jueves, 30 de junio de 2016

LECTURAS DEL JUEVES 30 DE JUNIO DEL AÑO 2016.

Primera Lectura: Amós 7, 10-17

Amós y Jeroboán (Jr 21-22; 36)

10Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán, rey de Israel:
-Amós está conjurando contra ti en medio de Israel; el país ya no puede soportar sus palabras.
11Así predica Amós: “A espada morirá Jeroboán, Israel marchará de su país al destierro”…
12Amasías ordenó a Amós:
-Vidente, vete, escapa al territorio de Judá; allí te ganarás la vida, allí profetizarás; 13pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el templo real, es el santuario nacional.
14Respondió Amós a Amasías:
-Yo no era profeta ni de un gremio  profético; era ganadero y cultivaba higueras. 15Pero el Señor me arrancó de mi ganado y me mandó ir a profetizar a su pueblo, 16Israel. Pues bien, escucha la palabra del Señor:
Tú me dices: No profetices contra Israel,
no vaticines contra la casa de Isaac.
17Pues el Señor dice:
Tu mujer será deshonrada en la ciudad,
tus hijos e hijas morirán a espada;
tu tierra será repartida a cordel,
tú morirás en tierra pagana,
Israel marchará de su país al destierro.

EXPLICACIÓN.

7,10 Para el sacerdote oficial la predicación de Amós es conjura, no palabra profética. Pero aprecia un peligro real en esas palabras y procura neutralizarlas, primero con la denuncia, después con la expulsión; pero no se atreve a darle muerte.
7,14-15. Para Amós profetizar no es una profesión, es misión divina.
7,16-17. Es excepcional la designación Casa de Isaac. La pena vincula familia y campos, el arraigo en un terreno y un nombre.

Salmo Responsorial: 19,8-11

8 La ley del Señor es perfecta:
devuelve el respiro;
el precepto del Señor es fiable:
instruye al ignorante;
9 los mandatos del Señor son rectos:
alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida:
da luz a los ojos;
10 el respeto del Señor es puro:
dura para siempre;
los mandamientos del Señor son genuinos;
justos sin excepción;
11 son más valiosos que el oro,
que el metal más fino;
son más dulces que la miel
que destila un panal.

EXPLICACIÓN.

19,8-11 Tercera sección. Sin transición ni introducción entre un tema nuevo. Entra la ley abriendo paso a seis sentencias de una regularidad exasperante, como materializando en lenguaje el orden que intenta establecer. Sólo sies: falta una para la perfección.

Los predicados son en gran parte corpóreos: respiración, corazón, ojos; es límpida y pura, es estable y ofrece apoyo. Es razonable, no teme dar razones y así educa al inexperto sin dejarlo en su ignorancia. Es lúcida, no exige obediencia ciega, sino que ilumina los ojos. Da alegría interna, no es carga insoportable.

El último verso propone dos coparaciones: oro, símbolo y medida de valor; miel, manjar el más sabroso (Prov 16,24). El autor piensa en el contenido más que en la formalidad de la ley.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Rom 10,18 aplica el v.4 a la predicación del evangelio. El cristiano contempla la creación restaurada en Cristo. Los antiguos explotaron el símbolo del sol como esposo; su salida del tálamo de María en el nacimiento, su carrera "desde el Padre hasta el Padre"; su calor es el Espíritu. La reflexión sobre ley y gracia anticipa la enseñanza de Pablo.

Evangelio: Mateo 9, 1-8

1 Subió a una barca, cruzó a la otra orilla y llegó a su propia ciudad.
2 En esto, intentaban acercarle un paralítico echado en un catre. Viendo la fe que tenían, Jesús dijo al paralítico:
- ¡Ánimo, hijo! Se te perdonan tus pecados.
3 Entonces algunos letrados se dijeron:
- Éste blasfema.
4 Jesús, consciente de lo que pensaban, les dijo:
5 - ¿Por qué pensáis mal? A ver, ¿qué es más fácil: decir "se te perdonan tus pecados" o decir "levántate y echa a andar?"
6 Pues para que sepáis que el Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados... -le dijo entonces al paralítico:
- Levántate, carga con tu catre y vete a casa.
7 El hombre se levantó y se marchó a su casa.
8 Al ver esto, las multitudes quedaron sobrecogidas y alababan a Dios, que ha dado a los hombres autoridad.

EXPLICACIÓN.

2 - 8. Paralítico, incapaz de toda actividad. Curarlo: darla la posibilidad de caminar, de elegir su vida, de ejercer su actividad. Los pecados, el pasado de injusticia; la fe en Jesús lo borra, nuevo comienzo. El paralítico y sus portadores forman uno (viendo la fe que tenían, le dijo): son los hombres en su condición de muerte y en su deseo de salvación. Letrados hostiles a Jesús (3). Desafío (5). El hombre no sólo se libera de sus pecados, sino que empieza a vivir. Los dos aspectos de la salvación. El hombre denota una condición que pude extenderse a otros (ha dado a los hombres tal autoridad) (8).

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