Primera Lectura. Isaías 5,1-7.
Canto a la viña (Os 10,1-8; Sal 80)
1Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña: Mi amigo tenía una viña en fértil collado. 2La entrecavó, la descantó y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diera uvas, pero dio agrazones. 3Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. 4¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? 5Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su cerca para que la pisoteen. 6La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella. 7La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis; asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.
Explicación.
5,1-7 En la famosa canción de la viña observamos tres cosas. a) El doble plano simbólico. Es un canto de trabajo, que disimula apenas un canto de amor: el amador canta su fracaso amoroso. El cual simboliza el fracaso amoroso del Señor con su pueblo. b) El verbo "hacer" con sus especificaciones agrícolas suena siete veces. El amor no es sólo sentimiento, sino obras, por ambas partes. La paradoja es que a los favores del amante Dios debe responder el amor al prójimo hombre. Con sus trabajos de amor, Dios busca que los israelitas se amen y respeten. c) El canto empieza en tono lírico. De repente (3) se interrumpe y se vuelve retórico: interpela al público para que tome el puesto y actitud de jurado en el pleito. Cuando el público ha emitido mentalmente su veredicto, el profeta retuerce contra ellos el oráculo.
5,1 El profeta entona el canto del amigo, que parece avergonzarse de querellarse en público.
5,6 La prohibición supone un poder cósmico que compete al Señor (Job 38,34).
5,7 Un verso lapidario, con ingeniosas aliteraciones, remacha la lección. La imagen de la viña se recoge y explota en el NT (Mt 21,33-45 par; Jn 15,1-6).
Salmo. 80,9.12-16.19-20.
Canto a la viña (Os 10,1-8; Sal 80)
1Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña: Mi amigo tenía una viña en fértil collado. 2La entrecavó, la descantó y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diera uvas, pero dio agrazones. 3Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. 4¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? 5Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su cerca para que la pisoteen. 6La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella. 7La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis; asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.
Explicación.
5,1-7 En la famosa canción de la viña observamos tres cosas. a) El doble plano simbólico. Es un canto de trabajo, que disimula apenas un canto de amor: el amador canta su fracaso amoroso. El cual simboliza el fracaso amoroso del Señor con su pueblo. b) El verbo "hacer" con sus especificaciones agrícolas suena siete veces. El amor no es sólo sentimiento, sino obras, por ambas partes. La paradoja es que a los favores del amante Dios debe responder el amor al prójimo hombre. Con sus trabajos de amor, Dios busca que los israelitas se amen y respeten. c) El canto empieza en tono lírico. De repente (3) se interrumpe y se vuelve retórico: interpela al público para que tome el puesto y actitud de jurado en el pleito. Cuando el público ha emitido mentalmente su veredicto, el profeta retuerce contra ellos el oráculo.
5,1 El profeta entona el canto del amigo, que parece avergonzarse de querellarse en público.
5,6 La prohibición supone un poder cósmico que compete al Señor (Job 38,34).
5,7 Un verso lapidario, con ingeniosas aliteraciones, remacha la lección. La imagen de la viña se recoge y explota en el NT (Mt 21,33-45 par; Jn 15,1-6).
Salmo. 80,9.12-16.19-20.
9Una vid extrajiste de Egipto,
expulsaste pueblos y la plantaste.
12Extendió sus sarmientos hasta el mar
y sus brotes hasta el Río Grande.
4,6). El "ser humano, hombre de tu diestra, a quien has fortalecido": es muy antigua le lectura mesiánica de ese verso, y puede apoyarse en Is 41,10 Y Sal 89,22. De ahí se pasa a la lectura eclesiológica: la Iglesia recita el salmo en tiempo de persecución.
y sus brotes hasta el Río Grande.
13¿Por qué has abierto brecha en su cerca
para que la vendimien los viandantes,
14la pisoteen los jabalíes
14la pisoteen los jabalíes
y sea pasto de alimañas?
15Dios de los Ejércitos, vuélvete,
mira desde el cielo. Fíjate,
ven a inspeccionar tu viña,
mira desde el cielo. Fíjate,
ven a inspeccionar tu viña,
16la cepa que plantó tu diestra,
(el esqueje que has hecho vigoroso).
19No nos alejaremos de ti;
danos vida e invocaremos tu nombre.
20¡Señor Dios de los ejércitos, restáuranos
alumbra tu rostro y nos salvaremos!
Explicación.
80,9 "Sacaste" es raro en hifil: Ex 15,22.
"Expulsar" es frecuente en contextos de ocupación de la tierra: Ex 23,28-31 ; Jos 24,12 etc.
80,11-12 La parra que ensombrece cedros equivale al triunfo de lo humilde sobre lo altanero: Is 2,13.
80,13 "Abrir brecha" o desportillar: Is 5,5.
80,14 "Alimañas": aquí y también en Sal 50,11.
80,15-16
Variación y ampliación del estribillo. La visita de inspección como en
Sal 74,3. La frase de 16b es muy sospechosa; probablemente adición
tomada de 18b.
Transposición cristiana.
