sábado, 16 de mayo de 2020

LECTURAS DEL SÁBADO 16 DE MAYO DEL AÑO 2020

2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura: Hechos 16,1-10

1 Llegó a Derbe y luego a Listra. Resultó que había allí un cierto discípulo, de nombre Timoteo de madre judía creyente, pero de padre griego.
2 Éste gozaba de buena reputación entre los hermanos de Listra e Iconio.
3 Por eso quiso Pablo que se fuera con él y lo circuncidó por causa de los judíos que vivían en aquella región, pues todos sabían que su padre era griego.
4 Al pasar por las ciudades les comunicaban los decretos sancionados por los apóstoles y responsables de la ciudad de Jerusalén, para que los observasen.
5 Las comunidades, pues, se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.
6 Mientras tanto ellos atravesaron Friga y la región de Galacia, pues el Espíritu Santo les había impedido exponer el mensaje en la provincia de Asia.
7 Al llegar al confín de Misia intentaron dirigirse a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió.
8 Entonces cruzaron Misia y bajaron a Tróade.
9 Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio que, de pie, le suplicaba:
- ¡Pasa aquí a Macedonia y ayúdanos!
10 Apenas tuvo la visión, nos esforzamos por salir inmediatamente para Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a nosotros a darles la buena noticia.

EXPLICACIÓN.
                    Segunda fase de la misión: Macedonia y Grecia (16,1-18,23): Se caracteriza por la contemporización de Pablo (16,1-4) y los impedimientos puestos por el Espíritu al principio de la misión para encaminarla hacia Europa (16,5-10). En la primera etapa, Filipos, alternarán la conversión de una prosélita judía (16,11-15) con el espíritu de adivinación del paganismo (16,16-24) y la conversión del carcelero pagano (16,25-40). Las siguientes etapas serán Tesalónica (17,1-9) y Berea (17,10-15), en las que Pablo polemiza y es perseguido por los judíos; Atenas, donde su fracaso será manifiesto (17,16-34), y Corinto, donde el Señor alentará a Pablo (18,1-17). Termina con un epílogo que pone fin a la segunda fase de la misión (18,18-23).

                 1 - 4. La segunda fase comenzaba, sin duda, con el encabezamiento conservado por la rec. occ.: "Después de atravesar estas naciones, llegó a Derbe, etc." (1a), es decir, después de cumplir el encargo de la carta sinodal continuó el viaje hasta alcanzar las ciudades que ya había visitado, pero empezando por las últimas (cf. 14,20b-21.8-20a).

                  Timoteo, presentado como personaje representativo de un estamento ("cierto discípulo"), judío por parte de madre, era muy estimado en la comunidad cristiana de Listra, de origen pagano. Su circuncisión hecha por Pablo para congraciarse a los judíos de la región, que habían roto definitivamente con él (cf. 14,19), muestra la actitud contemporizadora de éste (1b-3). La circuncisión incorporaba a Israel y comprometía a observar la Ley (15,5). Aunque Pedro había dejado claro que la Ley no tenía validez para los paganos ni para los mismos judíos (15,10s), Pablo sigue creyendo en la posición privilegiada de Israel, sostenida por Santiago (cf. 15,14-21) y predicada antes por él (cf. 13,26): por esto promulga las prescripciones del concilio más allá del ámbito señalado por éste (cf. 15,23) (4).

                   La rec. occ. puntualiza: "Mientras atravesaban las ciudades, predicaban y les transmitían con toda valentía que el Señor Jesús es el Mesías, al tiempo que les comunicaban las prescripciones de los apóstoles, etc.".
                     5 - 10. Lc contrasta el robustecimiento de las comunidades (5s, cf. 9,31s, donde se usa la misma fórmula de contraste) con los impedimentos que conducen a los misioneros a un callejón sin salida (6-8). Pero una visión los saca de la perplejidad ("noche"), indicándoles el camino a seguir: un representante ("cierto individuo") de Macedonia los invita a pasar a Europa en su ayuda (9).

                    Aparece aquí, por primera vez en el texto ordinario, un grupo anónimo que acompaña a Pablo, en determinadas ocasiones y que habla en primera persona del plural (10). Lc se sirve en Hch, de ese artificio literario para indicar o corroborar que una determinada iniciativa proviene del Espíritu, como muy bien ha entendido la rec. occ. (que los había anticipado ya en 11,28): "Vuelto en sí (Pablo), nos contó la visión, y comprendimos que el Señor nos había llamado a dar la buena noticia a los habitantes de Macedonia".
Salmo Responsorial:100,1-3.5

1Vitorea al Señor, tierra entera,
2servid al Señor con alegría
entrad a su presencia aclamando.
3Sabed que el Señor es Dios,
él nos hizo y somos suyos,
pueblo suyo y ovejas de su aprisco.
5«El Señor es bueno, su misericordia es eterna,
su fidelidad de edad en edad».
EXPLICACIÓN.

