PRIMERA LECTURA. Hechos 1,1-11.
1 En mi primer libro, querido Teófilo, traté de todo lo que hizo y enseñó Jesús desde el principio
2 hasta el día en que, después de dar instrucciones a los apóstoles que había escogido movido por el Espíritu Santo, se lo llevaron a lo alto.
3 Fue a ellos a quienes se presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y, dejándose ver de ellos durante cuarenta días, les habló acerca del reino de Dios.
4 Mientras comía con ellos les mandó:
- No os alejéis de la ciudad de Jerusalén; al contrario, aguardad a que se cumpla la Promesa del Padre, de la que yo os he hablado;
5 porque Juan bautizó con agua; vosotros, en cambio, de aquí a pocos días seréis bautizados con Espíritu Santo.
6 Ellos, por su parte, se reunieron para preguntarle:
- Señor, ¿es en esta ocasión cuando vas a restaurar el reino para Israel?
7 Pero él les repuso:
- No es cosa vuestra conocer ocasiones o momentos que el Padre ha reservado a su propia autoridad;
8 al contrario, recibiréis fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, y así seréis testigos míos en Jerusalén y también en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.
9 Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos.
10 Mientras miraban fijos al cielo cuando se marchaba, dos hombres vestidos de blanco que se habían presentado a su lado
11 les dijeron:
- Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que se han llevado a lo alto de entre vosotros vendrá tal como lo habéis visto marcharse al cielo.
EXPLICACIÓN.
Segunda parte de la obra lucana: después de exponer en el primer libro el nuevo modelo a imitar, Jesús, Lc se propone ahora seguir paso a paso las diversas vicisitudes que tanto las comunidades creyentes como los personajes más representativos tuvieron que afrontar hasta lograr la plena asimilación del mensaje de Jesús. Se trata de un género literario único entre los escritos del NT, de corte muy parecido al género "evangelio".
Excepcionalmente el libro de los Hechos se presenta en dos versiones ligeramente distintas: el texto ordinario, común a la mayoría de ediciones y base de todas las traducciones modernas, y el llamado "texto occidental" (en adelante, rec. occ), atestiguado en la época prenicena por la mayoría de traducciones antiguas y relegado hoy a unos pocos códices. Tanto en la traducción como en las notas se parte del texto ordinario, si bien incidentalmente se dan en nota las lecturas más significativas del segundo.
Prólogo (1,1,s): Obviamente el segundo libro, por formar parte de la misma obra, ha sido dedicado también a Teófilo. Las obras de Jesús prevalecen sobre su enseñanza. La alusión al Espíritu Santo, que muchos traductores unen con la frase "después de las instrucciones" (2), debe ser referida a la elección de los apóstoles por parte de Jesús (Lc 6,13); tiene como función prevenir al lector para que pueda enjuiciar la elección de Matías que realizarán los discípulos sin discernimiento del Espíritu.
Perícopa puente (3-14): A modo de bisagra entre el primero y el segundo libro, Lc repite unos mismos temas al final del Ev. (24,36-53) y al principio de Hch. "Cuarenta días" en Lc 24,1.13.29.33.36 se habla de un único día que engloba las apariciones y la ascensión. Se trata de un período simbólico. Alude a la prueba de Israel en el desierto y al tiempo de las tentaciones de Jesús (Lc 4,1-13); en paralelo con este último caso (cf. Lc 22,28), representa todo el tiempo de la actividad de los discípulos, en que se va a poner a prueba su fidelidad al encargo de Jesús (3).
Recomendación de permanecer en "la ciudad de Jerusalén" (gr. Hierosolyma, en sentido meramente geográfico; el simple "Jerusalén", gr. Ierousalêm, tiene sentido teológico, designando la institución judía) hasta que reciban el Espíritu, personificación de la Promesa hecha por Dios a los padres (4, cf. Lc 24,49a). El tiempo de espera e inactividad será muy breve: de ahí la insistencia en que no emprendan acción alguna (cf. Lc 24,49b: lit. "quedaos sentados") (5).
