PRIMERA LECTURA. Hechos 28,11-16.30-31.
11 Al cabo de tres meses zarpamos en una nave de Alejandría que había invernado en la isla y llevaba por mascarón a los Dióscoros.
12 Tocamos en Siracusa y nos detuvimos tres días;
13 desde allí, costeando, arribamos a Regio. Al día siguiente se levantó viento sur, y llegamos a Pozuelos en dos días.
14 Encontramos allí hermanos y fuimos invitados a pasar siete días con ellos, y finalmente llegamos a Roma.
15 También allí los hermanos, que tenían noticia de nuestras peripecias salieron a recibirnos al Foro Apio y las Tres Tabernas. Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró bríos.
16 Una vez entrados en Roma, le permitieron a Pablo tener su propio domicilio con un soldado que lo vigilase.
30 Permaneció allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían a él,
31 predicando el reinado de Dios y enseñando lo concerniente al Señor Jesús con toda valentía, sin impedimentos.
EXPLICACIÓN.
11 - 16. Salida para Italia. Llegada a Pozuelos (Pozzuoli), estancia con la comunidad cristiana allí existente y arribo a Roma (11-14), donde son bien acogidos por la comunidad local (15). Prisión atenuada de Pablo y desaparición definitiva del "nosotros" (16).
Éstos aparecieron por primera vez cuando se anunció la travesía hacia Europa (16,10). (En la rec. occ. se anticipa su presentación en 11,28.). A partir del momento en que Pablo se ha visto privado de la presencia profética de Bernabé y no obstante el gran rodeo que ha hecho dar a la misión, por haber resuelto enfrentarse con la institución judía de Jerusalén 8cf. 19,21b) contra el parecer del Espíritu Santo (cf. 19,21c; 20,3 var.; 20,23; 21,4.10-12), el grupo del "nosotros" se ha mantenido a su lado o al margen marcando con su presencia o ausencia si el camino elegido por él era recto o equivocado.
Ahora, una vez que Pablo ha alcanzado Roma, objetivo que le había fijado el designio divino (cf. 19,21c; 23,11), el grupo del Espíritu se separa de él definitivamente, a la manera como el ángel liberador se aparta de los personajes a quienes ayuda a liberarse (cf. 12,7-19). Dicho objetivo, Roma, viene expresado también mediante circunlocuciones tales como el "César" (27,24), "el tribunal del César" (25,10), "la apelación al César" (25,11.12.21.25; 26,32; 28,19) o la declaración por parte de Pablo de su verdadera identidad "romana" (16,37.38; 22,25.26.27.29; 23,27); todos estos términos designan al mundo pagano, campo de misión que había sido asignado a Pablo (cf. 13,47; 22,21; 26,17s) y que debía haber sido el suyo desde un principio.
28,30S. La tercera vez que Pablo afirma solemnemente que desde ahora se dirige a los paganos 8cf. 13,46; 18,6; 28,28) lo cumple a la letra (30). La frase decisiva es la que cierra el libro: "con toda libertad/valentía", efecto del Espíritu (cf. 4,29), "sin impedimento" (31), por haber renunciado a su nacionalismo judío, el máximo obstáculo que se había interpuesto constantemente en su labor misionera. Ahora alcanza toda su talla de apóstol.
Una vez que los personajes más representativos de las principales tendencias han alcanzado el ápice de su liberación personal, poniendo todas sus facultades y actividad al servicio del mensaje universalista de Jesús, Lc deja de hablar de ellos. (Así, Felipe, portavoz del grupo helenista, desaparece de escena en 8,40, reapareciendo en 21,8s a la cabeza de la comunidad paganocristiana de Cesarea; Pedro, portavoz del grupo hebreo/apostólico, sale de escena en 12,17, reapareciendo en 15,7-11 para defender la causa de los paganos.) Por eso, una vez que Pablo ha alcanzado su plena madurez de apóstol, Lc puede concluir el segundo libro. Ya no hace falta hablar más de él, pues está perfectamente en línea con el mensaje de Jesús (primer libro).
SALMO. 98,1-6.
(Sal 96; Is 40-55)
1Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas;
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
2EI Señor da a conocer su victoria,
revela su justicia a la vista de los pueblos.
3Se acordó de su lealtad y fidelidad
para la Casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
4Vitorea al Señor, tierra entera,
gritad, aclamad, tañed:
5tañed la cítara para el Señor
la cítara al son de instrumentos.
