2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura. II TESALONICENSES 1,1-5.11-12.
1Pablo, Silvano y Timoteo, a los que en Tesalónica forman la Iglesia de Dios nuestro Padre y del Señor, Jesús Mesías: 2Os deseamos el favor y la paz de Dios Padre y del Señor, Jesús Mesías.
3Es deber nuestro dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos; y es también justo, pues vuestra fe crece vigorosamente, y vuestro amor, de cada uno uno por todos y de todos por cada uno, sigue aumentando. 4Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las iglesias, por la constancia de vuestra fe en medio de todas las persecuciones y agobios que soportáis.
5Esto es indicio claro del justo juicio de Dios, que se propone concederos su Reino, por el cual bien que padecéis;
11Teniendo esto presente pedimos continuamente a nuestro Dios que os ponga a la altura de vuestra vocación y con su poder dé plena realidad a todo buen propósito y actividad de la fe; 12así glorificaréis a nuestro Señor Jesús y él a vosotros, con la generosidad de nuestro Dios y del Señor, Jesús Mesías.
EXPLICACIÓN.
1-4. Remitentes, destinatarios y saludo, casi idéntico al de 1 Tes. La mención de Silvano/Silas indicaría que la carta fue escrita muy poco después de la primera, pues Silvano no parece haber acompañado a Pablo después de su estancia en Corintio (cf. Hch 18,5) (1-2).
Exordio: Acción de gracias en tono solemne (Es deber nuestro... y es también justo)por la fe/adhesión y el amor mutuo crecientes de la comunidad (1 Tes 1,3). Ésta sufre persecución, pero la sobrelleva sin cejar en su fe; no menciona el autor el apoyo de la esperanza (cf. 1 Tes 1,3). Motivo de orgullo para Pablo y sus compañeros (3-4). Estas afirmaciones supondrían que Pablo había recibido nuevas noticias de Tesalónica después de las que motivaron la primera carta, de las que, sin embargo, no hace mención en ésta.
El tema de la persecución conduce al del juicio de Dios. La persecución que sufren es la prueba de que este juicio será justo, porque Dios no es indiferente a la opresión. El autor relega el reino de Dios a la vida futura (5).
Sigue la oración que va unida ordinariamente al exordio. El autor pide que la fe/adhesión a Jesús se traduzca realmente en obras (11); a nuestro Señor Jesús, el gr. ónoma, "nombre", está por la persona misma (12).
SALMO 96,1-5.
(Sal 98; Is 44-55)
1Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, la tierra entera;
2cantad al Señor, bendecid su nombre,
pregonad día tras día su victoria.
3Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
4Porque es grande* el Señor
y muy digno de alabanza;
más temible que todos los dioses.
5Pues los dioses de los paganos son apariencia,
mientras que el Señor hizo los cielos.
EXPLICACIÓN.
96,1 Teóricamente, el canto es nuevo la primera vez que se canta, no cuando se repite. ¿Es nuevo un canto hecho de retazos usados? Creo que el autor se mueve con el espíritu de novedad que anima al profeta del destierro.
96,4 Que infunde temor o reverencia: Sal * O: muy famoso.
Transposición cristiana.
Se pueden seguir dos pistas: el adviento y el reinado. Dejando la primera para el Sal 98, me fijo en la segunda. El Apocalipsis canta el reinado del Padre y de su Mesías: 11,15.17; 12,10-12; 19,6; véanse también 1 Cor 15,25; Col 1,13.
EVANGELIO DE MATEO 23,13-22.
13 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que les cerráis a los hombres el reino de Dios! Porque vosotros no entráis, y a los que están entrando tampoco los dejáis.
15 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros!
16 ¡Ay de vosotros, guías de ciegos, que enseñáis: "Jurar por el santuario no es nada, pero jurar por el oro del santuario obliga"!
17 ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más: el oro o el santuario que consagra el oro?
18 O también: "Jurar por el altar no es nada, pero jurar por la ofrenda que está en el altar obliga".
19 ¡Ciegos! ¿Qué es más: la ofrenda o el altar, que hace sagrada la ofrenda?
20 Quien jura por el altar, jura al mismo tiempo por todo lo que está encima;
21 y quien jura por el santuario, jura al mismo tiempo por el que habita en él:
22 y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él.
EXPLICACIÓN.
Los siete "ayes" (13 - 33). Letrados y fariseos pretenden ser fieles a Dios por practicar observancias mínimas, mientras son infieles en lo principal. Usan de su autoridad para impedir que el pueblo acepte el mensaje (13). Algunos mss. añaden el v.14, tomado de Mc 12,40: "Esos que se comen los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. Esos tales recibirán una sentencia severísima". No llevan a los prosélitos al conocimiento de Dios, los hacen fanáticos del legalismo (15). Guías ciegos (cf. 15,14), juramentos supersticiosos que no se refieren a Dios, sino a objetos (16-22).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Eclesiástico 26,1-4.13-16
1Dichoso el marido de una mujer buena:
se doblarán los años de su vida.
2Mujer hacendosa hace engordar al marido,
y lo hará feliz toda su vida.
3Mujer buena es buen partido
que recibe el que teme al Señor:
4sea rico o pobre, estará contento
y tendrá cara alegre en toda sazón.
13Mujer hermosa deleita a su marido,
mujer prudente lo robustece;
14mujer discreta es don del Señor:
no se paga un ánimo instruido;
15mujer recatada duplica su encanto:
no tiene precio un ánimo dueño de sí.
16El sol brilla en el cielo del Señor,
la mujer bella en su hogar bien arreglado;
Explicación.