100 Himno con invitatorio ampliado y motivación simplificada. El invitatorio se articula en siete imperativos, de los cuales el central da contenido concreto a la alabanza. El último verso es el texto de la bendición. En un horizonte universal, de "la tierra entera" se coloca la elección de un rebaño. El contexto es cúltico, como una procesión de "entrada": "puertas, atrios, presencia".
100,2. "Servid" puede tener sentido genérico, venerar, o restringido, dar culto.
100,3. "Sabed" es imperativo raro: tiene el peso de reconocer. El complemento "nos" se estrecha al pueblo. "Nos ha hecho" físicamente por la bendición patriarcal de la fecundidad (Gn 12,2); políticamente, haciendo de una masa de esclavos una nación libre; religiosamente por la alianza.
100,5. "Bondad, fidelidad y lealtad" forman parte de la proclamación litúrgica, desde Ex 34,6 en adelante.  
Transposición cristiana.

"Nos hizo" se puede ensanchar para que abarque a todos los hombres (Hch 17,26); se puede estrechar a la Iglesia como rebaño del buen pastor (Jn 10,12-16). 
Evangelio: Juan 15,18-21
18. Cuando el mundo os odie, tened presente que primero me ha odiado a mí.
19. Si pertenecierais al mundo, el mundo os querría como a cosa suya, pero como no pertenecéis al mundo, sino que al elegiros yo os saqué del mundo, por eso el mundo os odia.
20. Acordaos del dicho que yo mismo os cité: “No es un siervo más que su señor”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han vigilado mi mensaje, también el vuestro lo vigilarán.
21. Todo eso lo harán contra vosotros por ser de los míos, porque no quieren reconocer al que me envió.

EXPLICACIÓN.
                 El mundo (18), nombre colectivo, designa al círculo o sistema de poder que organiza la sociedad, y a sus adeptos. En este contexto designa a todo sistema injusto. Odio, cf. 3,20; 7,7. El favor o la desgracia ante “el mundo” depende de la aceptación o no de sus valores (19); los discípulos han roto con él, al optar por Jesús, opción confirmada por su elección. Éste es el éxodo al que Jesús invita: el paso de la esclavitud a la libertad (8,36), de la muerte a la vida (5,24).
                 Jesús repite la primera parte del proverbio citado antes (13,16; el amor significa servicio mutuo) (20), para mostrarles que la persecución es la consecuencia inevitable de la práctica del servicio a los hombres (cf. 5,16). La actitud de los partidarios del sistema ante Jesús y los suyos es la de sospecha continua (vigilarán), porque la propuesta de una alternativa los irrita y los alarma. Los dirigentes se han negado a reconocer que Jesús era el enviado del Padre (21); han creado una imagen falsa de Dios (5,37s; 8,55) y por eso se oponen al verdadero. El que ellos adoran se hace cómplice de la opresión, puesto que en su nombre ejercen su dominio (5,10; 9,14-24). No pueden tolerar al Dios que está a favor del hombre y lo libera.

SÍNTESIS.
                 La paz entre el sistema injusto y la comunidad de Jesús es imposible. Los discípulos han roto con el mundo; de ahí la persecución solapada o manifiesta. El grupo cristiano es sospechoso. La razón profunda de la hostilidad es la que el orden injusto tiene contra Dios mismo. Aceptará a un dios que legitime la injusticia, pero no al que se presenta en Jesús.


2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Ezequiel 18,21-23.27-28

21Si el malvado se convierte
de los pecados cometidos
y guarda mis preceptos
y practica el derecho y la justicia,
ciertamente vivirá y no morirá.
22No se le tendrán en cuenta
los delitos que cometió,
por la justicia que hizo vivirá.
23¿Acaso quiero yo la muerte del malvado
-oráculo del Señor-
y no que se convierta
de su conducta y que viva?
27Y cuando el malvado se convierte 
de la maldad que hizo
y practica el derecho y la justicia,
él mismo salva su vida.
28Si recapacita y se convierte
de los delitos cometidos,
ciertamente vivirá y no morirá.

Explicación.

18,21-28 Del sucederse de las generaciones pasamos al sucederse de dos etapas en la vida de dos individuos: el justo que se vuelve malvado, el malvado que se vuelve justo. Si bien condiciona, el pasado no determina, no aprisiona al hombre: es posible superarlo. Pero no hay simetría en la alternativa propuesta, ya que el justo pecador puede convertirse de nuevo. La simetría queda rota por la voluntad de Dios, según el principio fundamental propuesto en el v.23.

