Primera Lectura: 1 Pedro 2,2-5,9-12
2como niños recién nacidos, ansiad la leche auténtica, no adulterada, para crecer con ella hacia la salvación, 3ya que habéis saboreado lo bueno que es el Señor.
4Al acercaras a él, piedra viva desechada por los hombres, pero elegida y digna de honor a los ojos de Dios, 5también vosotros, como piedras vivas, vais entrando en la construcción del templo espiritual, formando un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales que acepta Dios por Jesús Mesías. Porque está dicho en la Escritura:
9Vosotros, en cambio, sois linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios, para publicar las proezas del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz. 10Los que antes no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios; los que nunca habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia.
11 Amigos míos, como a forasteros y emigrantes que sois, os recomiendo que os mantengáis a distancia de eso bajos deseos que nos hacen la guerra; 12o sea, portaos honradamente entre los paganos; así, ya que os tachan de malhechores, las buenas acciones de que son testigos los obligarán a rectificar el día que Dios los visite.
Explicación
Cambio de vida, deseo de conocer el mensaje y ser fiel a él (2, 1). Para el neófito, e! mensaje cristiano es como la leche para e! recién nacido; auténtico es uno de los sentidos del gr. logikos. Apela a la experiencia espiritual de los neófitos (Sal 34,9).
Al acercaras, cf. Sal 34,6. La metáfora de la piedra viva se aplica a Jesús, piedra angular (cf. Mc 12,10; Sal 118,22) (4); el autor compara la comunidad a un templo construido sobre ella, del que los cristianos son las piedras por la adhesión a Jesús (cf. Mt 16,18); templo, «casa»; espiritual, constituido por la presencia del Espíritu, que da vida (piedras vivas). Traslada a los cristianos el carácter sacerdotal que en el judaísmo estaba reservado a los de! linaje de Aarón; como sacerdotes, pueden ofrecer los sacrificios que proceden del Espíritu. Bajo estas metáforas, el autor indica que e! lugar de la presencia de Dios en e! mundo ya no es un templo material sino la comunidad humana animada por e! Espíritu de Dios; que el privilegio de cercanía a Dios que se atribuía a los sacerdotes de las antiguas religiones es ahora propio de todo cristiano y, finalmente, que el modo de honrar a Dios ya no consiste en sacrificios, sino en seguir el impulso del Espíritu, que, identificando con Jesús, lleva a la entrega a los demás (5).
Con su palabra con su vida, los creyentes han de mostrar, no sólo la bondad de Dio sino también su grandeza. El paso de las tinieblas a la luz incluye el de la muerte a la vida (9).
Paradójicamente, la comunidad está formada en su mayoría por paganos; el autor encuentra en Os 1, 6.9; 2,1, una predicción del puesto que ocupan los paganos y de la defección de Israel (cf. Rom 9,25) (9-10).
11-12. Como forasteros y emigrantes que sois, cf. Lv 25,23; Sal 39,13; Heb 11,9.13. Por una razón o por otra, se hablaba mal de los cristianos; han de desmentir las calumnias con la conducta.
Salmo: 100,2-5
2servid al Señor con alegría
entrad a su presencia aclamando.
3Sabed que el Señor es Dios,
él nos hizo y somos suyos,
pueblo suyo y ovejas de su aprisco.
4Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dadle gracias, bendecid su nombre:
5«EI Señor es bueno, su misericordia es eterna,
su fidelidad de edad en edad».
Explicación.
100,2. "Servid" puede tener sentido genérico, venerar, o restringido, dar culto.
100,3. "Sabed" es imperativo raro: tiene el peso de reconocer. El complemento "nos" se estrecha al pueblo. "Nos ha hecho" físicamente por la bendición patriarcal de la fecundidad (Gn 12,2); políticamente, haciendo de una masa de esclavos una nación libre; religiosamente por la alianza.
100,5. "Bondad, fidelidad y lealtad" forman parte de la proclamación litúrgica, desde Ex 34,6 en adelante.
Transposición cristiana.
"Nos hizo" se puede ensanchar para que abarque a todos los hombres (Hch 17,26); se puede estrechar a la Iglesia como rebaño del buen pastor (Jn 10,12-16).
Evangelio: Marcos 10,46-52
Curación del ciego Bartimeo (Mt 20,29-34; Lc 18,35-43)
46bCuando salía de Jericó con sus discípulos y una considerable multitud de gente, el hijo de Timeo, Bartimeo, ciego, estaba sentado junto al camino pidiendo limosna.
47 Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
47 Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
-Hijo de David, Jesús, ten compasión de mi,
48Muchos le intimaban a que guardase silencio, pero él gritaba más y más:
48Muchos le intimaban a que guardase silencio, pero él gritaba más y más:
-Hijo de David, ten compasión de mi,
49Jesús se detuvo y dijo:
49Jesús se detuvo y dijo:
-Llamadlo.
Llamaron al ciego diciéndole:
-Animo, levántate, que te llama.
-Animo, levántate, que te llama.
50Él tiró a un lado el manto, se puso en pie de un salto y se acercó a Jesús.
51Entonces Jesús le preguntó:
-¿qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
El ciego le contestó:
-Rabbuni, que recobre la vista.
52Jesús le dijo:
52Jesús le dijo:
-Vete, tu fe te ha salvado.
Inmediatamente recobró la vista y lo seguía en el camino.
(10,46b-52): El ciego, de nuevo figura de los discípulos/ los Doce (8,18.22b-26; 4,12), que no comprenden el mesianismo de Jesús ni su entrega (10,38.45). Hijo de Timeo, es decir, «discípulo del Apreciado» (el Mesías davídico), en oposición a Jesús, el «despreciado» en su tierra (6,4). Sentado junto al camino, el lugar donde cae el mensaje y no da fruto (4,15) (46). Nazareno, la multitud espera una actuación violenta en Jerusalén (cf. 1,9.24). La invocación del ciego/discípulos manifiesta en primer lugar su falsa concepción del Mesías, causa de su ceguera (Hijo de David; cf. 12,35-37), Y en segundo lugar su adhesión a Jesús (Jesús).En paralelo con el padre del chiquillo epiléptico (9,24), muestra fe y falta de fe y pide la ayuda de Jesús (ten compasión de mí; 9,24: «ayúdanos»). Esta petición necesitaban los discípulos para librarse de la idea mesiánica que les impedía el seguimiento y la misión, según les había dicho Jesús (9,29). La mayoría quiere impedírselo (47-48). ¿Qué quieres que haga por ti?, como a los Zebedeos (10,36) (51). Tu fe te ha salvado,como a la mujer con flujos (5,34). Seguimiento (en el camino, 8,27; 9,33b.34; cf. v. 46: «junto al camino») (52).
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