Los discípulos, sin embargo, no han renunciado a los ideales de grandeza de Israel (6). En su respuesta, Jesús distingue dos aspectos: 1) preguntado por su intención, se remite al designio del Padre, pasando del horizonte inmediato ("ahora") al del futuro ilimitado: cuándo y cómo va a intervenir Dios en la historia, es cosa suya, nadie puede manipular sus planes; y él respeta y secunda la libertad de los hombres (7); 2) les expone la misión de Israel en el mundo, que no es la restauración de la gloria nacional, sino el servicio a la humanidad; son los hombres los que han de hacer la historia, y en ella se insertará la acción de Dios. Les promete el Espíritu, que les dará fuerzas para realizar su encargo: la misión universal a partir de "Jerusalén" (la institución judía), pasando por judea y Samaría (los dos reinos de Israel), hasta alcanzar los confines de la tierra (simbolizados por Roma, al final de Hch) (8).
Ascensión (cf. Lc 24,50s). "Dos hombres" (10), cf. Lc 9,30s (Moisés y Elías) y 24,4. La vuelta de Jesús, como la ascensión, se verificará sin manifestación de gloria ni poder (11), y se realizará en la efusión del Espíritu.
SALMO. 47,2-3.6-9.
2 Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo
3 porque el Señor es altísimo y terrible,
emperador de toda la tierra.
6 Ascendió Dios entre aclamaciones,
el Señor a toque de trompeta.
7 Tañed para Dios, tañed,
tañed para nuestro rey, tañed,
8 porque Dios es rey de toda la tierra:
tañed con maestría.
9 Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su santo trono.
Explicación,
47,2 En un invitatorio clásico figuran como destinatarios todos los pueblos. Si debieran aclamar solo a ´elohim= Dios, no sería extraño; pero el verso inmediato individualiza. La invitación suena como hipérbole, quizá como utopía.
47,3 Nombre y títulos. Se llama Yhwh, es el "Altísimo": cfr. Gn 14,18-22, y 21 veces en el salterio. Es "terrible", impresionante, temible por su poder, respetable por su majestad. Es "emperador" universal: para el título humano, is 36,4.13.
47,6 El verbo está en perfecto; es uno de los verbos clásicos de la salida de Egipto hacia Canaán. Sueja a paradoja que el Dios "Altísmo" ascienda.
47,9 El trono está en el cielo (Sal 93,2; 103,19; Is 66,1), en Jerusalén o SIón (Jr 17,12), en el templo (Is 6,1; Ez 43,7).
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA
El tema de la realeza, de Dios Padre y de Jesucristo, atraviesa el NT y culmina en el Apocalipsis. El tema de la ascensión, sin perder su carácter de símbolo, adquiere un realismo nuevo aplicado a Cristo. Es el gran principio narrativo unificador de Lc 9,51 en adelante. También suena en Ef 4,9; Flp 2,5-11. La liturgia canta este salmo en la fiesta de la Ascensión.
SEGUNDA LECTURA. Efesios 1,17-23 o Efesios 4,1-13 o Efesios 4,1-7.11-13.
Efesios 1,17-23
17Que el Dios de nuestro Señor Jesús Mesías, el Padre que posee la gloria, os dé un saber y una revelación interior con profundo conocimiento de él; 18que tenga iluminados los ojos de vuestra alma, para que comprendáis qué esperanza abre su llamamiento, qué tesoro es la gloriosa herencia destinada a sus consagrados 19y qué extraordinaria su potencia en favor de los que creemos, conforme a la eficacia de su poderosa fuerza.
20Desplegó esa eficacia con el Mesías, resucitándolo y sentándolo a su derecha en el cielo, 21por encima de toda soberanía y autoridad y poder y dominio, y de todo título reconocido no sólo en esta edad, sino también en la futura. 22Sí, todo lo sometió bajo sus pies (Sal 8,7), y a él lo hizo, por encima de todo, cabeza de la Iglesia, 23que es su cuerpo, el complemento del que llena totalmente el universo.
