jueves, 31 de marzo de 2016

LECTURAS DEL JUEVES 31 DE MARZO DEL AÑO 2016.

PRIMERA LECTURA. Hechos 3,11-26.
11 Mientras el hombre seguía agarrado a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de estupor, acudió corriendo al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban. 12 Pedro, al ver aquello, dirigió la palabra al pueblo:
                    - Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto?, ¿por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud?
13 El Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, (Éx 3,5.15), ha glorificado a su Servidor, Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis en presencia de Pilato, cuando éste había decidido soltarlo. 14 Vosotros renegasteis del Santo, del Justo, y pedisteis que os indultaran a un asesino; 15 matasteis al autor de la vida, a quien Dios resucitó de la muerte; nosotros somos testigos. 16 Como este que veis aquí y que conocéis ha tenido fe en su persona, él le ha dado vigor: esta fe que él inspira lo ha dejado completamente sano delante de todos vosotros.
                     17 Ahora bien, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestros jefes lo miso; 
18 pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por boca de todos los Profetas: que su Mesías iba a padecer. 19 Por tanto, arrepentíos y convertíos para que se borren vuestros pecados; 20 a ver si el Señor manda tiempos de consuelo y envía el Mesías que os estaba destinado, Jesús.  21 El cielo tiene que retenerlo hasta que llegue la restauración universal que Dios anunció desde antiguo por boca de sus santos Profetas. 22 Pues dijo Moisés: "Para vosotros el Señor Dios vuestro suscitará entre vuestros hermanos un profeta como yo; haréis caso de todo lo que os diga, 23 y todo aquel que no haga caso a ses profeta será excluido del pueblo" (Dt 18,15.19). 24 Y todos los Profetas que hablaron desde Samuel en adelante anunciaron también estos días, 25 Sois vosotros los herederos de los Profetas y de la alianza que hizo Dios con nuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra" (Gn 12,3), 26 Para vosotros en primer lugar suscitó Dios a su Servidor y lo envió para que os otorgase esa bendición, con tal que os apartéis cada uno de vuestras maldades.
Explicación.
Concurrencia de todo Israel (11). Pedro le echa en cara su complicidad en la muerte de Jesús. Lo ha traicionado en los mismos términos que Judas (Lc 22,4.6.21s.48), ha renegado de él enlos mismos términos que Pedro (Lc 22,57.61) y ha pedido el indulto de un asesino, Barrabás (Lc 23,18s) (12-14). El testimonio sigue polarizado en la resurrección del Mesías (cf. 1,22; 2,32.36) y no en su persona (cf. 1,8) y misión universal (cf. Lc 24,46-48) (15). Sólo la adhesión a Jesús puede salvar a Israel (16).

                   En la parenesis, sin embargo, Pedro encuentra atenuantes para el pueblo e incluso para los dirigentes de Israel (17). Considera que el fracaso del Mesías se debe a un designio divino (18). La conversión del pueblo (cf. 2,38) permitirá la manifestación esplendorosa del Mesías, malograda por su mal comportamiento (tesis afin a la expectación farisea) (19s). Sería también designio divino (21: "tenía que", gr. dei, impers. divino) una segunda venida del Mesías (no anunciada por él) para restaurar a Israel (21, cf. 1,6).

                   La invitación al arrepentimiento y a la conversión (v.19) viene avalada por una serie de testimonios bíblicos: Jesús es el Profeta-como-Moisés que Dios ha suscitado (Dt 18,15-20) resucitándolo de la muerte (cf. 2,36; 3,15; 5,36): Israel sigue siendo el depositario de la promesa hecha a Abrahán (Gn 22,18) (22-26). De momento no se insinúa siquiera el alcance universal del encargo de Jesús (Lc 24,47; Hch 1,8).

                  La predicación de los apóstoles dirigida a Israel es interrumpida por la irrupción del personal del templo dominado por el partido saduceo (4,1). Reaccionan así porque, según ellos, los apóstoles comparten la doctrina farisea de la resurrección (2; cf. Lc 20,27).

SALMO. 8,2.5-9.
2 ¡Señor dueño nuestro, qué ilustre es tu nombre en toda la tierra!
Quiero servir a tu majestad celeste
5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el hijo de Adán para que te ocupes de él?
6 Lo has hecho poco menos que un dios,
de gloria y honor lo has coronado,
7 le has dado el mando sobre las obras de tus manos;
todo lo has sometido bajo sus pies:
8 ovejas y toros en masa *
también las bestias salvajes,
9 aves del aire, peces del mar
que trazan sendas por los mares.

Explicación.

8,2 Combina un título restringido, “dueño nuestro” con un horizonte ilimitado, “toda la tierra”.

8,2b El texto consonántico es muy dudoso y ha originado interpretaciones diversas: de los verbos dar, repetir, cantar etc.

8,5 Empieza la serie de seis verbos cuyo sujeto es Dios y complemento el hombre. Los dos primeros afirman la relación personal, maravillosa.

