jueves, 13 de septiembre de 2018

LECTURAS DEL JUEVES 13 DE SEPTIEMBRE DEL AÑO 2018

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

Primera Lectura: I Corintios 8, 1b-7. 11-13

1b"todos tenemos conocimiento", ya lo sabemos. (El conocimiento engríe, lo constructivo es el amor). 2Quien se figure haber terminado de conocer algo, aún no ha empezado a conocer como es debido. 3En cambio, al que ama a Dios, Dios lo reconoce.
             4Esto supuesto, en lo de comer carne de los sacrificios sabemos que en el mundo un ídolo no representa nada y que nadie es Dios más que uno; 5pues aunque hay los llamados dioses, ya sea en el cielo, ya en la tierra -y de hecho hay numerosos dioses y numerosos señores-, 6para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede el universo y a quien estamos destinados nosotros, y un sólo Señor, Jesús Mesías, por quien existe el universo y por quien existimos nosotros.
             7Sin embargo, no es de todos ese conocimiento: algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, comen pensando que la carne está consagrada al ídolo, y su conciencia, por estar insegura, se mancha.
11Es decir, que por tu conocimiento irá al desastre el inseguro, un hermano por quien el Mesías murió.
          12Al pecar de esa manera contra los hermanos, haciendo daño a su conciencia insegura, pecáis contra Cristo. 13Por esa razón, si un alimento pone en peligro a un hermano mío, nunca volveré a probar la carne, para no poner en peligro a mi hermano.

EXPLICACIÓN.

           El problema debía de ser común en Corinto, pues en las carnicerías se vendía la carne de animales sacrificados que no había sido utilizada en los templos; otras veces, el oferente invitaba a sus amigos a consumir, en un banquete celebrado en el templo, la carne sobrante del sacrificio. Al cristiano no le basta ser consciente e la propia libertad ha de saber utilizarla como vehículo del amor (1-3).

            La cuestión en sí misma es un falso problema, pues los ídolos no son nada y los sacrificios ofrecidos a ellos no cambian en nada el alimento. Podía, sin embargo, crear problema a los cristianos de tradición judía e incluso a paganos recientemente convertidos, que no se habían emancipado del todo de las creencias anteriores (4-7).

           Lo que uno come o deja de comer no tiene nada que ver con Dios; el cristiano es libre, pero su libertad debe ir guiada por el amor; no se puede hacer daño a los que no están aún libres de la antigua mentalidad (8-11). El Señor toma como propio el daño hecho a otros (12). Propósito tajante de Pablo (13).

Salmo: 139,1-3.13-14.23-24

1Señor, tú me sondeas y me conoces.
2Me conoces cuando me siento
o me levanto,
de lejos percibes mis pensamientos.
3Disciernes mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. 
13Tú has creado mis entrañas
me has tejido en el seno materno.
14Te doy gracias
porque te has distinguido con portentos
y son maravillosas tus obras.
23Sondéame, Dios, y conoce mi corazón,
ponme a prueba para conocer mis sentimientos:
24mira si mi conducta es ofensiva
y guíame por el camino eterno.  

EXPLICACIÓN.

139,1 "Sondeas": véanse Jr 17,10; Sal 44,22; Job 28,27.

139,2 Compárense las polaridades con las de Dt 6,7; Is 37,28s.

139, 14ab (Adelanto la explicación de este difícil verso). La interpretación varía según se lea primera (texto masorético) o segunda persona, según se reduzca al verbo plh o a pl Alternativas: de modo portentoso he sido distinguido; con tus portentos te has distinguido; soy / eres prodigioso. Hace sentido como conclusión de la segunda sección.

139,13.14c.15.16 Ordeno los versos guiado por el paralelismo. Distingo dos unidades: el organismo y el destino. Del organismo menciona riñones, aliento y huesos; el destino es el curso de los días, conocido o fijado desde el comienzo.

139,13 "Riñones": sede de pasiones, con frecuencia unidos a corazón.

139,14c Forma buen paralelismo con la primera frase de 15: "aliento / huesos", "conoces perfectamente / no se te oculta".

