera Lectura. Ezequiel 24,15-23.
Muerte de la esposa. (Jr 16)
15Me dirigió la palabra el Señor:
16-Hijo de Adán,
voy a arrebatarte repentinamente
el encanto de tus ojos;
no llores ni hagas duelo ni derrames lágrimas;
17laméntate en silencio
como un muerto, sin hacer duelo;
líate el turante y cálzate las sandalias;
no te emboces la cara
ni comas el pan del duelo.
18Por la mañana yo hablaba a la gente, por la tarde se murió mi mujer y a la mañana siguiente hice lo que se me había mandado.
19Entonces me dijo la gente: ¿quieres explicarnos qué nos anuncia lo que estás haciendo?
20Les respondí: Me dirigió la palabra el Señor:
21Dile a la casa de Israel: Esto dice el Señor:
Mira, voy a profanar mi santuario,
vuestro soberbio baluarte,
el encanto de vuestros ojos,
el tesoro de vuestras almas.
Los hijos e hijas que dejasteis caerán a espada.
22Entonces haréis lo que yo he hecho:
no os embozéis la cara
ni comeréis el pan del duelo;
23seguiréís con el turbante en la cabeza
y las sandalias en los pies,
no lloraréis ni haréis duelo;
os consumiréis por vuestra culpa
y os lamentaréis unos con otros.
Explicación.
24,15-23 Esta sección combina dos temas relacionados con la caída de la capital: la muerte de la esposa del profeta y la mudez.
El profeta no sólo cumple su misión con la boca, sino que puede hacerlo con su vida. Situaciones comunes en otros hombres suben al nivel del oráculo cuando las toma Dios para comunicar su mensaje. No es una pantomima que el profeta representa, sino su propia vida ofrecida en espectáculo que grita. Su vida cobra nuevo sentido y la palabra gana intensidad.
24,16 "El encanto de los ojos": Lam 2,4 aplica la expresión a los soldados.
24,17 Gestos rituales que expresan y desahogan el dolor: Jr 16,5-7.
24,19 La conducta de Ezequiel es extraña y provocativa, despierta estupor y curiosidad.
24,21 El triple predicado exalta la fuerza protectora, la belleza artística y el valor espiritual del templo. El Señor mismo lo profana, es decir, lo priva del carácter sagrado. Véase Lam 2,6-8.
Salmo. Deuteronomio 32,18-21.
18¡Despreciaste a la Roca
que te engendró,
y olvidaste al Dios
que te dio a luz!
19 Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas,
20pensando: "Les esconderé
mi rostro,
y veré en qué acaban,
porque son
una generación depravada,
unos hijos desleales:
21ellos me han dado celos
con un dios ilusorio,
me han irritado
con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos
con un pueblo ilusorio,
los irritaré
con una nación fatua.
Explicación.
32,18 Pecado radical contra el primer mandamiento. Como el Señor exige una dedicación exclusiva, se pone celoso cuando le arriman rivales. Hay que notar la segunda persona en los v.15 y 18. Dioses extraños: como en Jr 2,25; 3,13; Is 43,12; 44,19. De cerca, del mismo territorio (Jos 24,15). Demonios es nombre raro, compartido con Sal 106,37.
32,19 El amor provoca los celos, los celos se transforman en cólera, la cólera se desfoga hiriendo.
32,20-21 Comienza el monólogo en forma de sentencia judicial: declaración del delito y anuncio de la pena, con correspondencia entre ambos, en una especie de ley del talión expresada con palabras repetidas o aliteradas. Otros monólogos de Dios: Jr 31, 18-20; Os 11,8-9.
Evangelio. Mateo 19,16-22.
16 En esto se le acercó uno y le preguntó:
- Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para conseguir vida definitiva?
17 Jesús le contestó:
- ¿Por qué me preguntas por lo bueno? El Bueno es uno solo; y si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos.
18 Él le preguntó:
- ¿Cuáles?
Jesús le contestó:
- "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
19 sustenta a tu Padre y a tu madre y ama a tu prójimo como a ti mismo" (Éx 20,12-16).
20 El jovencito le dijo:
- Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?
21 Jesús le declaró:
- Si quieres ser un hombre logrado, vete a vender lo que tienes y dáselo a los pobres, que tendrás en Dios tu riqueza; y, anda, sígueme a mí.
22 Al oír aquello, el jovencito se fue entristecido, pues tenía muchas posesiones.
Explicación.
No se precisa al principio la condición de la persona (16). Jesús lo corrige: la vida definitiva no se obtiene por relación con un código (¿qué tengo que hacer de bueno?), sino con una persona (el Bueno; 17). Sólo los mandamientos que tocan al prójimo (Éx 20,12-16; Dt 5,16-20; 24,14): la relación con los hombres determina la relación con Dios (18s). Se caracteriza al individuo como un jovencito (= inmaduro), su observancia no le da la madurez humana. Un hombre logrado (21), gr. teleios, llegado al final, al término; en oposición a "jovencito", el hombre adulto,maduro (cf. 14,21; 15,38). Jesús le ofrece el pleno desarrollo, imposible bajo el régimen de la Ley (cf. Gál 3,24; 4,1-5). Condición para el seguimiento, la opción por la pobreza (5,3; 6,24; 16,24). No acepta; "el jovencito" se marcha en su misma condición, incapaz de llegar a la madurez. Seducción de las riquezas (13,22) (22).