6Con clarines y al son de trompetas
vitoread ante el Señor y Rey.
Explicación.
98 Género. Himno a la realeza del Señor, gemelo del Sal 96 y miembro de la serie homogénea 93-99. Las relaciones, a veces identidad, con Isaías 11 son patentes, especialmente Is 52,7-10; 42,10-12; es conocido en el mismo autor el interés por la novedad de los sucesos y del anuncio. El verbo "gritad" (psh, 4) sólo figura aquí y en Is 40-55.
En la perspectiva histórica propuesta, interpreto así el salmo: El Señor Dios de Israel, que parecía vencido por los dioses de Babilonia, ha conseguido la "victoria": ha sido patente en el ámbito internacional (2). Ahora, con los suyos rescatados, vuelve (9) a su capital y su palacio, como rey triunfante, para tomar posesión de su legítimo reino universal (10). Israel es el primer beneficiario, los pueblos contemplan, la naturaleza se suma a la fiesta.
Composición. Atendiendo al esquema típico de imperativo y motivación, el salmo procede en dos ondas desiguales: invitación (1 a), motivación (1 b-3); invitación a la orquesta (4-6), invitación a la naturaleza (7-8), motivación (9). Es manifiesta la asimetría, provocada por la amplificación instrumental y la llamada a la creación. Reducido a esquema el argumento suena así: una vez ganada la victoria, el rey viene para instaurar un gobierno de justicia. Puede compararse con las situaciones de Saúl (1 Sm 8,20; 10,24), David (1 Sm 5,2).
98,1 Ap 5,9; 14,3.
98,1-3 Notamos una "victoria" singular y "maravillas" plurales. La explicación está en el "recuerdo" del Señor, el cual ha sido coherente con su modo de proceder, ha mantenido su "lealtad". La acción ha sido a favor de Israel y "justa", la manifestación es universal: Israel es escenario de la actuación de Dios.
98,4-6 En la música instrumental y vocal reconoce el salmista un acto superior de alabanza. La vocal exalta la palabra, intensifica la expresión; la instrumental templa y acuerda los sonidos naturales.
Transposición cristiana.
El tema del "venir" se realiza en el "adviento", en el Mesías "que ha de venir"; doble adviento, histórico y escatológico; ambos celebrados en nuestro adviento litúrgico. El segundo tema es el reinado, dominante en el NT: universal y justo. Al "cántico nuevo" se refiere Ap 5,9s.
EVANGELIO. Mateo 14,22-33.
22 Enseguida obligó a los discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes.
23a Después de despedirlas subió al monte para orar a solas.
23b Caída la tarde, seguía allí solo.
24 Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, maltratada por las olas, porque llevaba viento contrario.
25 De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el mar.
26 Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar se asustaron diciendo que era un fantasma, y daban gritos de miedo.
27 Jesús les habló enseguida:
- ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!
28 Pedro le contestó:
- Señor, si eres tú, mándame llegar hasta ti andando sobre el agua.
29 Él le dijo:
- Ven.
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua para llegar hasta Jesús;
30 pero al sentir la fuerza del viento le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
- ¡Sálvame, Señor!
31 Jesús extendió en seguida la mano, lo agarró y le dijo:
- ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?
32 En cuanto subieron a la barca cesó el viento.
33 Los de la barca se postraron ante él diciendo:
- Realmente eres Hijo de Dios.
EXPLICACIÓN.
Aleja a los discípulos del contacto con la multitud, para evitar el falso mesianismo triunfal (22). Primera mención de la oración de Jesús (cf. 26,36ss) (23a).
23B - 33. La barca, figura de la comunidad; a la otra orilla: a país pagano; el viento contrario: la resistencia de los discípulos a alejarse del lugar donde está la esperanza de un triunfo. Andar sobre el agua, privilegio divino (Job 9,8; 38,16) (25). Reacción: incredulidad (fantasma), no reconocen al Hombre-Dios (1,23). Soy yo (27), fórmula de identificación divina (Éx 3,14; Is 43,1.3.10s). Desafío de Pedro (28). Señor, mándame, quiere andar sobre el agua, participar de la condición divina de Jesús, pero como milagro, no por su entrega personal. Esperaba lograrlo sin obstáculos; ha olvidado que el hombre se hace hijo de Dios en medio de la oposición y persecución (5,10s).
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