EXPLICACIÓN.
Añade una petición o bendición (17-19): El Dios de Jesús es el Padre, es decir, el que por amor comunica su propia vida (el Espíritu); gloria, riqueza que puede conceder toda clase de dones; saber/sabiduría que nace de la revelación interior; ésta se identifica con la experiencia viva del Espíritu, que pone en comunión con el Padre. La experiencia de su amor y su fuerza hará comprender su proyecto sobre el hombre y dará la seguridad de su realización. Tenga iluminados los ojos de vuestra alma, lit. "de vuestro corazón" (cf. Sal 13,4; 19,19), término que, en la antropología semítica, designa la interioridad del hombre (alma).
La potencia de Dios se ha manifestado en la exaltación de Jesús Mesías. Alude el autor a Sal 110,1: "Dice el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, mientras hago de tus enemigos estrado de tus pies", y a Sal 8,7: "Todo lo sometiste bajo sus pies". Los términossoberanía, autoridad, etc. designaban potencias supramundanas; pero en los escritos del NT, también a los poderes de este mundo, concreción de las potencias que dominan al hombre; ésos son los enemigos que dieron muerte al Mesías y que Dios somete debajo de sus pies. La exaltación del Mesías no lo separa de la humanidad; al contrario, está conectado a ella por medio de la iglesia/comunidad, que es su cuerpo (1,20-23).Complemento, gr. plêrôma, "plenitud", interpretada en sentido activo: "lo que llena/completa".
EFESIOS 4,1-13 o 4,1-7.11-13.
1En consecuencia, un favor os pido, yo, el prisionero por el Señor: Que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; 2sed de los más humilde y sencillo, se pacientes y conllevaos unos a otros con amor. 3Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, escuchándola con la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y un Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos.
7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio. 8Por eso dice la Escritura:
Subió a lo alto llevando cautivos,
dio dones a los hombres (Sal 67,19).
9¿Qué significa ese "subió" sino que también ha bajado a esta tierra inferior? 10El que ha bajado es aquel que había subido por encima de los cielos para llenar el universo.
11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.
Explicación.
El tema de la unidad, expuesto anteriormente, lleva a la exhortación. La unidad es fruto del Espíritu y exigencia ineludible del llamamiento cristiano. La actitud de humildad y amor paciente es esencial, para impedir que la unidad sea destruida por los defectos ordinarios (2-3). Motivos profundos de la unidad (4-5); sobre todos, gr. epi pántôn, cf. Rom 9,5; entre todos, gr. dia pántôn,expresa una relación con todo el cuerpo de la comunidad, a través de la cual se difunden el influjo y la fuerza de Dios; en todos, gr. en pâsin, más individual, indica la habitación de Dios en cada uno (6).
Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).
Por eso dice la Escritura, lit. Por eso dice; se suple el sujeto obvio (cf. Rom 15,9.10; Gál 3,16) (8). La cita de Sal 67,19 modifica el original en el segundo verso (hebr., LXX: "te dieron tributo de hombres"), siguiendo, al parecer, el Targum de los Salmos, donde es Moisés, quien, después de haber subido al monte, baja hasta el pueblo con la Ley. De este modo, la cita y el comentario del autor (9-10) describen de modo figurado el don del Espíritu, diversificado en dones diversos, por parte de Jesús victorioso y exaltado, de nuevo presente en la comunidad (cf. 3,17).
Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13).
Evangelio. Marcos 16,15-20.
UN FINAL AÑADIDO AL EVANGELIO DE MARCOS.
1 En mi primer libro, querido Teófilo, traté de todo lo que hizo y enseñó Jesús desde el principio
2 hasta el día en que, después de dar instrucciones a los apóstoles que había escogido movido por el Espíritu Santo, se lo llevaron a lo alto.
