miércoles, 2 de septiembre de 2020

LECTURAS DEL JUEVES 3 DE SEPTIEMBRE DEL AÑO 2020

 2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN. 

PRIMERA LECTURA. 1 Corintios 3,18-23.


   18Nadie se engañe: el que se las da de listo entre vosotros al modo de este mundo, vuélvase necio para ser listo de veras. 19Porque el saber del mundo es necedad a los ojos de Dios, como dice la Escritura:

             Él coge a los listos en su propia astucia (Job 5,13).

          20y en otro sitio:

            El Señor conoce los fútiles que son
            las argucias de los listos (Sal 93,11).

          21Total, que nadie ponga su orgullo en hombres, porque todo es vuestro: 22Pablo, Apolo, Pedro, el mundo, la vida, la muerte, lo presente y lo por venir, todo es vuestro; 23pero vosotros sois de Cristo y Cristo de Dios.

EXPLICACIÓN.


Hay que renunciar a una habilidad que conduce a la intriga y a la división: volverse necio significa adoptar los valores de la cruz, que es locura o necedad para el mundo: entregarse a los demás, como Jesús. Ahí está el verdadero saber (18). Apoyo en textos del AT (19-20).

           Resumen: El cristiano no se define por su adhesión a hombres (21). En la comunidad no hay líderes, sino servidores; por eminentes que sean, los hombres, como todo lo que existe, están al servicio de los individuos, para ayudarles a realizar el proyecto de Dios. Pedro, en la forma aramea "Cefas" (22). La fidelidad del cristiano mira a su Salvador (Cristo/Mesías), como la de Jesús mira al Padre (23).

SALMO. 24,1-6.

Sal 15; Is 33,14-16.

1 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe con sus habitantes,
2 pues él la fundó sobre las mares,
sobre las corrientes la afianzó.
3 -¿Quién puede subir al monte del Señor?,
¿´quién podrá estar en el reino sacro?
4 -El de manos inocentes y puro corazón,
el que no acude a los ídolos
ni jura en falso.
5 Ése recibirá del Señor la bendición
y la justicia de Dios su Salvador.
6 -Ése es el grupo que lo busca;
que viene a visitarte, Dios de Jacob.

Explicación.

24,1-2 Toma la imagen de fundadores y constructores de ciudades (Gn 4,17; Jos 6,26; 1 Re 16,34), y la atribuye a Dios, fundador de la tierra: Sal 78,69; 89,12; 102,26; Job 38,4-7. Los hombres asientan sobre roca o terreno firme; Dios cimienta la tierra sobre el movedizo e inestable océano. Por debajo de los continentes discurren corrientes que afloran en los manantiales.

24,2 Job 38,4-7.

24,3 El "recinto" o lugar santo supone previa elección y consagración: frecuente en Deuteronomio.

24,4-6 Juntan cualidades éticas con buscar a Dios, sin definir exactamente la relación.

24,4 Manos y corazón son un merismo que incluye toda clase de acciones, pensamientos y deseos. Siguen dos preceptos del decálogo. "Acudir": la expresión hebrea parece significar una tendencia intensa hacia algo: cfr. Dt 24,25; Prov 19,18.

24,5 Aunque mencione al patriarca Jacob creo que se refiere a las bendiciones condicionadas de la alianza. La "justicia" es la que consiste en la observancia, según Dt 6,25.

24,6 No se trata de una procesión formalista, realmente vienen buscando a Dios, en el templo.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

1 Cor 10,26, cita el primer verso del salmo para justificar la libertad cristiana. La tradición antigua y la liturgia aplican el salmo a la ascensión de Jesucristo; algunos autories componen con la fantasía una escena celeste, con diálogo de ángeles. El cortejo se identifica con la comunidad cristiana. 

EVANGELIO. Lucas 5,1-11.

