Primera Lectura. Job 7,1-4.6-7.
1EI hombre está en la tierra
cumpliendo un servicio,
Salmo. 147,1-6.
Explicación.
Segunda Lectura. 1 Corintios 9,16-19.22-23.
16Porque el hecho de predicar el evangelio no es para mí un motivo de orgullo, ése es mi sino, ¡pobre de mí si no lo anunciara! 17Si lo hiciera por mi voluntad, tendría mérito; pero si me han confiado un encargo independientemente de mi voluntad, 18¿dónde está entonces mi mérito? En predicar el evangelio ofreciéndolo de balde, sin aprovecharme del derecho que me da esa predicación.
19Soy libre, cierto, nadie es mi amo; sin embargo, me he puesto al servicio de todos, para ganar a los más posibles.
22con los inseguros me porté como inseguro, para ganar a los inseguros. Con los que sea me hago lo que sea, para ganar a algunos como sea. 23Y todo lo hago por el evangelio para que la buena noticia me aproveche también a mí.
EXPLICACIÓN.
Pero libremente ha decidido no hacerlo; parece querer mostrar con esto la calidad de su dedicación a cumplir el encargo recibido (15-18).
Reafirma su libertad (19). Algunos podían ver en su conducta falta de coherencia. Pablo no la niega, sino que la justifica. Él, como todo cristiano, está libre de leyes religiosas, pero administra esa libertad según las circunstancias de la predicación (20-23).
Evangelio. Marcos 1,29-39.
En casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón. (Mt 8,14-17; Lc 4,38-44)
29 Al salir de la sinagoga fue derecho a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan. 30La suegra de Simón yacía en cama con fiebre. Enseguida le hablaron de ella; 31él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Entusiasmo popular en Cafarnaún. Curaciones
32Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados. 33La ciudad entera estaba congregada a la puerta. 34Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era.
Intento de retener a Jesús.
35Por la mañana, se levantó muy de madrugada y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar. 36Echó tras él Simón, y los que estaban con él; lo encontraron 37 y le dijeron:
- ¡Todo el mundo te busca!
38El les respondió:
-Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he salido.
39Fue predicando por las sinagogas de ellos; por toda Galilea, y expulsando los demonios.
EXPLICACIÓN.
(1,29-31): Jesús no aprovecha el entusiasmo popular. Otro obstáculo al reinado de Dios, representado por la enfermedad de la suegra de Pedro. La fiebre (en griego, de la raíz «fuego») recuerda el celo violento de Elías (Eclo 48,1-3.9; 1 Re 19,10.14). Simón está vinculado a círculos reformistas violentos, y Jesús pretende liberarlo para que pueda seguirlo. El servicio equivale al seguimiento de Jesús, y esa fiebre lo impide. La curación se efectúa en sábado.
(1,32-34): La gente de Cafarnaún, que en la sinagoga ha preferido Jesús a los letrados, sigue, sin embargo, en las categorías religiosas (respeto al descanso del sábado: cuando se puso el sol). Los que se encontraban mal, el pueblo que sufre, ante la indiferencia de los dirigentes
(cf. Ez 34,4); endemoniados, los poseídos (fanáticos de la ideología), públicamente conocidos por su violencia (32). La población de Cafarnaún estaba congregada (verbo de la misma raíz que «sinagoga») a la puerta: deseaba que Jesús se hiciera líder de una institución paralela la
oficial, conservando los valores tradicionales (33). Los demonios siguen intentando atraer a Jesús al mesianismo nacionalista (34).
(1,35-38): Jesús se aleja de la casa y de la ciudad, es decir, de ese deseo popular, y pide por los suyos y por el pueblo, que no comprenden su actitud. Simón arrastra a los otros; se hacen portavoces de la gente; desean que, aprovechando el entusiasmo despertado en Cafarnaún, Jesús acepte el papel de líder. Él rechaza su propuesta y los invita a continuar la misión.
