PRIMERA LECTURA. Éxodo 34,4-6.8-9.
4Moisés labró dos losas de piedra como las primeras, madrugó y subió al amanecer al monte Sinaí, según la orden del Señor, llevando en la mano dos losas de piedra. 5El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
6El Señor pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor, el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel,
8Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. 9Y le dijo:
-Si gozo de tu favor, venga mi Señor con nosotros, aunque seamos un pueblo testarudo; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.
Explicación.
30,4 Esta vez Moisés ha de fabricar las losas y el Señor escribirá de nuevo. No acude a la tienda del encuentro, sino que sube de nuevo a la montaña.
30,6.8 Al desplazar aquí estos versos, se los hace desempeñar la función de teofanía introductoria de la alianza. Pero el texto desborda dicha función. Habla Dios mismo, pronunciando un texto litúrgico, síntesis de revelación. (Paralelos: Sal 86,15; 103,8; 145,8; Jl 2,13; Jon 1,14; Neh 9,17; etc.).
Moisés escucha la voz de Dios, que se presenta por su nombre y enuncia sus cualidades. Al final verá un dorso que se aleja: es la revelación del ministerio. Forma que elude su rostro, cercanía ofrecida en el alejarse, siempre incitante e inalcanzable. "A Dios nadie lo ha visto nunca" (Jn 1,18). Debe compararse con la lucha de Jacob (Gn 32) y la visión de Elías en el Horeb (1 Re 19): tres grandes símbolos del ansia humana por penetrar el misterio de Dios.
El Señor describe para Moisés, para el hombre su modo de ser y actuar. No menciona aquí la omnipotencia ni la omnisciencia, tampoco la justicia. Menciona cualidades que engloban y superan la relación de alianza. Por pura misericordia accede el Señor a renovar una alianza quebrada por la otra parte. Los capítulos 19-20 necesitan estos tres versos.
34,9 La intercesión de Moisés sirve para preparar la alianza: la desea y acepta por adelantado, "tómanos como heredad tuya".
SALMO. Daniel 3,52-55.
52Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, santo y glorioso,
a éL gloria y alabanza por Los siglos.
53Bendito eres en eL templo de tu santa gloria,
a ti gloria y alabanza por Los siglos.
54Bendito eres en tu trono real,
53Bendito eres en eL templo de tu santa gloria,
a ti gloria y alabanza por Los siglos.
54Bendito eres en tu trono real,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
55Bendito cuando cabalgas sobre querubines
sondeando Los abismos,
55Bendito cuando cabalgas sobre querubines
sondeando Los abismos,
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Explicación.
3,51-90 El autor griego inserta un himno inspirado en el Sal 136 por el artificio letánico y en el 148 por la invitación universal. Quizá existió como himno autónomo. En el presente contexto se carga de nuevo sentido.
Dura era un escenario universal de los súbditos del Emperador; los cantores en el horno se abren a un escenario cósmico. La banda del rey, música instrumental, convocaba a jefes y súbditos al homenaje de la estatua; la voz humana de los jóvenes convoca el universo al elogio unísono de Dios. En vez de holocaustos de aroma que aplaca, brota ahora el "sacrificio de los labios", la ofrenda musical de la alabanza. Dios no acepta por ahora el sacrificio de la vida de sus fieles, se contenta con el sacrificio del testimonio heroico y de la alabanza entusiasta.
La serie se divide cómodamente en: seis invocaciones dirigidas a Dios, una invitación universal y seis celestes, diez a los meteoros, ocho a animales y siete a hombres. Tiene menos rigor y concentración que el Sal 148. Toda la creación se une al coro de alabanza cuando la convoca la palabra humana. De este modo el hombre ejercita su señorío sobre la creación, nombrándola de nuevo (cfr. Gn 1) Y dándole órdenes desinteresadas. Así se la somete para someterla a Dios, cerrando el círculo que comenzó en la creación.
3,53-54 Templo y trono celestes, del rey del cielo
SEGUNDA LECTURA. 2 Corintios 13,11-13.
11Y nada más, hermanos: estad alegres, recobraos, tened ánimos y andad de acuerdo; vivid en paz, y el Dios del amor y la paz estará con vosotros.
12Saludaos unos a otros con el beso ritual. Todos los consagrados os saludan.
13El favor del Señor Jesús Mesías y el amor de Dios y la solidaridad del Espíritu Santo estén con todos vosotros.
EXPLICACIÓN.
11-13. Despedida. Recomendaciones finales. Andad de acuerdo, vivid en paz, alusiones a los partidos de Corinto (1 Cor 1,10-17). El beso ritual, cf. Rom 16,16 (11-12). Fórmula trinitaria que comienza con la persona de Jesús, cuyo favor expresa el amor del Padre y produce la unidad del Espíritu (13).
EVANGELIO. Juan 3,16-18.
16. Porque así demostró Dios su amor al mundo, llegando a dar a su Hijo único, para que todo el que le presta su adhesión tenga vida definitiva y ninguno perezca.
17. Porque no envió Dios el Hijo al mundo para que dé sentencia contra el mundo sino para que el mundo por él se salve.
18. El que le presta adhesión no está sujeto a sentencia: el que se niega a prestársela ya tiene la sentencia, por su negativa a prestarle adhesión en su calidad de Hijo único de Dios.
Explicación.
El hombre levantado en alto (doble sentido: cruz y exaltación), señal visible, fuente de vida que libra de la muerte. Dios es puro amor, pretende sólo salvar, comunicar una vida que supera la muerte (16-17). Ausencia de juicio; es la opción del hombre la que determina su suerte.
La ley era norma de conducta. Ahora lo es el Hombre levantado en alto, el que expresa su amor hasta el fin.
Síntesis
El hombre no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una ley, sino por la capacidad de amar, que completa su ser. Sólo con hombres dispuestos a amar hasta el fin puede construirse la sociedad verdaderamente humana. Son hombres libres que rompen con el pasado para empezar de nuevo, no ya encerrados en una tradición nacionalidad o cultura. Su vida será la práctica del amor, la entrega de sí mismos, con la universalidad con que Dios ama a la humanidad entera. Una sociedad basada sobre la Ley, no sobre el amor, es siempre opresora e injusta.
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