Primera Lectura: Gálatas 5:1-6
1Para que seamos libres nos liberó el Mesías; conque manteneos firmes y no os dejéis atar de nuevo al yugo de la esclavitud.
2Mirad lo que os digo yo, Pablo: si os dejáis circuncidar, el Mesías no os servirá ya de nada. 3Y a todo el que se circuncida le declaro de nuevo que está obligado a observar la Ley entera. 4Los que buscáis la rehabilitación por la Ley, habéis roto con el Mesías, habéis caído en desgracia.
5Por nuestra parte, la anhelada rehabilitación la esperamos de la fe por la acción del espíritu, 6pues como cristianos da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo que vale es una fe que se traduce en amor.
EXPLICACIÓN.
Ser cristiano significa ser libre: el yugo de la esclavitud, el de la Ley, cuyas prescripciones encierran al hombre en un marco que le impide disponer de su vida (4,31-5,1).
Quien busca agradar a Dios y obtener su desarrollo personal con la observancia de la Ley quedará defraudado. Volver a ella significa romper con el Mesías/Salvador, vivir en el pasado, como si la salvación no se hubiese efectuado, colocarse fuera del ámbito del amor del Padre (caído en desgracia) (2-4).
El Espíritu/vida de Dios, don de Jesús Mesías a los que le dan su adhesión (la fe), borra el pasado del hombre, le da la condición de "hijo" (los dos aspectos de la rehabilitación) (4,5-6) y lo capacita para comenzar una vida nueva. Las antiguas diferencias religiosas han perdido su valor; lo único que cuenta es la adhesión a Jesús (fe) que se traduce en la práctica del amor con los demás (5-8).
Salmo Responsorial: Salmo 119:41, 43, 45, 47-48
41Y que me llegue tu misericordia, Señor,
tu salvación, según tu promesa,
43No apartes de mi boca la palabra auténtica;
que espero en tus mandamientos.
45Y seguiré un camino ancho
porque busco tus decretos.
47y serán mi delicia tus mandatos
que tanto amo.
48y alzaré las palmas hacia ti
y meditaré tus normas.
EXPLICACIÓN.
119,41-48 En esta estrofa es el orante quien actúa y propone. Juntando 45 con 32, obtenemos el programa de la "anchura": el corazón se ensancha al correr por el camino, el camino se ensancha al consultar los decretos. Acceso y valentía para interpelar a reyes solía ser prerrogativa de profetas; el especialista de la ley reclama para sí dicho privilegio.
Transposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la vida".
Evangelio: Lucas 11:37-41
37 Apenas terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se recostó a la mesa.
38 El fariseo se extrañó al ver que no hacía abluciones antes de comer,
39 y el Señor le dijo:
- De modo que vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis repletos de robos y maldades.
40 ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?
41 En vez de eso, dad lo que tenéis en limosnas y así lo tendréis limpio todo.
EXPLICACIÓN.
E. Los que se enmiendan. 37-54. La frase inicial conecta esta perícopa con la anterior. Segunda ocasión en que Jesús es invitado por un fariseo (7,36ss). Abluciones rituales para eliminar la supuesta contaminación contraída en el contacto con los hombres y el mundo. Jesús no cree que el contacto con la realidad humana o mundana separe al hombre de Dios (38). La denominación el Señor (39) coloca el episodio en el contexto de la comunidad pospascual. La pureza no es exterior, sino interna; es decir, no es lo de fuera, sino lo que hay dentro del hombre, lo que puede separarlo de Dios (cf. Mc 7,15.18-23).
Acusación a los fariseos (39). Dios no se contenta con apariencias (40). La limosna, que corrige la codicia, ayuda más al que la da que al que la recibe (41).
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