1 Mientras la multitud se agolpaba alrededor de él para escuchar el mensaje de Dios, estando él también a la orilla del lago,
2 vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
3 Subió a una de las barcas, que pertenecía a Simón, y le rogó que la sacase un poco de tierra. Se sentó y, desde la barca, se puso a enseñar a las multitudes.
4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
- Sácala adonde haya fondo y echad vuestras redes para pescar.
5 Simón le contestó:
- Jefe, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, fiado en tu palabra, echaré las redes.
6 Así lo hicieron, y capturaron tal cantidad de peces que reventaban las redes.
7 Hicieron señas a los socios de la otra barca para que fueran a echarles una mano. Fueron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
8 Al ver esto, Simón Pedro se postró a los pies de Jesús, diciendo:
- Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.
9 Es que él y todos los que estaban con él se habían quedado pasmados por la redada de peces que habían cogido,
10 y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón:
- No temas; desde ahora pescarás hombres vivos.
11 Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

EXPLICACIÓN

Tercera sección del Evangelio (5,1-6,11). Terminada la sección introductoria (1,5-2,52), que ha presentado a Juan y a Jesús, y la sección consagrada a esbozar la misión de Juan Bautista y de Jesús Mesías (3,1-4,44) y ha dejado abierta la actividad de este último, comienza el cuerpo del relato evangélico. Este empieza con la llamada de Israel (5,1--1). Siguen dos episodios en los que se anuncia la supresión de toda discriminación religiosa (5,12-16: leproso) y la salvación universal (5,17-26: paralítico). En paralelo/contraste con la llamada del grupo israelita se presenta la de Leví (5,27-28), personificación de los excluidos de Israel, secundada masivamente por los que están en esa situación (recaudadores y descreídos) y criticada abiertamente por los instilados en el sistema (los fariseos y los letrados) (5,29-32). Jesús proclama el cambio de alianza y su absoluta novedad respecto de la antigua (5,33-39). Dos perícopas finales señalan la abolición del precepto del sábado (6,1-5) y de la Ley misma, instrumento de opresión (6,6-11).

1-11. Sólo Lc usa el término lago en lugar de "mar" de Galilea; indica la salida/éxodo del territorio judío hacia los paganos, en Lc el punto de partida del éxodo es Jerusalén (Hch 1,8). El mensaje de Dios (1), el del reinado de Dios (4,43; cf. 4,18-21). También él, pescadores (2), cf. Ez 47,8-10.

La orden de Jesús (4) vale para Simón y sus compañeros (vuestras redes). Jefe (5), gr. epistatês, el encargado que tiene autoridad sobre un grupo; traduce el término "rabbí" (no usado por Lc), que denota al que enseña la Ley según la tradición (en boca de los discípulos: 5,5; 8,24.45; 9,33.49; de los leprosos: 17,13; los no discípulos llaman a Jesús "Maestro", y así se llama él mismo: 22,11). El término "jefe" muestra el concepto que Pedro se ha formado de Jesús al escuchar su enseñanza. Noche (5), "tiniebla", "sombra", opresión (1,79; 2,8); el esfuerzo es inútil.

Pesca extraordinaria (6). Pedro reconoce la autoridad divina de Jesús (8, postración, Señor). Apártate de mí, lit. "sal de mí", usado antes para los demonios (4,41); Pedro, que no observa la Ley (4,38), se siente indigno/impuro ante Jesús (pecador/descreído) y teme (cf.10: No temas). Jesús no hace caso de sus palabras (10: cf. 5,32). Pescar hombres vivos, lit. "salvar personas de un peligro" (Nm 31,15.18; Dt 20,16); Lc juega con este significado manteniendo la alusión a la pesca. Desde ahora, cambio radical de vida. La invitación vale para todos (11: lo siguieron); dejándolo todo, ruptura con el pasado. El tema se continuará en la elección de los Doce (6,12ss) y en la misión (9,1-6).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 2 Corintios 4,1-2.5-7

1Por eso, encargados de este servicio por misericordia de Dios, no nos acobardamos; 2al contrario, hemos renunciado a tapujos vergonzosos, dejándonos de intrigas y no falseando el mensaje de Dios; en vez de eso, manifestando la verdad, nos recomendamos a la íntima conciencia que tiene todo hombre ante Dios.
5Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Jesús Mesías es Señor y nosotros siervos vuestros por Jesús; 6pues el Dios que dijo: "Brille la luz sobre la faz de las tinieblas" (Gn 1,3) la ha encendido en nuestros corazones, haciendo resplandecer el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro del Mesías.
                  7Pero este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria es de Dios y no viene de nosotros. 

Explicación.

La misión de Pablo nace de un encargo de Dios. No necesita de intrigas o falsedades para demostrarlo. Su autenticidad es su única recomendación (1-2).

