lunes, 26 de noviembre de 2018

LECTURAS DEL LUNES 26 DE NOVIEMBRE DEL AÑO 2018

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.


Primera Lectura: Apocalipsis 14:1-5

1 En la visión apareció el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban inscrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.
2 Oí también un fragor que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano y al estampido de un trueno fuerte;
3 era el son de citaristas que tañían sus cítaras delante del trono, delante de los cuatro vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo.
Nadie podía aprender aquel cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra.
4 Estos son los que no se han manchado con mujeres, porque son vírgenes; éstos son los que siguen al Cordero adonde quiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero.
5 En sus labios no ha habido mentira, no tienen falta.

EXPLICACIÓN.

Escenario, la tierra. La comunidad cristiana, que en la descripción anterior aparecía meramente pasiva, perseguida y oprimida por el poder, está, en realidad, segura, apiñada en torno a Jesús, gozosa y dispuesta a continuar su misión.

El monte Sión, símbolo de firmeza y seguridad; la presencia de Dios en él lo pone por encima de cualquier amenaza. Lugar idealizado desde donde se ejerce la acción del Mesías en la historia. Ciento cuarenta y cuatro mil (cf. 7,1-9), el nuevo Israel universal; el múltiplo mil se aplica a las realidades históricas en cuanto en ellas se ejerce la acción del Mesías. Los 144.000 representan, pues, al pueblo de Dios en cuanto asociado a la obra de la salvación mesiánica. En la frente, el sello impuesto en 7,1-9, en oposición al de la fiera; cf. 13,16 (1).

Que bajaba del cielo (2), la morada divina (cf. Ez 1,24; 43,2; Sal 29,3ss; 46,7), majestad (océano) y fuerza, atributos de Dios (trueno), canto acompañado de cítaras (3), armonía y dulzura. El cántico nuevo, cf. Sal 3,3; 40,4; 96,1; 98,1; 144,9; 149,1; se celebra la presencia y la actividad del Mesías-Cordero en la historia humana, con referencia al éxodo que efectúa (cf. 15,3).

Aun en medio de su tribulación, la iglesia terrestre puede unir su voz al cántico celeste. Características de los 144.000: no se marcharon con mujeres (4), metáfora para indicar que están siempre dispuestos al combate (cf. Dt 23,10-12; 1 Sm 21,5s; pureza o abstinencia sexual de los soldados en campaña); se han comprometido a estarlo siempre (porque son vírgenes). Esa disposición y prontitud les permite seguir a Jesús sin condiciones (adonde quiera que vaya), colaborando en la obra salvadora. Primicias, horizonte de salvación para la humanidad entera. No hubo mentira (5) (cf. Sal 32,3; Sof 3,13; Is 53,9): no han disimulado su adhesión a Jesús ni han cedido a compromisos con el paganismo opresor (cf. 13,8). No tienen falta, resume lo anterior.


Sal 15; Is 33,14-16.

1 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe con sus habitantes,
2 pues él la fundó sobre las mares,
sobre las corrientes la afianzó.
3 -¿Quién puede subir al monte del Señor?,
¿´quién podrá estar en el reino sacro?
4 -El de manos inocentes y puro corazón,
el que no acude a los ídolos
ni jura en falso.
5 Ése recibirá del Señor la bendición
y la justicia de Dios su Salvador.
6 -Ése es el grupo que lo busca;
que viene a visitarte, Dios de Jacob.

Explicación.

24,1-2 Toma la imagen de fundadores y constructores de ciudades (Gn 4,17; Jos 6,26; 1 Re 16,34), y la atribuye a Dios, fundador de la tierra: Sal 78,69; 89,12; 102,26; Job 38,4-7. Los hombres asientan sobre roca o terreno firme; Dios cimienta la tierra sobre el movedizo e inestable océano. Por debajo de los continentes discurren corrientes que afloran en los manantiales.

24,2 Job 38,4-7.

24,3 El "recinto" o lugar santo supone previa elección y consagración: frecuente en Deuteronomio.

24,4-6 Juntan cualidades éticas con buscar a Dios, sin definir exactamente la relación.

24,4 Manos y corazón son un merismo que incluye toda clase de acciones, pensamientos y deseos. Siguen dos preceptos del decálogo. "Acudir": la expresión hebrea parece significar una tendencia intensa hacia algo: cfr. Dt 24,25; Prov 19,18.

24,5 Aunque mencione al patriarca Jacob creo que se refiere a las bendiciones condicionadas de la alianza. La "justicia" es la que consiste en la observancia, según Dt 6,25.