3 Fue a ellos a quienes se presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y, dejándose ver de ellos durante cuarenta días, les habló acerca del reino de Dios.
4 Mientras comía con ellos les mandó:
- No os alejéis de la ciudad de Jerusalén; al contrario, aguardad a que se cumpla la Promesa del Padre, de la que yo os he hablado;
5 porque Juan bautizó con agua; vosotros, en cambio, de aquí a pocos días seréis bautizados con Espíritu Santo.
6 Ellos, por su parte, se reunieron para preguntarle:
- Señor, ¿es en esta ocasión cuando vas a restaurar el reino para Israel?
7 Pero él les repuso:
- No es cosa vuestra conocer ocasiones o momentos que el Padre ha reservado a su propia autoridad;
8 al contrario, recibiréis fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, y así seréis testigos míos en Jerusalén y también en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.
9 Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos.
10 Mientras miraban fijos al cielo cuando se marchaba, dos hombres vestidos de blanco que se habían presentado a su lado
11 les dijeron:
- Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que se han llevado a lo alto de entre vosotros vendrá tal como lo habéis visto marcharse al cielo.
EXPLICACIÓN.
Segunda parte de la obra lucana: después de exponer en el primer libro el nuevo modelo a imitar, Jesús, Lc se propone ahora seguir paso a paso las diversas vicisitudes que tanto las comunidades creyentes como los personajes más representativos tuvieron que afrontar hasta lograr la plena asimilación del mensaje de Jesús. Se trata de un género literario único entre los escritos del NT, de corte muy parecido al género "evangelio".
Excepcionalmente el libro de los Hechos se presenta en dos versiones ligeramente distintas: el texto ordinario, común a la mayoría de ediciones y base de todas las traducciones modernas, y el llamado "texto occidental" (en adelante, rec. occ), atestiguado en la época prenicena por la mayoría de traducciones antiguas y relegado hoy a unos pocos códices. Tanto en la traducción como en las notas se parte del texto ordinario, si bien incidentalmente se dan en nota las lecturas más significativas del segundo.
Prólogo (1,1,s): Obviamente el segundo libro, por formar parte de la misma obra, ha sido dedicado también a Teófilo. Las obras de Jesús prevalecen sobre su enseñanza. La alusión al Espíritu Santo, que muchos traductores unen con la frase "después de las instrucciones" (2), debe ser referida a la elección de los apóstoles por parte de Jesús (Lc 6,13); tiene como función prevenir al lector para que pueda enjuiciar la elección de Matías que realizarán los discípulos sin discernimiento del Espíritu.
Perícopa puente (3-14): A modo de bisagra entre el primero y el segundo libro, Lc repite unos mismos temas al final del Ev. (24,36-53) y al principio de Hch. "Cuarenta días" en Lc 24,1.13.29.33.36 se habla de un único día que engloba las apariciones y la ascensión. Se trata de un período simbólico. Alude a la prueba de Israel en el desierto y al tiempo de las tentaciones de Jesús (Lc 4,1-13); en paralelo con este último caso (cf. Lc 22,28), representa todo el tiempo de la actividad de los discípulos, en que se va a poner a prueba su fidelidad al encargo de Jesús (3).
Recomendación de permanecer en "la ciudad de Jerusalén" (gr. Hierosolyma, en sentido meramente geográfico; el simple "Jerusalén", gr. Ierousalêm, tiene sentido teológico, designando la institución judía) hasta que reciban el Espíritu, personificación de la Promesa hecha por Dios a los padres (4, cf. Lc 24,49a). El tiempo de espera e inactividad será muy breve: de ahí la insistencia en que no emprendan acción alguna (cf. Lc 24,49b: lit. "quedaos sentados") (5).