Actividad parecida a la de la sinagoga de Cafarnaún; normalmente, los sábados: anunciar la cercanía del reinado de Dios en toda Galilea, al pueblo que, por estar integrado en la institución (sinagogas), no sospechaba la existencia de una alternativa. Sigue la conexión entre proclamación y liberación de demonios (39).
1EI hombre está en la tierra
cumpliendo un servicio,
sus días
son los de un jornalero:
2como el
esclavo, suspira por la sombra,
como el jornalero, aguarda el salario.
3Mi herencia son meses baldíos,
como el jornalero, aguarda el salario.
3Mi herencia son meses baldíos,
me tocan
en suerte noches de fatiga.
4AI acostarme
pienso: ¿Cuándo me levantaré?;
se hace larga la noche
se hace larga la noche
y me harto
de dar vueltas hasta el alba;
6Mis días
corren más que la lanzadera
y se consumen sin esperanza.
y se consumen sin esperanza.
7Recuerda
que mi vida es un soplo
y que mis
ojos no verán más la dicha.
Explicación.
7,1-6
Estos versos suenan como un intermedio reflexivo, antes de dirigirse explícitamente
a Dios; si remansan la fuerza del diálogo, revelan la intensidad del dolor. El argumento
es a fortiori: triste es la suerte del hombre, mucho más triste la de Job; comparte
los males, no comparte los bienes. Compárese con el cap. 14.
7,3-4
Job ni siquiera tiene ese pequeño consuelo. El dolor fatiga más que el trabajo,
y no produce, no da descanso en la noche y no tiene el incentivo de la paga. ¿A
quién alquila uno su dolor? La traducción de 4b es dudosa.
7,6 No
porque el tiempo se le pase aprisa, sino porque ha de morir prematuramente. La
imagen del telar también en Is 38,12.
7,7-11
La brevedad de la vida es el punto de apoyo desde el cual se dirige a Dios. Los
versos insisten en el tema del ver: Job no verá o experimentará la dicha, la
casa no verá a su dueño, Dios no verá vivo a su siervo; al examinar la tierra y
el país, Dios no encuentra a Job, porque ya se ha ido.
Salmo. 147,1-6.
1 Alabad
al Señor, que es bueno tañerle,
nuestro
Dios merece una alabanza armoniosa.
2EI Señor
reconstruye Jerusalén
y reúne
a los deportados de Israel.
3él cura los corazones contritos,
3él cura los corazones contritos,
y venda
sus llagas.
4Cuenta
el número de las estrellas,
impone a cada una su nombre.
5Grande es nuestro dueño y poderoso,
su destreza no tiene medida.
impone a cada una su nombre.
5Grande es nuestro dueño y poderoso,
su destreza no tiene medida.
6EI Señor
sustenta a los humildes,
y
humilla hasta el polvo a los malvados. Explicación.
147,1 Otros
toman "bueno" como predicado de Yhwh. Sobre el valor de la
música: Sal 81,3; 135,3.
147,2 Reconstrucción
de la ciudad y repoblación son tareas correlativas, complementarias.
147,3 Médico
es título clásico del Señor. El texto puede inspirarse en Is 61,1: el complemento
confiere alcance simbólico al título.
147,4 Las
estrellas son ejemplo proverbial de lo innumerable: Gn 15,5; 22,17; 26,4; Dt 10,22;
Dios conoce no sólo el número, sino el nombre de cada una: Is 40,26.
147,6 Con
valor correlativo: los humildes son víctima de los malvados ..
Trasposición
cristiana.
Es
tradicional que Jerusalén represente a la Iglesia terrestre y a la celeste, de
donde la lectura del salmo en dos claves complementarias. La palabra que viene
a la tierra y corre veloz es el Hijo de Dios en la encarnación; como palabra se
prolonga en la predicación del evangelio. Segunda Lectura. 1 Corintios 9,16-19.22-23.