18,23 Cumbre del capítulo. Mensaje de esperanza y exigencia: véanse Sab 1,13; Jn 10,10; 1 Tim 2,4-6; 2 Pe 3,9.

Salmo. 103,1-4.8.10-12


(Eclo 18,8-14)
1Bendice, alma mía, al Señor

y todo mi interior,
a su santo nombre.
2Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.
3ÉI perdona todas tus culpas,
cura todas tus dolencias.
4ÉI rescata tu vida de la fosa
y te corona con su bondad y compasión.
8«EI Señor es compasivo y clemente,
paciente y misericordioso».
10No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
11Pues como se eleva el cielo sobre la tierra,
así vence su misericordia a sus fieles.
12Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Explicación.
103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales.
103,3-6 Los seis participios son enumerativos. Podemos agrupar tres: perdona el pecado, causa, cura la enfermedad, consecuencia, salva de la muerte, castigo o destino. Los otros tres introducen la terna "compasión, misericordia, bondad" y la bina "justicia y derecho" a favor de los "oprimidos".
103,3 El "perdonador": el verbo hebreo es raro en el salterio: 25,11, el adjetivo en 86,5, el sustantivo en 130,4. "Médico": Ex 15, 26 y otros.
103,4 "Rescatador" título y acción frecuentes en ls 40-55: significa recobrar una propiedad o una libertad: rescate extremo, del poder de la Muerte. "Coronador": puede significar ceñir una corona o turbante y también, rodear protegiendo. Aquí encaja mejor el segundo significado.
103,9-10 Empieza el comentario con cuatro oraciones negativas, que no niegan los verbos, sino los adverbios. Acusa y pleitea, pero no perpetuamente; paga y castiga, pero no como merecemos. A la queja de Lam 5,20, a la pregunta de Sal 77,8 responde: "no para siempre"; el doble castigo de Is 40,1 lo corrige: "no como merecemos". La medida del castigo no es el delito, porque su justicia está temperada y superada por la misericordia.
103,11-13 Las tres comparaciones ya comentadas.
Transposición cristiana.
 Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s.

Evangelio. Lucas 15,1-10



PARÁBOLAS: LA OVEJA Y LA MONEDA PERDIDAS.

1 Todos los recaudadores y descreídos se le iban acercando para escucharlo;
2 por eso tanto los fariseos como los letrados lo criticaban diciendo:
- Éste acoge a los descreídos y come con ellos.
3 Entonces les propuso Jesús esta parábola:
4 - Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la descarriada hasta que la encuentra?
5 Y cuando la encuentra, se la carga a hombros, muy contento;
6 al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
- Dadme la enhorabuena! He encontrado la oveja que se me había perdido.
7 Os digo que lo mismo dará más alegría en el cielo un pecador que se enmienda, que noventa y nueve justos que no sienten necesidad de enmendarse.
8 Y si una mujer tiene diez monedas de plata y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?
9 Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles:
- ¡Dadme la enhorabuena! He encontrado la moneda que se me había perdido.
10 Os digo que la misma alegría sienten los ángeles de Dios por un solo pecador que se enmienda.

EXPLICACIÓN.



15,1-10. Respuesta masiva de los considerados como descreídos o irreligiosos, los que no observan la Ley (5,27-32) (1). Crítica de los fariseos (5,30; 7,34); comer con ellos, signo de amistad, intolerable para la teología farisea (7,34); se ventila el principio de si Dios ama o no a los pecadores, es decir, a los que no observan la Ley, y, en último término, a los paganos; en otras palabras, si pone o no como condición para su amor practicar una religiosidad intachable.

Dos parábolas (4-7; 8-10) con la misma moraleja. Apela a la experiencia de sus adversarios (¿Quién de vosotros?); apoyándose en la conducta humana, describe la divina con los hombres: Dios ama a cada uno en particular, sea cual sea su conducta (cf. 6,35s) (4-7); los fariseos, en cambio, prescinden de los que no observan la Ley, pensando que Dios desprecia a los pecadores.




La salvación de un pecador (su respuesta al designio de Dios, 7,29), causa de alegría (7.10). Los justos han frustrado el designio de Dios sobre ellos (5,32; 7,30); no causan tanta alegría (irónico). En el cielo (7), los ángeles de Dios (10), son modos de designar a Dios mismo. De nuevo utiliza Lc la doble figura, masculina (4) y femenina (8) (cf. 13,18-21).

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