Los discípulos, sin embargo, no han renunciado a los ideales de grandeza de Israel (6). En su respuesta, Jesús distingue dos aspectos: 1) preguntado por su intención, se remite al designio del Padre, pasando del horizonte inmediato ("ahora") al del futuro ilimitado: cuándo y cómo va a intervenir Dios en la historia, es cosa suya, nadie puede manipular sus planes; y él respeta y secunda la libertad de los hombres (7); 2) les expone la misión de Israel en el mundo, que no es la restauración de la gloria nacional, sino el servicio a la humanidad; son los hombres los que han de hacer la historia, y en ella se insertará la acción de Dios. Les promete el Espíritu, que les dará fuerzas para realizar su encargo: la misión universal a partir de "Jerusalén" (la institución judía), pasando por judea y Samaría (los dos reinos de Israel), hasta alcanzar los confines de la tierra (simbolizados por Roma, al final de Hch) (8).
Ascensión (cf. Lc 24,50s). "Dos hombres" (10), cf. Lc 9,30s (Moisés y Elías) y 24,4. La vuelta de Jesús, como la ascensión, se verificará sin manifestación de gloria ni poder (11), y se realizará en la efusión del Espíritu.
SALMO. 47,2-3.6-9.
2 Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo
3 porque el Señor es altísimo y terrible,
emperador de toda la tierra.
6 Ascendió Dios entre aclamaciones,
el Señor a toque de trompeta.
7 Tañed para Dios, tañed,
tañed para nuestro rey, tañed,
8 porque Dios es rey de toda la tierra:
tañed con maestría.
9 Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su santo trono.
Explicación,
47,2 En un invitatorio clásico figuran como destinatarios todos los pueblos. Si debieran aclamar solo a ´elohim= Dios, no sería extraño; pero el verso inmediato individualiza. La invitación suena como hipérbole, quizá como utopía.
47,3 Nombre y títulos. Se llama Yhwh, es el "Altísimo": cfr. Gn 14,18-22, y 21 veces en el salterio. Es "terrible", impresionante, temible por su poder, respetable por su majestad. Es "emperador" universal: para el título humano, is 36,4.13.
47,6 El verbo está en perfecto; es uno de los verbos clásicos de la salida de Egipto hacia Canaán. Sueja a paradoja que el Dios "Altísmo" ascienda.
47,9 El trono está en el cielo (Sal 93,2; 103,19; Is 66,1), en Jerusalén o SIón (Jr 17,12), en el templo (Is 6,1; Ez 43,7).
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA
El tema de la realeza, de Dios Padre y de Jesucristo, atraviesa el NT y culmina en el Apocalipsis. El tema de la ascensión, sin perder su carácter de símbolo, adquiere un realismo nuevo aplicado a Cristo. Es el gran principio narrativo unificador de Lc 9,51 en adelante. También suena en Ef 4,9; Flp 2,5-11. La liturgia canta este salmo en la fiesta de la Ascensión.
SEGUNDA LECTURA. Efesios 1,17-23 o Efesios 4,1-13 o Efesios 4,1-7.11-13.
Efesios 1,17-23
17Que el Dios de nuestro Señor Jesús Mesías, el Padre que posee la gloria, os dé un saber y una revelación interior con profundo conocimiento de él; 18que tenga iluminados los ojos de vuestra alma, para que comprendáis qué esperanza abre su llamamiento, qué tesoro es la gloriosa herencia destinada a sus consagrados 19y qué extraordinaria su potencia en favor de los que creemos, conforme a la eficacia de su poderosa fuerza.
20Desplegó esa eficacia con el Mesías, resucitándolo y sentándolo a su derecha en el cielo, 21por encima de toda soberanía y autoridad y poder y dominio, y de todo título reconocido no sólo en esta edad, sino también en la futura. 22Sí, todo lo sometió bajo sus pies (Sal 8,7), y a él lo hizo, por encima de todo, cabeza de la Iglesia, 23que es su cuerpo, el complemento del que llena totalmente el universo.
EXPLICACIÓN.