16Porque el hecho de predicar el evangelio no es para mí un motivo de orgullo, ése es mi sino, ¡pobre de mí si no lo anunciara! 17Si lo hiciera por mi voluntad, tendría mérito; pero si me han confiado un encargo independientemente de mi voluntad, 18¿dónde está entonces mi mérito? En predicar el evangelio ofreciéndolo de balde, sin aprovecharme del derecho que me da esa predicación.
19Soy libre, cierto, nadie es mi amo; sin embargo, me he puesto al servicio de todos, para ganar a los más posibles.
22con los inseguros me porté como inseguro, para ganar a los inseguros. Con los que sea me hago lo que sea, para ganar a algunos como sea. 23Y todo lo hago por el evangelio para que la buena noticia me aproveche también a mí.
EXPLICACIÓN.
Pero libremente ha decidido no hacerlo; parece querer mostrar con esto la calidad de su dedicación a cumplir el encargo recibido (15-18).
Reafirma su libertad (19). Algunos podían ver en su conducta falta de coherencia. Pablo no la niega, sino que la justifica. Él, como todo cristiano, está libre de leyes religiosas, pero administra esa libertad según las circunstancias de la predicación (20-23).
Evangelio. Marcos 1,29-39.
En casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón. (Mt 8,14-17; Lc 4,38-44)
29 Al salir de la sinagoga fue derecho a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan. 30La suegra de Simón yacía en cama con fiebre. Enseguida le hablaron de ella; 31él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Entusiasmo popular en Cafarnaún. Curaciones
32Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados. 33La ciudad entera estaba congregada a la puerta. 34Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era.
Intento de retener a Jesús.
35Por la mañana, se levantó muy de madrugada y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar. 36Echó tras él Simón, y los que estaban con él; lo encontraron 37 y le dijeron:
- ¡Todo el mundo te busca!
38El les respondió:
-Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he salido.
39Fue predicando por las sinagogas de ellos; por toda Galilea, y expulsando los demonios.
EXPLICACIÓN.
(1,29-31): Jesús no aprovecha el entusiasmo popular. Otro obstáculo al reinado de Dios, representado por la enfermedad de la suegra de Pedro. La fiebre (en griego, de la raíz «fuego») recuerda el celo violento de Elías (Eclo 48,1-3.9; 1 Re 19,10.14). Simón está vinculado a círculos reformistas violentos, y Jesús pretende liberarlo para que pueda seguirlo. El servicio equivale al seguimiento de Jesús, y esa fiebre lo impide. La curación se efectúa en sábado.
(1,32-34): La gente de Cafarnaún, que en la sinagoga ha preferido Jesús a los letrados, sigue, sin embargo, en las categorías religiosas (respeto al descanso del sábado: cuando se puso el sol). Los que se encontraban mal, el pueblo que sufre, ante la indiferencia de los dirigentes
(cf. Ez 34,4); endemoniados, los poseídos (fanáticos de la ideología), públicamente conocidos por su violencia (32). La población de Cafarnaún estaba congregada (verbo de la misma raíz que «sinagoga») a la puerta: deseaba que Jesús se hiciera líder de una institución paralela la
oficial, conservando los valores tradicionales (33). Los demonios siguen intentando atraer a Jesús al mesianismo nacionalista (34).
(1,35-38): Jesús se aleja de la casa y de la ciudad, es decir, de ese deseo popular, y pide por los suyos y por el pueblo, que no comprenden su actitud. Simón arrastra a los otros; se hacen portavoces de la gente; desean que, aprovechando el entusiasmo despertado en Cafarnaún, Jesús acepte el papel de líder. Él rechaza su propuesta y los invita a continuar la misión.
Actividad parecida a la de la sinagoga de Cafarnaún; normalmente, los sábados: anunciar la cercanía del reinado de Dios en toda Galilea, al pueblo que, por estar integrado en la institución (sinagogas), no sospechaba la existencia de una alternativa. Sigue la conexión entre proclamación y liberación de demonios (39).
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