PRIMERA LECTURA. Sabiduría 18,6-9.
6Aquella noche se les anunció de antemano a nuestros padres
para que tuvieran ánimo, al conocer con certeza
la promesa de que se fiaban.
7Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes
y la perdición de los enemigos,
8pues con una misma acción castigabas a los adversarios
y nos honrabas llamándonos a ti.
9Los piadosos herederos de las bendiciones
ofrecían sacrificios a escondidas
y, de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada:
que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes,
y empezaron a entonar los himnos tradicionales.
Explicación.
18,6 "Aquella noche" es fórmula consagrada en el recuerdo israelítico (hallayla hazze). Es una noche definida, por la liturgia con su compromiso, por la acción de la palabra vengadora. Es una noche que inaugura futuro, que lo adelanta en el festejo y en los himnos.
18,7-8 Es el paso ambivalente, castigo y protección, ya registrado en Ex 12,12-13.
18,9 El homenaje a Dios y el vínculo con la comunidad van unidos. "Solidarios": la frase podría tener valor de amonestación a los judíos infieles coetáneos del autor.
SALMO. 33,1.12.18-22.
1 Alabad, justos, al Señor,
que la alabanza es cosa de hombres rectos.
12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que se escogió como heredad.
18 Mira: el ojo del Señor sobre sus fieles,
que esperan en su misericordia,
19 para librar su vida de la muerte
y mantenerlos en tiempo de hambre.
20 Nosotros aguardamos al Señor
que es nuestro auxilio y escudo;
21 lo festeja nuestro corazón
y en su santo nombre confiamos.
22 Que tu misericordia nos acompañe,
Señor, como lo esperamos de ti.
Explicación.
33,1-3 y 20-22 Forman el marco. De alguna manera el comienzo mira al pasado para cantarlo, el final queda a la expectativa del futuro. Los invitados son al principio los hombres rectos y honrados, no toda la comunidad. Al final entra la primera persona, como respondiendo a la invitación inicial, o como impresionados por el contenido del himno. Un "canto nuevo" puede sugerir la ocasión nueva o el tema o la melodía; la fórmula se vuelve convencional: Sal 40,4; 96,1; 144,9; 149,1.
33,12 La elección es única, exclusiva, iniciativa de Dios sin mención de méritos. También esta decisión es justa: cfr. Dt 33,29.
33,18-19 El destino del pueblo escogido es un sistema de contrastes. A la derrota militar no se opone la victoria militar de Israel, sino la intervención del Señor. A la mirada universal escrutadora, la mirada protectora. Todo lo domina la "misericordia", que alcanza el límite último de la vida y la muerte.
33,19 También el rey de Israel puede fracasar en sus planes, si ésos no respetan el designio del Señor. En tiempo de guerra y en tiempo de hambre lo importante es "confiar" en el Señor, cuyo "designio" es "conservar la vida": Gn 50,20. Por eso al final del salmo se impone la "esperanza" y "confianza" enla "misericordia" del Señor.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.
SEGUNDA LECTURA. Hebreos 11,1-2.8-19. o 11,1-2.8-12.
1Es la fe anticipo de lo que se espera, prueba de realidades que no se ven.
2Por ella declaró Dios su aprobación a los antiguos.
8Por la fe respondió Abrahán al llamamiento de salir para la tierra que iba a recibir en herencia, y salió sin saber adónde iba. 9Por la fe emigró a la tierra prometida como un extranjero, habitando en tiendas con Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa. 10Esperaba la ciudad con cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11Por la fe recibió vigor para fundar una descendencia con Sara, aunque le había pasado la edad, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. 12Así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como los astros del cielo y como la arena incontable de la orilla del mar.
13Con fe murieron todos éstos, sin recibir lo prometido, nada más viéndolo y saludándolo de lejos y confesando ser extranjeros y peregrinos en la tierra. 14Hablando así demostraban que buscaban una patria, 15pues, si es que añoraban la patria que habían dejado, estaban a tiempo de volver; 16suspiraban, por tanto, por una patria mejor, es decir, por la celeste. Y como Dios les había preparado una ciudad, no tienen reparo en que lo llamen su Dios.
17Por la fe, Abrahán, pueso a prueba, ofreció a Isaac, y era su hijo único lo que ofrecía el depositario de la promesa, 18después que le habían dicho: "Isaac continuará tu descendencia" (Gn 21,12), 19estimando que Dios tiene poder hasta para levantar de la muerte; así, aun exponiéndolo a la muerte, lo recobró.
Explicación.
Objetivo del sermón es avivar una fe cansada, vacía de esperanza (3,6.12-14), que vuelve a lo rudimentario (5,11-6,3); la fe sin brío (6,11s), cobarde e inconstante (10,35-39). De ahí el contenido de esta parte. La fe que ejemplifica el autor tiene muchas facetas, pero globalmente es una persuasión y una certeza que permite ver más allá de las circunstancias inmediatas (cf. 10,32-34), haciendo que el hombre pueda desafiarlas, en vista de la meta futura (11,1).
El autor pasa revista a los grandes personajes del AT, mostrando que el motor y sostén de su vida fue la fe en la promesa, la esperanza del futuro que Dios promete, de la ciudad que Dios mismo construye (11,10.16). Abel (4); Henoc (5), cf. Gn 5,24; Noé (7); Abrahán (8-12), cf. Gn 22,17 (12). Los cristianos son aquí extranjeros y exiliados (13), siempre dispuestos, como Abrahán, a salir para una tierra desconocida (8); no hay instalación fija ni morada definitiva, sino ciudad futura (9-10).
