jueves, 16 de junio de 2016

LECTURAS DEL JUEVES 16 DE JUNIO DEL AÑO 2016.

PRIMERA LECTURA. Eclesiástico 48,1-14.

            1Entonces se alzó como fuego un profeta
            cuyas palabras eran horno encendido:
            2les quitó el sustento del pan,
con su celo los diezmó;
3por orden de Dios cerró el cielo
e hizo que cayeran tres rayos.
4iQué terrible eras, ELÍAS!,
¿quién se te compara en gloria?
5Tú resucitaste un muerto,
sacándolo del Abismo por voluntad del Señor;
6hiciste bajar reyes a la tumba
y nobles desde sus lechos;
8ungiste reyes vengadores
y nombraste un profeta como sucesor.
7Escuchaste en Sinaí amenazas
y sentencias vengadoras en Horeb.
9Un torbellino te arrebató a la altura,
tropeles de fuego hacia el cielo.
10Está escrito que te reservan para el momento
de aplacar la ira antes de que estalle,
para reconciliar a padres con hijos,
para restablecer las tribus de Israel.
11Dichoso quien te vea antes de morir
[y más dichoso tú que vives].
12Cuando Elías fue arrebatado al cielo,
ELISEO recibió dos tercios de su espíritu.
En vida hizo múltiples milagros y prodigios con sólo decirlo;
en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu;
13nada le resultaba imposible:
bajo él revivió la carne;
14en vida hizo maravillas
            y en muerte obras asombrosas. 

Explicación.
48,1-11 La figura de Elías está compuesta con datos del libro de los Reyes y del profeta Malaquías. Resulta enérgica y sugestiva: el autor se arrebata al describirla. Su poder domina la lluvia y la tormenta en el cielo, 2-3, reyes y dinastías en la tierra 6-7, y alcanza hasta el Abismo, 5.

48,11 El griego ha introducido su fe en la vida futura: "y nosotros también viviremos", que no encaja en el contexto. La traducción propuesta se basa en reconstrucción conjetural. Hay que notar en el v. 8 la insistencia en la sucesión.

            48,12-14 Con el mismo tema de la sucesión entra en escena Elíseo, el taumaturgo.

SALMO. 97,1-7.

1EI Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
2Nubes y nubarrones lo rodean,
Justicia y Derecho sostienen su trono.
3Delante de él avanza Fuego
abrasando en tomo a sus enemigos.
4Sus relámpagos deslumbran el orbe,
al verlo, la tierra se estremece.
5Los montes se derriten como cera ante el Señor,
ante el Dueño de toda la tierra.
6Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
7Se sonrojan los que adoran estatuas
y los que ponen su orgullo en los ídolos.
Ante él se postran los dioses. 
Explicación.
97,1 "Islas"o costas: el mundo occidental mediterráneo; tema favorito de Isaías 11: 41, 1.5; 42,4.10.12; 49,1; 51,5.
97,2 Los "nubarrones" pueden ser parte del aparato teofánico: Dt 4,11; JI 2,2; Sof 1,15. El Señor se muestra ... encubierto. Para el estrado o basamento del trono: Prov 16, 12; 20,28; 25,5.
97,3 El "fuego" es elemento de la divinidad: la vuelve inaccesible y devoradora de cuanto se oponga: Is 29,6; 30,27; Dn 7,10.
97,4 Véanse Sal 18; 77,19.
97,5 "Como cera" Sal 68,3; Miq 1,4; quizá imagine los ríos de lava de un volcán.
97,6 Los cielos hacen de testigos notariales: Sal 50,6. La "gloria" de la teofanía: compárese con Is 35,2; 40,5.
97,7 El fracaso y necedad de los idólatras se va convirtiendo en tema convencional: Is 42,17; 44,20; Jr 2,28. 
Transposición cristiana.
Heb 1,6 aplica a Cristo el v. 7 según la versión griega. Mt 25, 31-46 dramatiza en escena un juicio final. Lc 21,28 da a entender que para los elegidos será un momento de dicha. 

EVANGELIO. Mateo 7,7-15.

   7  Pero, cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán más caso.
8 No seáis como ellos, que vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
9 Vosotros rezad así:

                         Padre nuestro del cielo
                  proclámese ese nombre tuyo,
             10 llegue tu reinado,
                  realícese en la tierra tu designio del cielo;
             11 nuestro pan del mañana dánoslo hoy
             12 y perdónanos nuestras deudas,
                  que también nosotros
                  perdonamos a nuestros deudores;
             13 y no nos dejes ceder a la tentación,
                  sino líbranos del Malo.

             14 Pues si perdonáis sus culpas a los demás, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.

15 Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

  REFLEXIONA UN POCO MÁS NUESTRA ORACIÓN.

Explicación.

La oración (5-14). Tu cuarto, tu puerta, metáforas para designar la interioridad. La palabrería en la oración (7) indica falta de fe. Vuestro Padre sabe lo que os hace falta, la oración dispone a recibirlo.

                El Padrenuestro (9-13), modelo de petición. Nueva relación con Dios (Padre), comunitaria. La conducta de este Padre guía la de los discípulos; del cielo, transcendencia e invisibilidad. La primera parte (9s) tiene como centro al Padre (tu nombre, etc.), y pide por la extensión del Reino a la humanidad entera. La segunda (11-13), tiene por centro la comunidad que pide por sí misma.

               Proclámese: el nombre designa a la persona según su aspecto característico, aquí a Dios que obra como Padre. Paralelo con 5,16: "glorifiquen los hombres a vuestros Padre del cielo", gracias a la actividad de la comunidad cristiana. Llegue tu reinado: éste se realizará por la opción contra el dinero y la fidelidad a ella (5,3.10). Realícese, etc., que se lleve a efecto el plan de Dios sobre la humanidad. La experiencia de vida impulsa a desear que esa vida se extienda.

              Pan del mañana (11), tal es el sentido del término gr. epiousion (aram, mahar, según san Jerónimo). Se pide que la unión y alegría propias de la comunidad final (banquete mesiánico, 8,11) sean un hecho en la comunidad presente. Relación con la eucaristía. Se pide el perdon/amor de Dios (12); la condición es el perdón/amor al prójimo. Los deudores  incluyen a enemigos y perseguidores (5,43ss). La tentación, el Malo remiten a la escena del desierto (4,1-11): se pide no actuar sin atender al plan de Dios, no caer en el providencialismo irresponsable y, sobre todo, en la ambición de gloria y poder (5,10: fidelidad). Como para Jesús, esto significaría renunciar a la misión liberadora. Necesidad de perdón (14-15).

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