No se puede usar el evangelio para buscar el propio beneficio, hay que predicar a Jesús, apoyándose en la experiencia interior (5). La luz, cuya existencia inauguró la creación (Gn 1,3), era símbolo de salvación para Israel (cf. Is 9,2); ahora, la salvación se encuentra en Jesús, Mesías/Salvador (6).

                Son precisamente las tribulaciones y persecuciones que sufre, y que muestran su debilidad, las que prueban que Dios está con él. Vasijas de barro, posible alusión a Gn 2,7 (cf. Rom 9,21-23; 1 Cor 15,47) (7). 


Salmo. 96,1-3.7-8.10

1Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, la tierra entera;
2cantad al Señor, bendecid su nombre,
pregonad día tras día su victoria.  
3Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
7Tributad al Señor, familias de los pueblos,
tributad al Señor gloria y poder.
8Tributad al Señor la gloria de su nombre,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
10Decid a los paganos: El Señor es rey:
él afianzó el orbe, y no vacilará;
él gobierna los pueblos rectamente.
Explicación.
96,1 Teóricamente, el canto es nuevo la primera vez que se canta, no cuando se repite. ¿Es nuevo un canto hecho de retazos usados? Creo que el autor se mueve con el espíritu de novedad que anima al profeta del destierro.
96,7-9 El autor toma los dos primeros versos del Sal 29, sustituyendo las "divinidades" por "familias de pueblos". Añade el tema del tributo y vasallaje y ensancha el horizonte a toda la tierra.
96,10 La segunda frase está tomada del Sal 93,1, la tercera falta en el paralelo 1 Cr 16,31; algunos suprimen ambas para que quede el clamor escueto.
Transposición cristiana.
Se pueden seguir dos pistas: el adviento y el reinado. Dejando la primera para el Sal 98, me fijo en la segunda. El Apocalipsis canta el reinado del Padre y de su Mesías: 11,15.17; 12,10-12; 19,6; véanse también 1 Cor 15,25; Col 1,13.

Evangelio. Lucas 22,24-30

24 Surgió además entre ellos una disputa sobre cuál de ellos debía ser considerado el más grande.
25 Jesús les dijo:
- Los reyes de las naciones las dominan, y los que ejercen la autoridad sobre ellas se hacen llamar bienhechores.
26 Pero vosotros, nada de eso: al contrario, el más grande entre vosotros iguálese al más joven, y el que dirige al que sirve.
27 Vamos a ver, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? El que está a la mesa, ¿verdad? Pues yo estoy entre vosotros como el que sirve.
28 Sois vosotros los que os habéis mantenido a mi lado en las tentaciones,
29 y yo os confiero la realeza como mi Padre me la confirió a mí.
30 Cuando yo reine, comeréis y beberéis a mi mesa y os sentaréis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

EXPLICACIÓN.

24-30 Los discípulos no han hecho el compromiso significado por la copa: siguen manifestando su deseo de grandeza (9,46-48) (24). Bienhechores (25), título que se asignaban algunos reyes helenistas. A diferencia de los reinos paganos, en el reino de Dios (sociedad alternativa) no hay lugar para el dominio (cf. 1 Sm 8,5) ni éste se considera un beneficio; se practica la igualdad y el servicio mutuo (26).

El más joven, que carecía de todo rango, opuesto al "anciano"/presbítero, institución judía (cf. 22,66: senadores = presbíteros/ancianos). El liderazgo se identifica con el servicio. Jesús pone como ejemplo su propio comportamiento (27); ante esto, no cabe invocar privilegios.

Las tentaciones (28) remiten a las del desierto (4,1-13), verificadas a lo largo de la vida pública. Aunque no aceptan la entrega del Hombre (9,22.44s; 18,31-34), los discípulos no han abandonado a Jesús. A esta lealtad responderá Jesús con el don de su propia realeza (la del Mesías/Ungido por el Espíritu, que hace hijos de Dios, 3,22), para que puedan participar en el banquete de su Reino (29).

Cuando yo reine (30), lit. "en mi Reino", el reinado de Dios ejercido en la tierra (cf. 5,24: autoridad de Jesús en la tierra, perdonando y dando vida; contraste con 22,25: dominio de los reyes de las naciones). El juicio se inaugurará con la muerte de Jesús: a lo largo de la historia, la respuesta de la comunidad creyente juzgará la actitud del Israel histórico que ha rechazado al Mesías, su rey (cf. 13,28-30; 14,24; 23,39-43).

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