Añade una petición o bendición (17-19): El Dios de Jesús es el Padre, es decir, el que por amor comunica su propia vida (el Espíritu); gloria, riqueza que puede conceder toda clase de dones; saber/sabiduría que nace de la revelación interior; ésta se identifica con la experiencia viva del Espíritu, que pone en comunión con el Padre. La experiencia de su amor y su fuerza hará comprender su proyecto sobre el hombre y dará la seguridad de su realización. Tenga iluminados los ojos de vuestra alma, lit. "de vuestro corazón" (cf. Sal 13,4; 19,19), término que, en la antropología semítica, designa la interioridad del hombre (alma).
La potencia de Dios se ha manifestado en la exaltación de Jesús Mesías. Alude el autor a Sal 110,1: "Dice el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, mientras hago de tus enemigos estrado de tus pies", y a Sal 8,7: "Todo lo sometiste bajo sus pies". Los términossoberanía, autoridad, etc. designaban potencias supramundanas; pero en los escritos del NT, también a los poderes de este mundo, concreción de las potencias que dominan al hombre; ésos son los enemigos que dieron muerte al Mesías y que Dios somete debajo de sus pies. La exaltación del Mesías no lo separa de la humanidad; al contrario, está conectado a ella por medio de la iglesia/comunidad, que es su cuerpo (1,20-23).Complemento, gr. plêrôma, "plenitud", interpretada en sentido activo: "lo que llena/completa".
EFESIOS 4,1-13 o 4,1-7.11-13.
1En consecuencia, un favor os pido, yo, el prisionero por el Señor: Que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; 2sed de los más humilde y sencillo, se pacientes y conllevaos unos a otros con amor. 3Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, escuchándola con la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y un Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos.
7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio. 8Por eso dice la Escritura:
Subió a lo alto llevando cautivos,
dio dones a los hombres (Sal 67,19).
9¿Qué significa ese "subió" sino que también ha bajado a esta tierra inferior? 10El que ha bajado es aquel que había subido por encima de los cielos para llenar el universo.
11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.
Explicación.
El tema de la unidad, expuesto anteriormente, lleva a la exhortación. La unidad es fruto del Espíritu y exigencia ineludible del llamamiento cristiano. La actitud de humildad y amor paciente es esencial, para impedir que la unidad sea destruida por los defectos ordinarios (2-3). Motivos profundos de la unidad (4-5); sobre todos, gr. epi pántôn, cf. Rom 9,5; entre todos, gr. dia pántôn,expresa una relación con todo el cuerpo de la comunidad, a través de la cual se difunden el influjo y la fuerza de Dios; en todos, gr. en pâsin, más individual, indica la habitación de Dios en cada uno (6).
Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).
Por eso dice la Escritura, lit. Por eso dice; se suple el sujeto obvio (cf. Rom 15,9.10; Gál 3,16) (8). La cita de Sal 67,19 modifica el original en el segundo verso (hebr., LXX: "te dieron tributo de hombres"), siguiendo, al parecer, el Targum de los Salmos, donde es Moisés, quien, después de haber subido al monte, baja hasta el pueblo con la Ley. De este modo, la cita y el comentario del autor (9-10) describen de modo figurado el don del Espíritu, diversificado en dones diversos, por parte de Jesús victorioso y exaltado, de nuevo presente en la comunidad (cf. 3,17).
Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13).
Evangelio. Marcos 16,15-20.
UN FINAL AÑADIDO AL EVANGELIO DE MARCOS.
15 Y añadió:
-Id por el mundo entero proclamando la buena noticia a toda la humanidad. 16El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer, se condenará. 17A los que crean, los acompañarán estas señales: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, 18cogerán serpientes en la mano y, si beben algún veneno, no les hará daño; aplicarán las manos a los enfermos y quedarán sanos.
19Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 20Ellos se fueron a proclamar el mensaje por todas partes, y el Señor cooperaba confirmándolo con señales que los acompañaban.
20Han anunciado en compendio todo lo que se prescribió a Pedro y sus compañeros. Después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, de oriente a occidente, el sagrado e incorruptible pregón de la salvación definitiva. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario