sábado, 7 de febrero de 2015

LECTURAS DEL SÁBADO 7 DE FEBRERO DEL AÑO 2015.

PRIMERA LECTURA. Hebreos 13;15-17,20-21.

 15Por su medio ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el tributo de labios que bendicen su nombre. 16No os olvidéis de la solidaridad y de hacer el bien, que tales sacrificios son los que agradan a Dios.
                    17Haced caso de vuestros dirigentes y sed dóciles, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables. Que puedan cumplir su tarea con alegría y no suspirando, pues lo contrario no os traería cuenta.

20Que el Dios de la paz, que sacó de la muerte al sumo Pastor del rebaño, portador de una sangre de alianza perpetua, a nuestro Señor Jesús, 21os equipe con dotes de toda clase, para realizar su designio, y nos utilice para ir realizando lo que él estima indicado, por medio de Jesús Mesías. A él la gloria por los siglos de los siglos, amén.

Explicación.

    Transposición de la idea judía de sacrificio (medio de honrar a Dios) a la vida cristiana: la fe, manifestada en la alabanza, y el amor fraterno, expresado en la solidaridad y en la actividad en favor de otros, son los sacrificios del cristiano (cf. Os 14,2; Sal 50,14); se honra a Dios conportándose como él (15-16).
              Obediencia a los dirigentesm, cf. 1 Cor 16,16; 1 Tes 5,12; Rom 16,19; facilitarles la tarea; se desvelan por nuestro bien, cf. 2 Cor 11,28; 1 Tes 2,19s (17).


    Conclusión: bendición final; pide a Dios que los equipe con todo lo necesario para ir adelante; tema de la carta: portador de una sangre de alianza perpetua; nueva denominación: el Sumo Pastor del rebaño, cf. 1 Pe 5,4 (20-21).

SALMO. 23,1-6.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      
Ez 34; Jn 10

1 El Señor es mi pastor: nada me falta.
2 En verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
3 y repara mis fuerzas;
me guía por senderos oportunos
como pide su título.
4 Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo: Tú vas conmigo;
tu vara y tu cayado me sisoigan.
5 Me pones delante una mesa
frente a mis enemigos.
Me unges con perfume la cabeza,
mi cabeza rebosa.
6 Tu bondad y lealtad me escoltan
todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por días sin término.



23. Este salmo es uno de los favoritos del salterio: por la tradición de David pastor y por la culminación en la imagen del Buen Pastor. También por su sencillez y riqueza: en dos imágenes o escenas de conjunto comprime un número inesperado de símbolos elementales. Las imágenes son dos: el pastor en 1-4, el anfitrión en 5-6. El verso central, 4b, se une a lo que precede por la imagen, a lo que sigue por la aparición de la segunda persona.

La imagen del pastor está desarrollada con realismo y concreción, por medio de rasgos breves que evocan la escena. Hay que dejarse conducir por la imaginación, sin espiritualizar: el césped verde con una fuente, para tumbarse, reposar y recobrar fuerzas; las roderas del camino, la cañada al oscurecer, la vara que encamina con un toque y el callado que golpea rítmica y sonoramente el suelo. La imagen suelda dos planos de significado en una arista común, desde la cual se dominan ambas vertientes en mirada simultánea. Lo dicho de las ovejas vale del hombre; lo personal se adelanta a primer plano en el "tú vas conmigo".

La imagen libera varios símbolos, arquetípicos o culturales. La imagen del pastoreo se inscribe en las relaciones del hombre con los animales, dominados y domésticos. El verde aplaca los ojos, revela a la tierra materna y acogedora. El agua quita la sed y suscita energía vital. El caminar es experiencia radical. La oscuridad evoca miedos infantiles y temores no aclarados; en ella se siente con más fuerza la presencia amiga. La potencia simbólica de estos rasgos no se agota en la primera lectura.

La imagen del huésped. En la cultura nomádica es fundamental la hospitalidad. Podemos imaginar un fugitivo de su clan que pide asilo. El jeque lo acoge en su tienda, le ofrece protección, comida y bebida, ungüentos aromáticos. Al observar la escena los enemigos perseguidores se detienen en la puerta o cortina: el jeque lo protege. Cuando ha terminado, el jeque le ofrece una escolta que lo acompañe en el camino hasta casa, que es la casa del Señor. Esta parte añade los símbolos de comer y beber.

Las tradiciones del éxodo nos dan una clave para comprender la unidad de las dos imágenes: el Señor guía a su pueblo por el desierto como a un rebaño, buscándole agua y comida y reposo. Cuando llegan a la tierra prometida, el Señor los recibe como anfitrión en su territorio: Éx 15,13; Sal 68,11; 77,21. Dos veces el poeta interrumpe el descanso con el camino, no lo contrario. ¿Toda la vida en camino o una morada final en el templo? El poema termina con una tensión no resuelta, como si una y otra vez se volviera a empezar.

23,1 Es frecuente la imagen de Dios pastor: Sal 78,52; 80,2; Is 40,10s; Jr 23,4.

23,3 El hebreo shem puede significar nombre, título, fama. Aquí encaja mejor lo segundo.

23,4 "Me sosiegan": el verbo es frecuente en Is II: 40,1; 49,13; 51,3.12.19; 52,9.

23,5 El uso de perfumes en los banquetes está atestiguado abundantemente.

23,6 "Bondad y lealtad" personificados como escolta.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Jn 10,1-18 presenta a Jesús como el bueno o auténtico pastor (Ez 34). La primera carta de Pedro sintetiza en la imagen cristología con eclesiología: 2,25; 5,2-4. A partir de esos datos se puede conducir una reflexión sobre símbolos del salmo y sacramentos.


EVANGELIO. Marcos 6,30-34.

Vuelta de la misión
(Lc 9,10)
30Los enviados se congregaron donde estaba Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y todo lo que habían enseñado. 31Él les dijo:
-Venid vosotros solos aparte, a un lugar despoblado, y descansad un poco.
Es que eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
32y se marcharon en la barca, aparte, a un lugar despoblado.
 (Mt 14,13-14; Lc 9,11)
33Los vieron marcharse y muchos los reconocieron; entonces, desde todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 34Al desembarcar una gran multitud; se conmovió, porque estaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
 EXPLICACIÓN.
  (6,30-32): Los enviados han ejercido en la misión una actividad (enseñar = proponer e! mensaje tomando pie de! AT) que Jesús no les había encomendado. Él «enseña» solamente a público judío (1,21 b; 2,13; 4,1; 6,2; 9,31, etc.), no cuando habla a grupos en los que hay quienes no proceden de la institución judía (8,34; 9,35ss, etc.). En la misión universal debían proclamar la buena noticia, pero sin mezclar categorías judías (d. 4,35-5,1). El término aparte (31) indica que Jesús pretende subsanar la incomprensión de los discípulos (cf 4,34). 
(6,33-34): Situación de Israel. La gente no va detrás de Jesús, sino del grupo entero; quiere decir que han conocido también la actividad de los discípulos en la misión reciente (33). Conmovido, d. 1,41; Jesús renuncia a la instrucción particular a sus discípulos para ocuparse de la multitud. Como ovejas sin pastor, d. Ez 34,8.31, abandonados por los dirigentes, sin un sentido para su vida. La situación de este pueblo equivale a la de muerte de la hija de Jairo. La enseñanza, ahora sin parábolas, propone la posibilidad de una alternativa (34). 

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