jueves, 9 de junio de 2016

LECTURAS DEL JUEVES 9 DE JUNIO DEL AÑO 2016.

Primera Lectura: I Reyes 18, 41-46

41Elías dijo a Ajab:
-Vete a comer y a beber, que ya se oye el ruido de la lluvia.
42Ajab fue a comer y a beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, 43y ordenó a su criado:
-Sube a otear el mar.
El criado subió, miró y dijo:
-No se ve nada.
Elías ordenó:
-Vuelve otra vez.
44El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo:
-Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano.
Entonces Elías mandó:
-Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le pille la lluvia.
45En un instante se encapotó el cielo con nubes empujadas por el viento y empezó a diluviar. Ajab montó en el carro y marchó a Yezrael. 46Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yezrael.

EXPLICACIÓN.

18,46. Elías parece movido por el ímpetu del Espíritu: atraviesa la llanura de Esdrelón, como arrebatado por un viento, más veloz que la carroza de Ajab.

Salmo Responsorial: 65,10-13

       10Tú cuidas de la tierra, la riegas
                   y la enriqueces sin medida.
        a acequia de Dios va llena de agua. 
                   Preparas sus trigales. 
       11Así la preparas: riegas los surcos,
                   igualas los terrones, 

                   tu llovizna los deja esponjosos;
                   bendices sus brotes.
                   12Coronas el año con tus bienes 

                   y tus carriles rezuman abundancia;
                   13rezuman los pastos del páramo 

                   y las colinas se orlan de alegría; 

EXPLICACIÓN.

65,2 La lectura que proponen algunos "para ti silencio es alabanza" es bella, pero poco bíblica.
 
65,10 La "acequia de Dios" es la lluvia, que conduce el agua a cada punto del terreno.
 
65,12 "Coronar" es completar felizmente una etapa, una tarea.
 
65,13 El "páramo" no apto para el grano, pero bueno para pasto del ganado.

Transposición cristiana.

Leamos el salmo sobre el fondo de nuestra liturgia eucarística. Una parte penitencia, con perdón de los pecados; alabanza cósmica e histórica concentrada en el prefacio; preces de los fieles que Dios escucha. Pan de mieses y vino de viñedos. La liturgia corona el ciclo semanal y anticipa el banquete celeste.

Evangelio: Mateo 5, 20-26

20 porque os digo que, si vuestra fidelidad no se sitúa muy por encima de la de los letrados y fariseos, no entráis en el reino de Dios.
21 Os han enseñado que se mandó a los antiguos: "No matarás (Éx 20,13), y si uno mata será condenado por el tribunal". 
22 Pues yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será condenado por el tribunal; el que lo insulte será condenado por el Consejo; el que lo llame renegado será condenado al fuego del quemadero.
                  23 En consecuencia, si yendo a presentar tu ofrenda al altar, te acuerdas allí de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí, ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; vuelve entonces y presenta tu ofrenda.
                 25 Busca un arreglo con el que te pone pleito, cuanto antes, mientras vais todavía de camino; no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no pagues el último cuarto.

                    EXPLICACIÓN.

20.   Fidelidad (20) en calidad y totalidad: es insuficiente el legalismo, como queda claro en el desarrollo subsiguiente (5,21-6,18), se requiere una nueva actitud, pero el discípulo no puede ser negligente. La puerta para entrar en el Reino es la primera bienaventuranza (5,3), que crea la nueva actitud: a ella se refiere esta fidelidad.
 
21 - 26.       Jesús ataca la concepción de la Ley mantenida por los letrados. Seis antítesis. No pretende radicalizar la Ley de Moisés, sino, frente a ella, sacar las consecuencias que derivan de un principio mucho más exigente: el bien del hombre y la sociedad de amor mutuo.

                  No basta abstenerse de la acción (matar), la actitud (estar peleado) (22) merece ya el juicio. Se manifiesta en el insulto; cuando llega a excluir al otro del propio trato (renegado), merece la pena definitiva, simbolizada por la destrucción del fuego. La buena relación con los hombres tiene precedencia sobre la relación con Dios expresada en el culto (23s). Cuando no se ataja la discordia, sus efectos pueden ser extremos (25).

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