24,6 No se trata de una procesión formalista, realmente vienen buscando a Dios, en el templo.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

1 Cor 10,26, cita el primer verso del salmo para justificar la libertad cristiana. La tradición antigua y la liturgia aplican el salmo a la ascensión de Jesucristo; algunos autories componen con la fantasía una escena celeste, con diálogo de ángeles. El cortejo se identifica con la comunidad cristiana.

Evangelio: Lucas 21:1-4

1 Alzando los ojos vio a los ricos que echaban sus donativos en el tesoro del templo;
2 vio también a una viuda muy pobre que echaba unos céntimos
3 y dijo:
- Esa viuda, que es pobre, ha echado más que nadie, os lo aseguro;
4 porque todos ésos han echado donativos de lo que les sobra: ella, en cambio. sacándolo de su falta, ha echado todo lo que tenía para vivir.

EXPLICACIÓN.

Con el ejemplo de la viuda muestra Jesús que Israel no podía satisfacer a Dios dándole lo superfluo, sino con su entrega total a él (cf. 10,27). Dios no necesita cosas, quiere la confianza total de la persona.


2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Efesios 1,3-14

   3¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías que, por medio del Mesías, nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu!
             4Porque nos eligió con él antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por el amor; 5destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesús Mesías -conforme a su querer y a su designio-, 6a ser un himno a su gloriosa generosidad.
            La derramó sobre nosotros por medio de su Hijo querido, 7el cual, con su sangre, nos ha obtenido la liberación, el perdón de los pecados; muestra de su inagotable generosidad.
           8Y  la derrochó con nosotros -y ¡con cuánta sabiduría e inteligencia!-, 9revelándonos su designio secreto, conforme al querer y proyecto que él tenía 10para llevar la historia a su plenitud: hacer la unidad del universo por medio del Mesías, de lo terrestre y de lo celeste.
          11Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio), 12para que los que ya esperábamos en el Mesías fuéramos un himno a su gloria.
          13Y por él también, vosotros, después de oír el mensaje de la verdad, la buena noticia de vuestra salvación, por él, al creer, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido, 14garantía de nuestra herencia, para liberarnos de su patrimonio, para himno a su gloria.

Explicación.

Bendición a la manera judía, pero de contenido cristiano (cf. 2 Cor 1,3; 1 Pe 1,3); la bendición humana a Dios responde a las bendiciones divinas a los hombres. Desde el cielo (3): la prepos. griega en indica al mismo tiempo el lugar donde está Dios y el lugar desde donde actúa. La bendición de Dios es comunicación de vida. En el AT, concernía tanto a la vida física personal (abundancia y longevidad), como a la del linaje (fecundidad). En el NT, la bendición de Dios comunica la vida de Dios mismo, mediante la infusión de su Espíritu en el hombre.

              Prehistoria del proyecto de Dios (4-6a): desde siempre quiso formar un pueblo (dimensión comunitaria) de hijos suyos (dimensión personal). Es el amor a los demás el que consagra y purifica al hombre (4); él es el distintivo de la nueva comunidad. El ejecutor de este proyecto había de ser Jesús, Mesías/Salvador. Generosidad (6a) o bien "favor, gracia, benevolencia"; así a menudo en la carta (1-6a).

             Dios empieza a realizar el proyecto por medio de su Hijo (6b-7), Jesús Mesías; hijo querido, antigua designación de Israel (cf. Dt 32,15; Is 44,2). La muerte de Jesús a manos de los poderes de este mundo (su sangre) ha abierto al hombre la posibilidad de ver cancelado su pasado de injusticia y adquirir una nueva libertad, una vez quitado el obstáculo para su propia realización.

           Modo de efectuarlo: revelando su designio secreto (8-10). Con cuánta/toda sabiduría e inteligencia puede interpretarse con mayor probabilidad del modo como Dios hace esa revelación que de un don que concede a los hombres y que les permite captarla. El designio consiste en la unidad universal, que tiene como elemento fundamental la unidad de los hombres (lo terrestre) con Dios (lo celeste). De la nueva relación con Dios surgirá una nueva relación humana, la del amor. Tal ha de ser la obra del Mesías. Se inaugura la época final de la historia. La unidad universal es el tema principal de la primera parte de la carta.

