sábado, 6 de julio de 2019

LECTURAS DEL SÁBADO 6 DE JULIO DEL AÑO 2019

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN


PRIMERA LECTURA. Génesis 27,1-5.15-29.

1Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:
-¡Hijo mío!
Le contestó:
-Aquí estoy.
2Le dijo:
-Mira, ya estoy viejo y no sé cuándo voy a morir. 3Así que tomas tus aparejos, arco y aljaba, y sal a descampado a cazarme alguna pieza. 4Después me la guisas como a mí me gusta y me la traes para que la comoa. Pues quiero darte mi bendición antes de morir.
5Rebeca escuchaba lo que Isaac decía a su hijo Esaú. Esaú salió a descampado para cazar y traer alguna pieza.
15Rebeca tomó el traje de fiesta que guardaba en el arcón, y se lo vistió a Jacob, su hijo menor. 16Con la piel de los cabritos le cubrió las manos y la parte lisa del cuello. 17Después puso en manos de su hijo Jacob el guiso que había preparado con el pan.
18El entró adonde estaba su padre y le dijo:
-Padre mío.
Le contestó.
-Aquí estoy. ¿Quién eres tú, hijo mío?
19Jacob respondió a su padre:
-Yo soy Esaú, tu primogénito. He hecho lo que me mandaste. Incorpórate, siéntate y come de la caza; y después me bendecirás.
20Isaac dijo a su hijo:
-¡Qué prisa te has dado para encontrarla, hijo mío!
Le contestó:
-Es que el Señor tu Dios me la puso al alcance.
21Isaac dijo a Jacob:
-Acércate que te palpe, hijo mío, a ver si eres tú mi hijo Esaú o no.
22Se acercó Jacob a Isaac, su padre, el cual palpándolo dijo:
-La voz es la voz de Jacob, las manos son las manos de Esaú.
23No le reconoció porque sus manos eran peludas como las de su hermano Esaú. Y se dispuso a bendecirlo. 24Preguntó:
-¿Eres tú mi hijo Esaú?
Contestó: -Lo soy.
25Le dijo:
-Hijo mío, acércame la caza, que coma; y después te bendeciré.
Se la acercó y comió, luego le sirvió vino, y bebió.
26Isaac, su padre, le dijo:
-Acércate y bésame, hijo mío.
27Se acercó y lo besó. Y al oler el aroma del traje, lo bendijo diciendo:
-Mira, el aroma de mi hijo
como aroma de un campo
que ha bendecido el Señor.
28Que Dios te conceda
rocío del cielo
feracidad de la tierra,
abundancia de grano y mosto.
29Que te sirvan pueblos
y te rindan vasallaje naciones.
Sé señor de tus hermanos,
que te rindan vasallaje
los hijos de tu madre.
¡Maldito quien te maldiga,
bendito quien te bendiga!

Explicación.

27,2 El recuerdo de la muerte se cierne sobre el relato (2.4.7.10.41) y confiere a la bendicón valor testamentario.

27,3-4 Léase Prov 29,17.

27,5 Como Sara (18,11)

27,18-19 Jacob e Isaac. Se articula en cinco fases: petición (182); identificación (24); comida (25); beso (26); fórmula de bendicón (27-29).

27,27-29 La bendición presenta un texto compuesto. La primea parte es de y para labradores: grano y mosto. La segunda es política: soberano y vasallo. La tercera es de ámbito familiar. La cuarta hace al heredero cauce de bendición. Es curioso que no haya nada para el pastor y el cazador. La combinación de la prosperidad agrícola y el dominio político también se encuentra en otras bendiciones, como las de Judá y José en Gn 49,8-11.22-24; la de José en Dt 33,12-17.

27,27 Se acerca Jacob difundiendo con el traje fraterno efluvios aromáticos que envuelven al anciano. Isaac no ve, huele e imagina la fragancia de un campo bendecido por Dios; y le brota la bendición.

27,28 "Rocío" que el hombre no desprende ni encauza, don puro del cielo. Job 29,19.

27,29 Sal 4,8: Gn 49,8-10.

Explicación.

27,1 Otros casos de ceguera: Jacob (Gn 48,10), Elí (1 Sm 3,12, Ajías 1 Re 14,4; lo contrario se dice de Moisés: Dt 34,7). 