El
tema del rostro luminoso: Jesús es la manifestación del Padre (Jn
14,9), "reflejo de su gloria" (Heb 1,3), en "el rostro de Cristo brilla
la gloria de Dios" (2 Cor 4,6). El "ser humano, hombre de tu diestra, a quien has fortalecido": es muy antigua le lectura mesiánica de ese verso, y puede apoyarse en Is 41,10 Y Sal 89,22. De ahí se pasa a la lectura eclesiológica: la Iglesia recita el salmo en tiempo de persecución.
Segunda Lectura. Filipenses 4,6-9.
6no os agobiéis por nada; en lo que sea, presentad ante Dios vuestras
peticiones con esa oración y esa súplica que incluyen acción de
gracias; 7así la paz de Dios, que supera todo razonar, custodiará
vuestra mente y vuestros pensamientos mediante el Mesías Jesús.
8Por último, hermanos, todo lo que sea verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo limpio, todo lo estimable, todo lo de buena fama, cualquier virtud o mérito que haya, eso tenedlo por vuestro; 9y lo que aprendisteis, y recibisteis, y oísteis, y visteis de mí o en mí, eso llevadlo a la práctica; así el Dios de la paz estará con vosotros.
8Por último, hermanos, todo lo que sea verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo limpio, todo lo estimable, todo lo de buena fama, cualquier virtud o mérito que haya, eso tenedlo por vuestro; 9y lo que aprendisteis, y recibisteis, y oísteis, y visteis de mí o en mí, eso llevadlo a la práctica; así el Dios de la paz estará con vosotros.
Explicación.
Oración confiada: su resultado será la paz que Dios comunica reavivando en el hombre la experiencia de su amor (4-7).
Ámbito de interés para los cristianos: todo lo que es bueno dondequiera se encuentre. Nada de comunidad cerrada ni aislada de su ambiente cultural. Para que la alusión sea más clara, usa el término estoico virtud, que nunca se encuentra en los evangelios ni en los escritos de Pablo referido a cristianos (en el NT, sólo en escritos tardíos como 2 Pe 1,3). Para la práctica, los remite a su enseñanza y a su ejemplo (8-9).
Ámbito de interés para los cristianos: todo lo que es bueno dondequiera se encuentre. Nada de comunidad cerrada ni aislada de su ambiente cultural. Para que la alusión sea más clara, usa el término estoico virtud, que nunca se encuentra en los evangelios ni en los escritos de Pablo referido a cristianos (en el NT, sólo en escritos tardíos como 2 Pe 1,3). Para la práctica, los remite a su enseñanza y a su ejemplo (8-9).
Evangelio. Mateo 21,33-43.
33 Escuchad otra parábola:
- Había una vez un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la torre del guarda (Is 5,1-7), la arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero.
34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus siervos para percibir de los labradores los frutos que le correspondían.
35 Los labradores agarraron a los siervos, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 Envió entonces otros siervos, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
37 Por último les envió a su hijo, diciéndose:
- A mi hijo lo respetarán.
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron:
- Éste es el heredero: venga, lo matamos y nos quedamos con su herencia.
39 Lo agarraron, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
40 Vamos a ver, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
41 Le contestaron:
- Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará su viña a otros que le entreguen los frutos a su tiempo.
42 Jesús les dijo:
- ¿Nunca habéis leído en la Escritura?
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho:
¡Qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23).
43 Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos.
Explicación.
La viña, cf. Is 5,1s; también Os 10,1; Jr 2,21; Ez 15,1ss. El propietario representa a Dios; la viña, a Israel; la plantación y los trabajos, la solicitud de Dios por el pueblo elegido; los labradores, los dirigentes; el fruto, el amor al prójimo, es decir, el derecho y la justicia (Is 5,7); los siervos, los profetas; el Hijo y heredero, Jesús el Mesías. La pregunta de Jesús (40) recuerda Is 5,3: "Sed jueces entre mí y mi viña". Los dirigentes anuncian sin pensarlo la ruina de Israel como nación (41). Responsabilidad de los dirigentes (42) y consecuencias (43s).
33 Escuchad otra parábola:
- Había una vez un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la torre del guarda (Is 5,1-7), la arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero.
34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus siervos para percibir de los labradores los frutos que le correspondían.
35 Los labradores agarraron a los siervos, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 Envió entonces otros siervos, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
37 Por último les envió a su hijo, diciéndose:
- A mi hijo lo respetarán.
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron:
- Éste es el heredero: venga, lo matamos y nos quedamos con su herencia.
39 Lo agarraron, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
40 Vamos a ver, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
41 Le contestaron:
- Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará su viña a otros que le entreguen los frutos a su tiempo.
42 Jesús les dijo:
- ¿Nunca habéis leído en la Escritura?
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho:
¡Qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23).
43 Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos.
Explicación.
La viña, cf. Is 5,1s; también Os 10,1; Jr 2,21; Ez 15,1ss. El propietario representa a Dios; la viña, a Israel; la plantación y los trabajos, la solicitud de Dios por el pueblo elegido; los labradores, los dirigentes; el fruto, el amor al prójimo, es decir, el derecho y la justicia (Is 5,7); los siervos, los profetas; el Hijo y heredero, Jesús el Mesías. La pregunta de Jesús (40) recuerda Is 5,3: "Sed jueces entre mí y mi viña". Los dirigentes anuncian sin pensarlo la ruina de Israel como nación (41). Responsabilidad de los dirigentes (42) y consecuencias (43s).
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