26,1-4 La visión negativa no es lo último: aunque más breve, esta estrofa quiere contrarrestar lo anterior. El original adopta una posición enfática:, "Mujer buena: ¡dichoso su marido!"; véase Prov 12,3; 18,22.
26,1 Duplicar los años se opone en cierto modo al tener que morir de la estrofa precedente, y es una de las bendiciones fundamentales, muy frecuente en la predicación deuteronómica, p. ej. Dt 5,16.33; 6,2; 11,9; 22,7; 25,15.
26,2 El título encabeza el poema alfabético al ama de casa, Prov 31 ,10-31. La paz es otra bendición fundamental de Dios.
26,3 El camino para conseguir tales bendiciones es temer al Señor. Se opone a 25,19.
26,4 En oposición a 25,23. Otro modo de decir que vale más que la riqueza, Prov 31,10.
26,13-18 Nueva alternancia, para describir a la mujer buena y hermosa. Ambas cualidades aparecen reunidas en el conjunto de los seis versos: primero en paralelismo, después dando preferencia a cualidades morales, finalmente, exaltando la belleza.
26,13-15 Tres virtudes sapiencia les: prudencia, discreción, instrucción. La belleza está aquí más valorada que en Prov 31,30, sin que alcance el valor sumo.
26,16-18 La mujer hermosa se compara a lo más noble y luminoso en la naturaleza y el culto: en su casa irradia luz y orden, su figura tiene algo de sagrado, es una fantasía de riqueza esplendente. Hay que recordar lo que el autor sabe decir del sol y del culto en los últimos capítulos del libro, para apreciar el valor de estos tres versos; también se puede recordar la belleza masculina del sol en Sal. Compárese el v. 18 con Sal 144,12. 26,19-27 Diez versos de exhortación que insisten en los mismos temas y oposiciones; se leen en algunos manuscritos griegos.
Salmo. 131,1-3
1Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos altaneros;
no persigo grandezas
ni maravillas que me superan.
2Juro que allano
y aquieto mi deseo.
Como un niño en brazos de su madre
como un niño sostengo mi deseo.
3¡Espere Israel en el Señor,
ahora y por siempre!
Explicación.
131 Género y situación. Oración de confianza individual que se abre a la comunidad. Uno de los más breves e intimistas de salterio. La intimidad ha abolido circunstancias externas, ha fijado un momento perdurable. El orante se desdobla: mira hacia dentro y comunica al Señor lo que descubre. Se ha mirado con tal lucidez y honestidad, que se atreve a jurar ante Dios.
La comparación del niño y la madre o el padre se establece entre el deseo o aspiraciones y el yo maduro. Es comparación psicológica, no teológica. El deseo puede ser como un niño necesitado, caprichoso, débil y exigente, inquieto y sin juicio. Toca a la madre acogerlo con dominio blando, con decisión cariñosa. Toca al varón dominar y serenar su deseo, con juicio y comprensión. En un segundo momento se puede trasladar la comparación a la relación del hombre con
Dios.
131,1 A manera de comentario pueden leerse textos sapienciales: Prov 16,18s; 30,13; Eclo 10,6-18; de los profetas Is 2,9-19. "Me superan": Job 42,3.
131,2 Mt 18,1-5 par.
131,3 Al aplicar la enseñanza a Israel, la experiencia individual se hace comunitaria y propone cuestiones graves. ¿Es la humildad virtud del individuo y no de la comunidad? ¿Es compatible el orgullo nacional con la confianza en Dios?
Transposición cristiana.
Un texto clásico sobre el hacerse niños se lee en Mt 18,3-5par. La humildad condición para recibir la revelación: Lc 10,21 s. Hay que repetir la pregunta final, dirigida a la Iglesia.
Evangelio. Lucas 7,11-17
11 Después de esto fue a una ciudad llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
12 Cuando se acercaba a las puertas de la ciudad resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; una considerable multitud de la ciudad la acompañaba.
13 Al verla el Señor, se conmovió y le dijo:
- No llores.
14 Acercándose, tocó el ataúd (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
- ¡Joven, a ti te hable, levántate!
15 El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
16 Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios diciendo:
- Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Y también:
- Dios ha visitado a su pueblo.
17 Este dicho acerca de Jesús se extendió por todo el país judío y todo el territorio circundante.
EXPLICACIÓN.
D. Jesús e Israel. 11-17. Como en el episodio anterior, dos personajes; ahora, la madre y el hijo muerto, figuras respectivamente de la ciudad/nación (Sión) y del pueblo. Alusión a Elías y la viuda de Sarepta (1 Re 17,8-24) y a Eliseo y la sunamita (2 Re 4,32-37). Para los contemporáneos, la muerte del hijo único significaba un juicio y castigo de Dios contra la madre viuda. Viuda, Israel privado de su Dios (cf. Jr 51,5); el hijo único, el pueblo. El Señor(13): condición divina. La situación de Israel conmueve a Jesús; tocar el ataúd, no hacer caso de la impureza legal (Nm 19,11-16; cf. Lc 5,13); lo detiene en su camino hacia la muerte definitiva (entierro) (14).
La palabra de Jesús comunica vida, capacita al muerto para levantarse por sí solo (cf. 5,24). Nueva vida: movimiento y palabra. Se lo entregó a su madre, cf. 1 Re 17,23; Elías, tipo de Jesús (15). Doble comentario (16): Un gran profeta, como Elías y Eliseo (cf. 2 Re 4), continuidad con el AT. Dios ha enviado a su pueblo, trasfondo mesiánico (cf. 1,68, cántico de Zacarías), anuncio de la liberación de Israel (cf. Éx 4,31), esperanza de cambio definitivo.
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