SALMO. 135,1-6.


1Aleluya
¡Alabad el nombre del Señor
Alabadlo, siervos del Señor,
2que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios. 
3Alabad al Señor, que el Señor es bueno, 
tañed en su honor, porque es amable.
4Que el Señor eligió a Jacob,
a Israel como su propiedad. 
5yo sé que el Señor es grande,
nuestro Dios más que todos los dioses.
6Todo lo que quiere el Señor
lo hace en el cielo y la tierra, 
en los mares y las corrientes.

Explicación.


135,1-5 Insiste en mencionar a Dios: Yhwh 5X, Yh 2X, nombre 2X, nuestro Dios / dioses, nuestro Soberano (Dios) 1X. Empieza como invitatorio, pero en el v. 3 adelanta una motivación genérica.
135,1 Como 113,1, en orden inverso, y como 133,1, con otro verbo. Los "siervos que están en el templo" son los ministros, los sacerdotes y levitas del final.
135,3 La bina "bueno y amable" la hemos leído en 133,1.
135,4 Jacob e Israel forman el nombre ideal de la comunidad judía. El término "propiedad" apunta a la alianza: Ex 19,5; Dt 7,6; Mal 3,17 etc.
135,5 Casi a la letra pronuncia esta fórmula Jetró: Ex 18,11. Los "dioses" que veneran otros pueblos. No creo que sea aquí la corte celeste.
135,6 Como 115,3b con un cambio significativo para expresar la soberanía en toda la creación. La división es, en rigor, tripartita. 
Transposición cristiana.
Para una lectura cristológica uniremos el comienzo de Jn con el final de Mt, ambos sobre el poder de Jesucristo, Palabra de Dios. Para la lectura eclesiológica uniremos Jn 1,4 "acampó con nosotros", con Mt 28,20 "yo estoy con vosotros". 

EVANGELIO. Mateo 9,14-17.

   14 Se acercaron entonces los discípulos de Juan a preguntarle:
                   - Nosotros y los fariseos ayunamos a menudo, ¿por qué razón tus discípulos no ayunan?
                   15 Jesús les contestó:
                   - ¿Pueden estar de luto los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que les arrebaten al novio y entonces ayunarán.
16 Nadie echa una pieza de paño sin estrenar a un manto pasado, porque el remiendo tira del manto y deja un roto peor.
17 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque, si no, revientan los odres: el vino se derrama y los odres se echan a perder; no, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.

EXPLICACIÓN.

14 - 17.         La práctica religiosa de los discípulos de Juan se ha asimilado a la de los fariseos (cf. 3,7). Reproche: Jesús no se atiene a la tradición ascética ni impone disciplina a sus discípulos. Jesús compara su convivencia con los discípulos a un banquete de bodas, donde él representa al novio/esposo (cf. 3,11) en el simbolismo de la alianza (Os 2), cambio de alianza (Jr 31,31-34): amistad, alegría, libertad. El ayuno, expresión de tristeza, incompatible con la presencia de Jesús. Las antiguas instituciones son inconciliables con el nuevo Espíritu (16s); todo compromiso lleva a la ruina de ambos. Novedad radical.


2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 1 Corintios 6,13-15.17-20

13-La comida es para el estómago y el estómago para la comida, y, además, Dios acabará con lo uno y con lo otro.
           -Pero el cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo, 14pues Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.
          15¿Se os ha olvidado que sois miembros de Cristo?, y ¿voy a quitarle un miembro al Mesías para hacerlo miembro de una prostituta? ¡Ni pensarlo! 
17En cambio, estar unido al Señor es ser un Espíritu con él. 18Huid de la lujuria; cualquier prejuicio que uno cause queda fuera de uno mismo; en cambio, el lujurioso perjudica a su propio cuerpo.
          19Sabéis muy bien que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros porque Dios os lo ha dado. 20No os pertenecéis, os han comprado pagando; pues glorificad a Dios con vuestro cuerpo.

Explicación.

 El objetor afirma que las funciones naturales no son objeto de juicio moral (diferencia con el judaísmo en la cuestión de los alimentos). Pablo destaca que  el cuerpo (la persona en cuanto activa) tiene un vínculo indisoluble con el Señor y que no es algo perecedero, como la necesidad de comer, sino que está destinado a vivir para siempre (13-14).