Quien se niega a ir adelante se separa del pueblo de Dios en marcha. La comunidad cristiana, pueblo de Dios, ha de estar continuamente preparada a levantar las tiendas y emprender el camino, dejando atrás un pasado que pudo ser glorioso, para embarcarse en un futuro incierto (14-16).
La fe de Abrahán fue más fuerte que la certeza de perder a su hijo, del que dependía su descendencia, cf. Gn 21,12 (17-19).
EVANGELIO. Lucas 12,32-48 o 12,35-40.
32 No temas, rebaño pequeño, que es decisión de vuestro Padre reinar de hecho entre vosotros.
33 Vended vuestros bienes y dadlo en limosna; haceos bolsas que no se estropeen, una riqueza inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni echa a perder la polilla.
34 Porque donde tengáis vuestra riqueza tendréis el corazón.
35 Tened el delantal puesto y encendidos los candiles;
36 pareceos a los que aguardan a que su Señor vuelva de la boda, para, cuando llegue, abrirle en cuanto llame.
37 ¡Dichosos esos siervos si el señor al llegar los encuentra despiertos! Os aseguro que él se pondrá el delantal, los hará recostarse y les irá sirviendo uno a uno.
38 Si llega entrada la noche o incluso de madrugada y los encuentra así, ¡dichosos ellos!
39 Esto ya lo comprendéis, que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no le dejaría abrir un boquete en su casa.
40 Estad también vosotros preparados, pues, cuando menos lo penséis, llegará el Hombre.
41 Pedro le preguntó:
- Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos en general?
42 El Señor prosiguió:
- Conque, ¿dónde está ese administrador fiel y sensato a quien el señor va a encargar de su servidumbre para que les reparta la ración a su debido tiempo?
43 ¡Dichoso ese siervo si el amo al llegar lo encuentra cumpliendo con su encargo!
44 Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes.
45 Pero si ese siervo se dice: "Mi señor tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse,
46 el día que menos se lo espera y a la hora que no ha previsto llegará el señor de ese siervo y cortará con él, asignándole la suerte de los infieles.
47 El siervo ese que, conociendo el deseo de su señor, no prepara las cosas o no las hace como su señor desea, recibirá muchos palos;
48 en cambio, el que no lo conoce, pero hace algo que merece palos, recibirá pocos. Al que mucho se le ha dado, mucho se le exigirá; al que mucho se le ha confiado, más se le pedirá.
EXPLICACIÓN.
No temáis (32): previene contra el miedo a la inseguridad; confianza en el Padre. Renunciando a la seguridad de la riqueza se experimenta la que da el tener a Dios por rey (riqueza en el cielo) (33); ésta es la bolsa que asegura el sustento (cf. 10,4). Importancia de esta decisión: de ella depende que la vida esté o no centrada en lo esencial. Quien confía en la riqueza está lejos de Dios (34).
Estimula el sentido de responsabilidad de los suyos recordándoles los momentos de encuentro con él. El vocabulario y los usos culturales (37: siervos; 38: división de la noche en tres partes) muestra que la exhortación se dirige a los discípulos de procedencia judía (los Doce). Disposición ininterrumpida al servicio (35). La boda (36), el Reino definitivo: desde él Jesús viene a visitar a su comunidad. El encuentro se verifica en común en la eucaristía y, para cada uno en particular, en el momento de la persecución y de la muerte. En cada momento la comunidad tiene que estar preparada para recibir al Señor. No viene para juzgar, sino para servir a los suyos, que, a su vez, deberán servir a otros (22,26s) (37s). Si para evitar un robo se está en vela, mucho más para el encuentro con el Señor (39). Nadie sabe el momento (40). Mantenerse despiertos, preparados (37.40), estar en actitud de servicio (cf. vv. 42s).
El Señor (tiempo pospascual) que viene del banquete definitivo (la eucaristía), realizando la petición del Padrenuestro: "Nuestro pan del mañana dánoslo cada día" (11,3). Celebrar la eucaristía exige una vida dedicada a los demás; este compromiso se ratifica en el encuentro con el Señor. El encuentro final será con el Hombre (40) y coronará los encuentros que se han ido teniendo durante la vida.
Pedro distingue entre los discípulos/los Doce (nosotros, cf. 9,49) y el otro grupo los discṕulos (los Setenta), esperando posiblemente que su grupo resulte privilegiado (41).
La respuesta de Jesús es genética; la figura del administrador se aplica a todos y cada uno de los que lo siguen. Cada uno de los miembros de su comunidad, cualquiera que sea su procedencia, ha de estar al servicio de los otros y prestar ayuda para que en la comunidad no falte nada (42); el que haga esto, como lo hace Jesús (cf. v.37), llega al nivel de su Señor (cf. 6,40). Autoritarismo, egoísmo (cf, 22,25s) (45s).
Es de notar la dureza del lenguaje de Jesús con el grupo de discípulos procedentes del judaísmo. A la falta de libertad interna que aún padecen por no haber renunciado a la ideología autoritaria judía, corresponde un lenguaje propio de esclavos (siervos, vapuleo; cf. 12,4: "mis amigos", modo de hablar espontáneo de Jesús). Responsabilidad según los dones recibidos (47s).
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