Muerte de la esposa. (Jr 16)
15Me dirigió la palabra el Señor:
16-Hijo de Adán,
voy a arrebatarte repentinamente
el encanto de tus ojos;
no llores ni hagas duelo ni derrames lágrimas;
17laméntate en silencio
como un muerto, sin hacer duelo;
líate el turante y cálzate las sandalias;
no te emboces la cara
ni comas el pan del duelo.
18Por la mañana yo hablaba a la gente, por la tarde se murió mi mujer y a la mañana siguiente hice lo que se me había mandado.
19Entonces me dijo la gente: ¿quieres explicarnos qué nos anuncia lo que estás haciendo?
20Les respondí: Me dirigió la palabra el Señor:
21Dile a la casa de Israel: Esto dice el Señor:
Mira, voy a profanar mi santuario,
vuestro soberbio baluarte,
el encanto de vuestros ojos,
el tesoro de vuestras almas.
Los hijos e hijas que dejasteis caerán a espada.
22Entonces haréis lo que yo he hecho:
no os embozéis la cara
ni comeréis el pan del duelo;
23seguiréís con el turbante en la cabeza
y las sandalias en los pies,
no lloraréis ni haréis duelo;
os consumiréis por vuestra culpa
y os lamentaréis unos con otros.
Explicación.
24,15-23 Esta sección combina dos temas relacionados con la caída de la capital: la muerte de la esposa del profeta y la mudez.
El profeta no sólo cumple su misión con la boca, sino que puede hacerlo con su vida. Situaciones comunes en otros hombres suben al nivel del oráculo cuando las toma Dios para comunicar su mensaje. No es una pantomima que el profeta representa, sino su propia vida ofrecida en espectáculo que grita. Su vida cobra nuevo sentido y la palabra gana intensidad.
24,16 "El encanto de los ojos": Lam 2,4 aplica la expresión a los soldados.
24,17 Gestos rituales que expresan y desahogan el dolor: Jr 16,5-7.
24,19 La conducta de Ezequiel es extraña y provocativa, despierta estupor y curiosidad.
24,21 El triple predicado exalta la fuerza protectora, la belleza artística y el valor espiritual del templo. El Señor mismo lo profana, es decir, lo priva del carácter sagrado. Véase Lam 2,6-8.
Salmo. Deuteronomio 32,18-21.
18¡Despreciaste a la Roca
que te engendró,
y olvidaste al Dios
que te dio a luz!
19 Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas,
20pensando: "Les esconderé
mi rostro,
y veré en qué acaban,
porque son
una generación depravada,
unos hijos desleales:
21ellos me han dado celos
con un dios ilusorio,
me han irritado
con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos
con un pueblo ilusorio,
los irritaré
con una nación fatua.
Explicación.
32,18 Pecado radical contra el primer mandamiento. Como el Señor exige una dedicación exclusiva, se pone celoso cuando le arriman rivales. Hay que notar la segunda persona en los v.15 y 18. Dioses extraños: como en Jr 2,25; 3,13; Is 43,12; 44,19. De cerca, del mismo territorio (Jos 24,15). Demonios es nombre raro, compartido con Sal 106,37.
32,19 El amor provoca los celos, los celos se transforman en cólera, la cólera se desfoga hiriendo.
32,20-21 Comienza el monólogo en forma de sentencia judicial: declaración del delito y anuncio de la pena, con correspondencia entre ambos, en una especie de ley del talión expresada con palabras repetidas o aliteradas. Otros monólogos de Dios: Jr 31, 18-20; Os 11,8-9.
Evangelio. Mateo 19,16-22.
16 En esto se le acercó uno y le preguntó:
- Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para conseguir vida definitiva?
17 Jesús le contestó:
- ¿Por qué me preguntas por lo bueno? El Bueno es uno solo; y si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos.
18 Él le preguntó:
- ¿Cuáles?
Jesús le contestó:
- "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
19 sustenta a tu Padre y a tu madre y ama a tu prójimo como a ti mismo" (Éx 20,12-16).
20 El jovencito le dijo:
- Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?
21 Jesús le declaró:
- Si quieres ser un hombre logrado, vete a vender lo que tienes y dáselo a los pobres, que tendrás en Dios tu riqueza; y, anda, sígueme a mí.
22 Al oír aquello, el jovencito se fue entristecido, pues tenía muchas posesiones.
Explicación.
No se precisa al principio la condición de la persona (16). Jesús lo corrige: la vida definitiva no se obtiene por relación con un código (¿qué tengo que hacer de bueno?), sino con una persona (el Bueno; 17). Sólo los mandamientos que tocan al prójimo (Éx 20,12-16; Dt 5,16-20; 24,14): la relación con los hombres determina la relación con Dios (18s). Se caracteriza al individuo como un jovencito (= inmaduro), su observancia no le da la madurez humana. Un hombre logrado (21), gr. teleios, llegado al final, al término; en oposición a "jovencito", el hombre adulto,maduro (cf. 14,21; 15,38). Jesús le ofrece el pleno desarrollo, imposible bajo el régimen de la Ley (cf. Gál 3,24; 4,1-5). Condición para el seguimiento, la opción por la pobreza (5,3; 6,24; 16,24). No acepta; "el jovencito" se marcha en su misma condición, incapaz de llegar a la madurez. Seducción de las riquezas (13,22) (22).
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