         La realización comenzó por los judíos (11-12), que ya tenían la esperanza del Mesías/Salvador; pero el Mesías no estaba destinado sólo a Israel, sino a todos los hombres (13-14). Éstos, por su respuesta al mensaje de Jesús, acceden a la bendición, cumplimiento de las promesas, que se identifica con el don del Espíritu; éste los consagra (Santo), sellándolos como propiedad divina (cf. 2 Cor 1,22). Él asegura el porvenir del hombre más allá de esta vida (garantía, lit. "arras", de nuestra herencia, cf. 2 Cor 1,22; 5,5) y su acción pretende liberar a toda la humanidad, patrimonio de Dios.

Salmo. 85,2-4.7-11


2Señor, has sido bueno con tu tierra, 
has cambiado la suerte de Jacob; 
3has perdonado la culpa de tu pueblo, 
has cubierto todos sus pecados. 
4Has reprimido tu cólera, 
te has retraído de tu ira encendida. 

7¿No vas a devolvemos la vida,
para que tu pueblo te festeje? 
8Demuéstranos, Señor, tu lealtad
y danos tu salvación.  

9Voy a escuchar lo que dice Dios:

el Señor propone* la paz
a su pueblo, a sus leales,
a los que recobran la esperanza.
10Ya se acerca su Salvación a sus fieles,
para que la Gloria habite en nuestra tierra.
11 Lealtad y Fidelidad se encuentran, 
Justicia y Paz se besan; 
Explicación.
85,2 Comienza de repente, con un acto de benevolencia divina: negando la negativa de tantos profetas, como Jr 14,10.12; Os 8,13; Am 5,22; Miq 6,7. "Cambiar la suerte": siete veces en Jr 30-33; Ez 39,25; Sal 53,7 etc.
85,3-4 El cambio implica remover las causas profundas del desastre: ese engranaje exigido de pecado humano y cólera divina. Toma la iniciativa Dios y actúa en cuatro verbos decisivos. El hombre le dice a Dios lo que Dios sabe mejor: no informa, sino confiesa.
85,7 La nueva pregunta retórica enuncia la "conversión" de Dios, que nos hará "revivir": Sal 71,20; 80,19; 138,7. La vida recobrada desemboca en una celebración del Señor, pues sólo los vivos lo alaban. 
85,8 En el contexto implícito de alianza, invocan la "lealtad" de la otra parte, de Dios.
85,9 Alguien en la asamblea escucha y comunica el oráculo de respuesta (Sal 81.6c); sólo que Dios no toma la palabra en primera persona. Por eso, los versos 10-14 podrían ser comentario litúrgico. Es un mensaje "de paz": Dios los ha reconciliado. Se dirige a un pueblo que responde con su "lealtad" a la lealtad divina y con su "esperanza" a las promesas. "Recobran" o se convierten a la esperanza. * O: anuncia.
85,10-14 Es una escena de transfiguración poética. Definen el horizonte "cielo y tierra"; los personajes apenas se mueven; Justicia aparece tres veces. Compárese esta escena con la de Is 32,16s. ¿Son cualidades divinas o virtudes humanas? Divina es Gloria, y acción suya Salvación; las otras las posee ejemplarmente y se las comunica al hombre para su bienestar íntegro.
85,10 "Está cerca": véase Is 56,1. La Gloria vuelve a habitar en el templo: se ha de entender sobre el fondo de Ez 10 Y 43.
85,11 Por la ley del paralelismo, los dos verbos se predican de todos los sujetos.
Transposición cristiana.
No encuentro en el NT una escena tan sugestiva, pero encuentro dispersas todas las cualidades mencionadas. Véanse entre otros muchos Rom 14,17; Heb 5,9; Lc 2,30. Algunos Padres aplican el v. 13 al nacimiento del Mesías.
Evangelio. Mateo 16,24-27


 24 Entonces dijo a los discípulos:
                  - El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga.
25 Porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro. 
26 Y luego, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero a precio de su vida? ¿Y qué podrá dar para recobrarla?
27 Además, el Hombre va a venir entre sus ángeles con la gloria de su Padre, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.


Explicación.


Condiciones del seguimiento (24). Adhesión inicial (venirse conmigo); primera condición: renunciar a toda ambición personal (5,3); segunda, aceptar ser perseguido por la sociedad y aun condenado a muerte (cf. 5,10); nuevas formulaciones de la primera y última bienaventuranza (5,3.10): son los mandamientos mínimos (5,19). Tres argumentos en favor del seguimiento (25-27): 1) la vida física no es el valor supremo; 2) un ideal sólo para esta vida no puede satisfacer; 3) habrá una reivindicación para los que lo sigan (cf. 25,31-46).

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