             Las palabras de Gn 2,24: serán un solo ser ("una sola carne"), eran interpretadas por los rabinos como la creación de una unidad física. En ese sentido, quien se une a una prostituta degrada su propia persona (15-18); con eso profana el templo del Espíritu y es infiel a su dueño, del que es propiedad todo entero (19-20).

Salmo. 31,3-4.6.8.16-17


3 Préstame oído, ven aprisa a librarme,
sé mi roca de refugio, mi alcázar salvador;
4 que mi peña y alcázar eres tú:
por tu nombre dirígeme y guíame;


6 En tu mano encomendaba mi vida:
y me libraste, Señor, Dios fiel.


8 Festejaré, celebraré tu lealtad,
pues te fijaste en mi aflicción
velaste por mi vida en peligro.


16 En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen.
17 Muestra a tu siervo tu rostro radiante,
sálvame por tu lealtad.


Explicación.


31, 2b-5. Se adensa la súplica en siete imperativos de liberación y cuatro sustantivos que componen un espacio metafórico militar o cinegético. El orante se imagina como animal indefenso, acosado por cazadores que intentan matarlo; salta a una peña, busca una roca, cae en la red; alguien lo saca y conduce a lugar seguro (véase v.9). Cabe también la imagen militar recordando las aventuras de David huido por las montañas: 1 Sm 22,4s; 24,23. El paso de una imagen a otra es fluido, las imágenes pierden precisión. "Por tu nombre": puede ser también título o fama; el orante no alega méritos propios, sino peligros, y la fama o prestigio de Dios.

31,6-9. Los verbos del orante. El hifil de pqd es confiar un depósito a un guardián (Lv 5,21.23). Implica que el guardián es fiel (6b) y que uno se fía de él (7b). El orante deposita, no una propiedad preciosa, sino el "aliento" o vida o espíritu (cfr. Nm 27,16). En fuerte contraste están (a la letra) "quienes guardan soplos vanos" (Jn 2,9). Con los verbos del Señor podemos componer una secuencia: libró - se fijó - se ocupó no entregó - estableció. Verbos ricos de paralelos. P. ej. "fijarse en la aflicción": Ex 3,7; 4,31; Dt 26,7; "entregar en poder" 1 Sm 23,11 "establecer", con resonancia de nombrar: Sal 18,34; 30,8. El "espacio" se opone a la estructura (de 8b y 10a). Llamar a los ídolos "soplos" se encuentra en Dt 32,21 y es corriente en Jr.


31,7 "Odias": leo segunda persona como pide el sentido y recomiendan versiones antiguas.

Evangelio. Juan 12,24-26


24. Sí, os lo aseguro: Si el grano de trigo una vez caído en la tierra no muere, permanece él solo; en cambio, si muere, produce mucho fruto.
25. Tener apego a la propia vida es destruirse, despreciar la propia vida en medio del orden este es conservarse para una vida definitiva.
26. El que quiera ayudarme, que me siga, y así, allí donde yo estoy, estará también el que me ayuda. A quien me ayude lo honrará el Padre.


Explicación.


La hora final, la de su muerte, manifestará su gloria/amor y permitirá la misión. No se produce vida/fruto sin da la propia (24); amar es darse sin escatimar, hasta desaparecer, si es necesario. Solamente el don total libera las capacidades del hombre. Esta muerte no es un suceso aislado, sino la culminación de un proceso de donación de sí mismo. La fecundidad no depende de la transmisión de una doctrina, sino de una muestra extrema de amor (si no muere, permanece él solo). Sólo quien no teme a la muerte (25) puede entregarse hasta el fin, llevando su vida a su completo éxito. Infundir temor, la gran arma del orden injusto; el apego a la vida lleva a todas las abdicaciones. Ser discípulo significa colaborar en la tarea de Jesús (26), aun en medio de la hostilidad y persecución; el que colabora se encuentra, como Jesús, en la esfera del Espíritu, en el hogar del Padre (7,34; 8,29). El hombre libre posee su vida, su presente, y en cada presente puede entregarse del todo: la entrega total en cada momento es el significado de “morir”. Lo honrará el Padre, como a hijo.

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