lunes, 24 de febrero de 2020

LECTURAS DEL LUNES 24 DE FEBRERO DEL AÑO 2020


Primera Lectura. Santiago 3,13-18.

13A ver, ¿quién de vosotros es sabio y docto? Pues demuestre con su buena conducta que obra como sabio, sin violencia. 14Pero si interiormente os amarga el despecho y sois partidistas, dejad de presumir y engañar a costa de la verdad. 15No es ése el saber que baja de lo alto; ése es terrestre, irracional, maléfico; 16y donde hay despecho y partidismo hay turbulencia y toda clase de malas faenas. 17En cambio, el saber que baja de lo alto es, ante todo, límpido y luego apacible, comprensivo y abierto, rebosa buen corazón y buenos frutos, no hace discriminaciones ni es fingido. 18Y la cosecha de honradez, con paz la van sembrando los que trabajan por la paz.

EXPLICACIÓN.

Para ser maestro no basta la ciencia, el saber se muestra en la conducta (13). El falso saber, que se queda en teoría y no modela el comportamiento, lleva a la soberbia y a la rivalidad (14-16). El verdadero saber es pacífico, se traduce en las obras y es sincero; su fruto es la paz (17-18).

Salmo. 19,8-10.15.

8 La ley del Señor es perfecta:
devuelve el respiro;
el precepto del Señor es fiable:
instruye al ignorante;
9 los mandatos del Señor son rectos:
alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida:
da luz a los ojos;
10 el respeto del Señor es puro:
dura para siempre;
los mandamientos del Señor son genuinos;
justos sin excepción;
15 Que te agraden las palabras de mi boca,
acepta mi meditación,
¡Señor, Roca mía, Redentor mío!

Explicación.

19,8-11 Tercera sección. Sin transición ni introducción entre un tema nuevo. Entra la ley abriendo paso a seis sentencias de una regularidad exasperante, como materializando en lenguaje el orden que intenta establecer. Sólo síes: falta una para la perfección.

Los predicados son en gran parte corpóreos: respiración, corazón, ojos; es límpida y pura, es estable y ofrece apoyo. Es razonable, no teme dar razones y así educa al inexperto sin dejarlo en su ignorancia. Es lúcida, no exige obediencia ciega, sino que ilumina los ojos. Da alegría interna, no es carga insoportable.

El último verso propone dos comparaciones: oro, símbolo y medida de valor; miel, manjar el más sabroso (Prov 16,24). El autor piensa en el contenido más que en la formalidad de la ley.

19,15 Ya absuelto y con la integridad recobrada, el orante puede pronunciar su plegaria uniéndose al himno de la creación y respondiendo al atractivo de la ley. Su oración pondrá de acuerdo boca con mente y será aceptada por Dios: cfr. Ex 28,38; Lv 1,3.

Concluye con dos títulos: una metáfora de la naturaleza, otra de la legislación.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Rom 10,18 aplica el v.4 a la predicación del evangelio. El cristiano contempla la creación restaurada en Cristo. Los antiguos explotaron el símbolo del sol como esposo; su salida del tálamo de María en el nacimiento, su carrera "desde el Padre hasta el Padre"; su calor es el Espíritu. La reflexión sobre ley y gracia anticipa la enseñanza de Pablo. 

Evangelio. Marcos 9,14-29.


El niño epiléptico (Mt 17,14-20; Lc 9,37-43a)  

14Al llegar él adonde estaban los discípulos vio en torno a ellos una gran multitud} a unos letrados que discutían con ellos. 15 Al ver a Jesús, toda la multitud quedo desconcertada; pero,  en seguida,  echando a correr, se pusieron a saludarlo. 16Él les preguntó:
-¿De qué discutís con ellos?
17Uno de la multitud le contestó:
-Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que lo deja mudo. 18 Cada vez: que lo agarra, lo tira por tierra, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, pero no han tenido fuerza.
19Reaccionó Jesús diciéndoles:
-¡Generación sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros?, ¿hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo.
20Se lo llevaron y, en cuanto lo vio el espíritu, empezó a retorcer al chiquillo; cayó por tierra y rodaba echando espumarajos. 21Jesús le preguntó al padre:
-¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?
Respondió:
-Desde pequeño; 22y muchas veces lo ha tirado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, conmuévete y ayúdanos.
23Jesús le replicó:
-¡Ese «si puedes»! Todo es posible para el que tiene fe.
24Inmediatamente el padre del chiquillo gritó:
-¡Fe tengo, ayúdame en lo que me falta!
25 Al ver Jesús que una multitud acudía corriendo, intimó al espíritu inmundo:
-¡Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él!
26Entre gritos y violentas convulsiones salió. El chiquillo se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que había muerto. 27Pero Jesús, cogiéndolo de la mano, lo levantó y se puso en pie.
28Cuando entró en casa sus discípulos le preguntaron aparte:
-¿Por qué no hemos podido echarlo nosotros?
29Él les replicó:
-Esta ralea no puede salir con nada, más que pidiéndolo.

EXPLICACIÓN.




(9,14-29): La mención de los letrados señala la temática común a esta escena y a la anterior (9,11): la llegada del Mesías preparada por Ellas. Los letrados acosan a los discípulos (14). La situación de la multitud está representada por dos figuras: el chiquillo epiléptico (desesperación causada por la doctrina de los letrados, que promete una salvación milagrosa en un futuro incierto, renunciando a todo esfuerzo por remediar la injusticia) y el padre (esperanza en Jesús). Los discípulos, que no comprenden el mesianismo de Jesús (8,30.32s; 9,10s), son incapaces de responder a los letrados y de ofrecer alternativa al pueblo (17-18). Generación infiel: Ia del Mesías, que incluye a los discípulos (8,12.38) (19). El pueblo oprimido se rebela violentamente (espíritu inmundo); mal antiguo  en Israel (21: desde pequeño). Esa doctrina lo lleva a conatos de violencia que lo destruyen: el fuego, en relación con Elías (1,30s; 9,4), el agua con Moisés (9,4, éxodo violento). Oración vacilante del padre (si algo puedes) y respuesta de Jesús (22-23). Nueva oración: confía en Jesús, pero  reconoce  su propia ambigüedad (24). Se acerca la multitud los seguidores no israelitas. Liberación del chiquillo/pueblo (25-26) que equivale a la resurrección de un muerto (5,41); coger de la mano: levantar, cf. 1,31, 5,41 s (27). Pregunta de los discípulos en privado  en casa de Israel mesiánico (3,20; 7,17); aparte, incomprensión (cf. 4,34;6,32; 7,33; 9,2).  Fracaso en su actividad (cf. 6,7) (28). La respuesta  de  Jesús Implica que también ellos están poseídos por ese espíritu (reformismo violento), necesitan pedirle a él que los libere de su infidelidad; cf. 10,47,48) (29).

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