139,23 Repitiendo verbos, retorna al comienzo, esta vez en forma de petición; sometiéndose al escrutinio del juez que todo lo conoce.

139,24 "Ofensiva": no pienso que se refiera a los ídolos. El "camino eterno": puede ser el buen camino tradicional, según Jr 6,16; 18,15; o bien el camino duradero, que no perece, como el de Sal 1,6.

Transposición cristiana.
Sobre el Dios incomprensible: Rom 11,33; 1 Cor 2,10. Por la encarnación y redención, el misterio de Dios se vuelve más claro, y más profundo. La liturgia ha aplicado la polaridad sentarse / levantarse a la muerte y resurrección de Cristo.

Evangelio: Lucas 6, 27-38

27 Ahora bien, a vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian,
28 bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan.
29 Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica;
30 a todo el que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
31 O sea, tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
32 Pues si queréis a los que os quieren, ¡vaya generosidad! También los descreídos quieren a quien los quiere.
33 Y si hacéis el bien a los que os hacen el bien, ¡vaya generosidad! También los descreídos lo hacen.
34 Y si prestáis sólo cuando pensáis recibir, ¡vaya generosidad! También los descreídos se prestan unos a otros con intención de recobrar lo prestado.
35 ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien, y prestad sin esperar nada; así tendréis una gran recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los desgraciados y malvados.
36 Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.
37 No juzguéis y no os juzgarán, no condenéis y no os condenarán, perdonad y os perdonarán,
38 dad y os darán: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante; pues la medida que uséis la usarán con vosotros.

EXPLICACIÓN.

27-49. Segunda parte del sermón del llano, dirigida al pueblo (6,17b) (27). Dos secciones: 6,21-38, el amor generoso y universal y 6,39-49, disposiciones del oyente.

27-38. Tema central del sermón y fundamento de la nueva sociedad: el amor sin distinciones, incluso a los enemigos. Hacer y desear (bendecid, rezad) el bien (28).Desarmar la violencia con la no violencia (29); generosidad sin límites (30). Principio: tratar bien a todos, prescindiendo de cómo ellos nos tratan (31). Amor desinteresado, no proceder como los descreídos (32-34). No se habla de obedecer a Dios, sino de parecerse a él, de actuar como él actúa (hijos del Altísimo, como Jesús, cf. 1,32, realización perfecta de ese ideal) (35). Compasivos, benevolencia universal (Sal 103,8; 111,4) (36). Por eso, no erigirse en censor de los demás; la indulgencia obtiene indulgencia; el perdón obtiene perdón (37); la generosidad obtiene generosidad. Son aspectos del amor; al ejercerlo con los otros, el hombre abre sus puertas al amor de Dios. Por eso, la medida del don divino la señala el hombre mismo (38).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura: Efesios 4,1-7.11-13

1En consecuencia, un favor os pido, yo, el prisionero por el Señor: Que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; 2sed de los más humilde y sencillo, se pacientes y conllevaos unos a otros con amor. 3Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, escuchándola con la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y un Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos.
              7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio.

11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.

Explicación.

 El tema de la unidad, expuesto anteriormente, lleva a la exhortación. La unidad es fruto del Espíritu y exigencia ineludible del llamamiento cristiano. La actitud de humildad y amor paciente es esencial, para impedir que la unidad sea destruida por los defectos ordinarios (2-3). Motivos profundos de la unidad (4-5); sobre todos, gr. epi pántôn, cf. Rom 9,5; entre todos, gr. dia pántôn, expresa una relación con todo el cuerpo de la comunidad, a través de la cual se difunden el influjo y la fuerza de Dios; en todos, gr. en pâsin, más individual, indica la habitación de Dios en cada uno (6).

             Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).

 Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13). 

Salmo: 40,2.4.7-11

2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.
7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.
11 No me he guardado en el pecho tu justicia,
he anunciado tu verdad y tu salvación,
no he negado tu lealtad y fidelidad
a la asamblea numerosa.

Explicación.

40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.

40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.

40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.
Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La carta a los Hebreos recoge y comenta la parte central del salmo, según la versión griega de los LXX. En vez de "me cavaste oídos", dice "me aparejaste un cuerpo"; traduce "rollo" por "título". De este modo opone el autor a los sacrificios antiguos la entrega del Mesías. De aquí arranca el uso de los antiguos de poner todo el salmo en boca de Cristo y después en boca de la Iglesia.

Evangelio. 2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN. Mc 4,1-10.13-20. 2ª OPCIÓN: Mc 4,1-9

1De nuevo empezó a enseñar junto al mar. Se congregó alrededor de él una multitud grandísima; él entonces se subió a una barca y se quedó sentado, dentro del mar. Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar, 2y se puso a enseñarles muchas cosas con parábolas. En su enseñanza, les dijo:
3-¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar. 4Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino; llegaron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en el terreno rocoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida, 6pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7Otra cayó entre las zarzas: brotaron las zarzas, la ahogaron, y no llegó a dar fruto. 8Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y crecían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
9Yañadió:
-¡Quien tenga oídos para oír, que escuche! 
Aparte de Jesús con sus seguidores (Mt 13,10-23; Lc 8,9-18)
10Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él ) le preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas.
13Les dijo además:
 -¿No habéis entendido esa parábola? Entonces, ¿cómo vais a entender ninguna de las otras? 14El sembrador siembra el mensaje. Estos son «los de junto al camino»: aquellos donde se siembra el mensaje, pero, en cuanto lo escuchan llega Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos. 16Estos son «los que se siembran en terreno rocoso»: los que, cuando escuchan el mensaje en seguida lo aceptan con alegría, 17pero no echa raíces en ellos, son inconstantes: por eso, en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, fallan. 18Otros son «los que se siembran entre las zarzas»: éstos son los que escuchan el mensaje, 19pero las preocupaciones de este mundo la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás van penetrando, ahogan el mensaje y se queda estéril. 20y ésos son «los que se han sembrado en la tierra buena»: los que siguen escuchando el mensaje, lo van haciendo suyo y van produciendo fruto: treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.

Explicación.

a) (4,1-9): Jesús no se acobarda ante la oposición oficial y vuelve a enseñar en público. El mar, paso a los pueblos paganos (cf.  1,16; 2,13; 3,7a). Mientras enseña a un grupo, se acerca una gran multitud, necesariamente de descontentos con el sistema, con el que Jesús ha roto públicamente, pero penetrada aún por la ideología del judaísmo (se congregó, cf. 1,33). Jesús interrumpe su enseñanza, sube a una barca (no suya) y comienza de nuevo a enseñar, pero de otra manera, como había hablado a los letrados (3,23: comparaciones/parábolas). Tiene así en cuenta la ideología de la multitud, que ve en él un caudillo para su lucha contra el sistema injusto y capaz de liberar a Israel de la opresión. 

Comenzar por una exposición abierta del mensaje, basado en la entrega personal y en la constitución de una sociedad nueva y universal, la alejaría para siempre. La asimilación, si se produce, ha de ser lenta. La exhortación inicial: Escuchad (3), recuerda la llamada a Israel de Dt 6,4. El sembrador representa a Jesús.

 Aparte de Jesús con sus seguidores. Aparecen los dos grupos: a) los Doce (= Israel mesiánico, cf. 3,13-19) y b) los que estaban en torno a él (los seguidores no israelitas, cf. 3,32.34).

Estos últimos se unen a los Doce para preguntar a Jesús el motivo de hablar en parábolas. Piensan que el mensaje es accesible a la multitud; no ven diferencia entre ellos y la gente (10). 

No han entendido la parábola, porque no se esperaban que Jesús hablase de disposiciones interiores, sino de acción exterior (13). Los cuatro terrenos son cuatro disposiciones del hombre ante el mensaje:

a) no lo deja penetrar (cf. 10,46ss) (Satanás, la ideología/ambición de poder lo neutraliza y no deja huella); b) lo acepta superficialmente, sin compromiso serio (cf. 14,27-31); c) no renuncia a la ambición de dinero (cf. 10,26); d) lo hace propio y da fruto (14-20).

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