PRIMERA LECTURA. Eclesiastés 1,2; 2,21-23.
12¡Vanidad de vanidades -dice Qohelet-; vanidad de vanidades, todo es vanidad!
221Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave desgracia. 22Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? 23De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.
Explicación.
11,2 La frase, casi a la letra, se lee al final del libro (12,8); por tanto, enmarca la serie entera de reflexiones dispares. La fórmula ha entrado en nuestra literatura y había que respetarla: "vanidad de vanidades". El vocablo hebel significa soplo, y por traslación, lo que no tiene sustancia, lo vacío, huero, nada. La construcción es una especie de superlativo, como "el cantar de los cantares", equivale a "el mejor cantar". Podríamos traducir: soplo liviano, suspiro leve, o bien, vacío completo, total sinsentido, nada de nada ...
El vocablo Qohelet funciona como nombre y como oficio, sin o con artículo: compárese con Esd 2,55 (soperet) o Is 40,9 (mebasasaeret). La traducción etimológica sería "asambleísta", y podría designar al que dirige la palabra.
22,21 Trabajar y no disfrutar, trabajar para otros, es una de las maldiciones clásicas de la ley y los profetas (por ejemplo, Lv 26,16; Dt 28,30-33). Y hay hombres -piensa Qohelet- que se condenan a sí mismos a semejante maldición.
2,22 Ecl 1,3.
2,23 Porque ocupados en el esfuerzo de acumular no tienen tiempo para disfrutar. Véase 1,18; Eclo 40,5.
SALMO. 90,3-6.12-14.17.
3Tú devuelves el hombre al polvo, diciendo:
¡Volved, hijos de Adán!
4Para ti mil años son un ayer que pasó,
una vela nocturna.
se renuevan como la hierba:
6por la mañana se renueva y florece,
por la tarde se seca y la siegan.
12Enséñanos a llevar buena cuenta
de nuestros días
para que adquiramos un corazón sensato.
13¡Vuélvete, Señor! ¿hasta cuándo?,
ten compasión de tus siervos.
14Sácianos por la mañana de tu misericordia,
y todos nuestros días serán alegría y júbilo.
17Venga a nosotros la bondad del Señor
nuestro Dios,
consolida la obra de nuestras manos.
¡Consolídala, la obra de nuestras manos!
Explicación.
90,3 La historia del Génesis es evocada en un verso. El que modeló al hombre, dando le consistencia, lo hizo deleznable; el que integró sus partes lo deja desintegrarse: Job 10,9.
90,4 Las medidas humanas del tiempo no sirven, de ninguna manera, para medir a Dios (2 Pe 3,8). Tal inmensidad refuerza la melancolía del orante.
90,5 El texto es algo dudoso. "Arrastras": el verbo hebreo sugiere una lluvia torrencial.
90,6 Cuatro verbos en este verso, excelente por su concentración; cuánta actividad para pasar más aprisa.
90,12 A medida que pasan los años, instruido por Dios, el hombre madura en sensatez.
90,13 El verdadero cambio ha de suceder por una acción divina, que el hombre puede sólo suplicar.
90,14-15 La petición es modesta: equilibrar en la balanza de la vida penas y gozos. Pero Dios puede alumbrar una mañana realmente nueva, puede desequilibrar la balanza.
90,17 Is 26,12.
Transposición cristiana.
La "vuelta" de Dios de la ira a la misericordia sucede en Jesucristo: Ef 2,4-7. Las obras del cristiano, vitalizadas por la fuerza de la resurrección (Flp 3,10), cobran consistencia y fecundidad (Flp 2,13), Y al final lo acompañarán (Ap 14,13).
SEGUNDA LECTURA. Colosenses 3,1-5.9-11.
1Por tanto, si habéis resucitado con el Mesías, buscad lo de arriba, donde está el Mesías sentado a la derecha de Dios; 2estad centrados arriba, no en la tierra. 3Moristeis, repito, y vuestra vida está escondida con el Mesías en Dios; 4cuando se manifieste el Mesías, que es vuestra vida, con él os manifestaréis también vosotros gloriosos. 5En consecuencia, extirpad lo que hay de terreno en vosotros: lujuria, inmoralidad, pasión, deseos rastreros y codicia, que es una idolatría;
9Dejad de mentiros unos a otros, ya que os despojasteis del hombre que erais antes y de su manera de obrar 10y os vestisteis de ese hombre nuevo que por el conocimiento se va renonvando a imagen de su Creador; 11y aquí no hay más griego ni judío, circunciso ni incircunciso, extranjero, bárbaro, esclavo ni libre: no, lo es todo y en todos Cristo.
EXPLICACIÓN.
Muertos a lo rudimentario, hay que buscar lo de arriba, de donde viene la vida: allí está su autor y prototipo. Él es el punto de referencia. Estad centrados: el verbo gr. phronéô,(derivado de phrên, "diafragma"), no denota sólo el pensamiento consciente, sino también la tendencia, la fuerza que orienta el ser (cf. Flp 3,19); la tendencia del cristiano es hacia Cristo, y de ese centro parten las líneas de fuerza. El cristiano posee ya la vida definitiva; la salvación está ya concedida; el último acto será su manifestación pública (Rom 8,17.18) (3,1-4).
No pueden centrarse en el placer sexual ni en la codicia egoísta; el dinero se convierte en el dios del hombre (idolatría) (5-9). El cristiano es un hombre nuevo, un miembro de la nueva humanidad; pero no de modo estático, sino en continuo desarrollo (10). En la nueva humanidad, las diferencias de raza, religión, nacionalidad o estado social no constituyen privilegio; extranjero, en griego, "bárbaro", el que habla una lengua desconocida; bárbaro, lit. "escita", que se aplicaba a pueblos no civilizados (11).
EVANGELIO. Lucas 12,13-21.
13 Uno de la multitud le pidió:
- Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
14 Le contestó Jesús:
- Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?
15 Entonces les dijo:
- Mirad, guardaos de toda codicia, que, aunque uno ande sobrado, la vida no depende de los bienes.
16 Y les propuso una parábola:
- Las tierras de un hombre rico dieron una gran cosecha.
17 Él se puso a echar cálculos:
- ¿Qué hago? No tengo donde almacenarla.
18 Entonces se dijo:
- Voy a hacer lo siguiente: Derribaré mis graneros, construiré otros más grandes y almacenaré allí todo mi grano y mis provisiones.
19 Luego podré decirme: "Amigo, tienes muchas provisiones en reserva para muchos años: descansa, come, bebe y date a la buena vida".
20 Pero Dios le dijo:
- Insensato, esta misma noche te van a reclamar la vida. Lo que tienes preparado, ¿para quién va a ser?
21 Eso le pasa al que amontona riquezas para sí y no es rico para con Dios.
EXPLICACIÓN.
Jesús se niega a ser árbitro en el litigio de herencia, expresión de codicia o apego al dinero (6,20). Aviso a la multitud (15) y parábola que lo ilustra (16-20). Falsa seguridad de la riqueza, incapaz de garantizar la continuidad de la vida. Atesorar para sí, lo contrario de la generosidad (11,33-36). Para Dios es rico quien se desprende de lo que tiene (21: cf. 12,33s).
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