domingo, 3 de agosto de 2014

LECTURAS DEL DOMINGO 3 DE AGOSTO DEL AÑO 2014.

Primera Lectura. Isaías 55,1-3.

1¡Atención, sedientos!, acudid por agua,
también los que no tenéis dinero;
venid, comprad trigo, comed sin pagar,
vino y leche de balde.
2¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta?,
¿y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.
3Prestad oído, venid a mí, escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua,
la promesa que aseguré a David:

Explicación.

55,1-3a El heraldo adopta el estilo de un pregonero ambulante (cfr. Prov 1,20; 8,1),  que ofrece de balde una mercandía abundante y excelente: agua y pan del primer éxodo, leche de la tierra prometida, vino del banquete, enjundia del sacrificio de comunión (Sal 63,6; 65,12). Y la vida prometida en Dt.

Salmo. 145,8-9.15-18.

8EI Señor es clemente y compasivo,
paciente y misericordioso.
9EI Señor es bueno con todos,
se compadece de todas sus creaturas. 
15Los ojos de todos te están aguardando:
tú les das la comida a su tiempo;
16tú abres la mano y sacias
de favores a todo viviente.
17EI Señor es justo en todos sus caminos,
es leal con todas sus creaturas.
18Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.  
Explicación.
145,8 Gon leve variante repite la fórmula litúrgica tradicional, cuyo lugar clásico es Ex 34,6.
145,9 Todo cuanto Dios ha creado es objeto de su bondad y digno de su compasión o cariño: léase Sab 11,24. 
145,15 Inspirado en Sal 104,27; el participio como en el final del salmo 136.
145,16 "Favores" si se refiere a Dios; deseo o gusto si se refiere a los vivientes.
14§,17 Et ámbito jurídico pertenece también a la realeza. Como soberano, es leal con sus criaturas porque, al hacerlas, se compromete con ellas.
145,18 Sobre el dios lejano y cercano véanse Sal 22,2-12; Is 55,6. Invocado se hace cercano; para la invocación ha revelado su nombre. 
Trasposición cristiana.
Puesto en boca de Cristo y de la Iglesia, enriquece el sentido de los predicados que el Hijo tributa al Padre y la Iglesia dedica a su rey, Jesucristo. 
  Evangelio. Mateo 14,13-21.
13 Al enterarse Jesús, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Las multitudes lo supieron y lo siguieron por tierra desde las ciudades.
14 Al desembarcar vio Jesús una gran multitud, se conmovió y se puso a curar a los enfermos.
15 Caída la tarde se acercaron los discípulos a decirle:
                  - Estamos en despoblado y ya ha pasado la hora; despide a las multitudes, que vayan a las aldeas y se compren comida.
                 16 Jesús les contestó:
                 - No necesitan ir; dadles vosotros de comer.
                 17 Ellos le replicaron:
                 - ¡Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces!
                 18 Les dijo:
                 - Traédmelos.
                 19 Mandó a las multitudes que se recostaran en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos a su vez se los dieron a las multitudes.
20 Comieron todos hasta quedar saciados y recogieron los trozos sobrantes: doce cestos llenos.
21 Los que comieron eran hombres adultos, unos cinco mil, sin mujeres ni niños.
Explicación.
Jesús no enseña a las multitudes, ciegas y sordas para el mensaje (13,14s), pero les demuestra su amor (curaciones). Los discípulos, insolidarios (15); comprar, someterse a las leyes económicas de la sociedad que los ha mantenido en la miseria. Jesús opone dar (16), los discípulos han de compartir con la gente. Cinco más dos = siete, totalidad del alimento disponible. Recostarse (19), la postura de los hombres libres. La bendición desvincula el pan de sus poseedores humanos para considerarlo don de Dios; repartir el alimento, continuar la generosidad divina. Se saciaron (cf. 5,6; liberación de los oprimidos). Doce cestos de sobras: compartiendo, se saciaría el hambre de Israel. Éxodo del Mesías. No solución milagrosa (4,3s), sino solidaridad. La escena prepara la eucaristía: el pan expresa el don de sí mismo. Ésta es la opción por la pobreza (5,3).

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