8,6-7 Los cuatro verbos son como un ceremonial de investidura: le asignan un puesto o rango, coronación, mando, un escabel bajo los pies. Véase Sab 9,2 y compárese con el “mando” de las lumbreras en Gn 1,16.

8,8-9 Los animales se reparten en domésticos y salvajes y por zonas. Es llamativa la atención prestada a los peces: véanse Sal 104,25; Eclo 43,25.

Transposición cristiana: Mt 21,16 cita el v.3 justificando el júbilo infantil. Heb 2,5-8 aplica el salmo a Jesucristo, el solo en quien se cumple plenamente. Sölo que consigue la corona a través del sufrimiento, de modo no previsto por el salmo. Pablo en 1 Cor 15,26 aplica el v.7 a Cristo glorificado.

8,8 *O: sin excepción. 

EVANGELIO. Lucas 24,35-48.

35 Ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir al pan. 36 Mientras hablaban de esto, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:
- Paz con vosotros.
37 Se asustaron y, despavoridos, pensaban ver un fantasma.
38 Él les dijo:
- ¿Por qué ese espanto y a qué viene esas dudas?
39 Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y mirad; un fantasma no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
40 Dicho esto, les mostró las manos y los pies.
41 Como aún no acababan de creer de la alegría y no salían de su asombro, les dijo:
- ¿Tenéis ahí algo de comer?
42 Ellos le ofrecieron un trozo de pescado asado;
43 él lo cogió y comió delante de ellos,
44 Después les dijo:
- Esto significaban mis palabras cuando os dije, estando todavía con vosotros, que todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí tenía que cumplirse.
45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran la Escritura.
46 Y añadió:
- Así estaba escrito: El Mesías padecerá, pero al tercer día resucitará de la muerte;
47 y en su nombre se predicará la enmienda y el perdón de los pecados a todas naciones. Empezando por Jerusalén
48 vosotros seréis testigos de todo esto.

EXPLICACIÓN.

Se repite la idea de que Jesús se da a conocer en el partir del pan, es decir, en el don de sí mismo que ha de ser continuado por los discípulos y cuyo símbolo permanente será la eucaristía (35). 

En la misma circunstancia, Jesús aparece de improviso, como había desaparecido. Saludo de paz (cf. Jn 20,19) (36). A pesar de las experiencias anteriores, terror: no conciben que la vida pueda vencer a la muerte (cf. 24,5) (37).

Jesús les demuestra su identidad (las manos y los pies, prueba de su muerte en cruz) (38s). Palpar, carne y hueso (39), comer (41-43): Lc pretende mostrar que la vida después de la muerte no significa el abandono de la condición humana, sino que es la máxima expresión de ésta. Alegría (41), en contraste con la tristeza anterior (22,45).

Instrucciones de despedida (44-49). Insiste en el cumplimiento de lo anunciado en el AT, que estaba todo orientado hacia él (44). Estando todavía con vosotros; su modo de presencia ha cambiado.

Nueva comprensión de la Escritura (45), en orden a la misión universal, de la que Jerusalén será el punto de partida; van a ella en calidad de testigos. Los términos de la misión, en paralelo con los de Juan Bautista (3,3): el deseo de justicia y la solidaridad humana son la condición preparatoria para el encuentro con Jesús (46-48).

miércoles, 30 de marzo de 2016

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 30 DE MARZO DEL AÑO 2016.

PRIMERA LECTURA. Hechos 3,1-10.

1 Cuando Pedro y Juan subían al templo a la hora de la oración de media tarde,
llevaban a cierto individuo, lisiado de nacimiento, al que colocaban cada día junto a la puerta del templo que llaman la Hermosa, para que pidiera limosna a los que iban entrando en el templo.
3 Al ver a Pedro y a Juan que estaban para entrar en el templo, les pidió una limosna.
4 Pedro, junto con Juan, fijó la vista en él y le dijo:
                  - Míranos.
                  5 El otro estaba pendiente de ellos esperando que le darían algo.
6 Pedro le dijo:
                  - Plata y oro no poseo, lo que tengo te lo doy: en nombre de Jesús Mesías, el Nazoreo, echa a andar.
                  7 Agarrándolo de la mano derecha, lo levantó. En el acto se le robustecieron las piernas y los tobillos,
8 se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios.
9 Todo el pueblo lo vio andar alabando a Dios, 
10 y al reconocerlo como el mismo que pedía limosna sentado junto a la Puerta Hermosa del templo se quedaron estupefactos y desconcertados ante lo que le había ocurrido.

EXPLICACIÓN.

Manifestación de la comunidad ante Israel (3,1-5,42): Comprende la curación del lisiado (3,1-10), el discurso de Pedro (3,11-4,4), la comparecencia de Pedro y Juan ante el Consejo judío (4,5-22), la segunda efusión del Espíritu (4,23-31), el segundo sumario (4,32-5,16) y la reacción del Consejo contra los apóstoles (54,17-42).

1-10. Pedro y Juan representan a la comunidad de Jerusalén que sigue creyendo en la validez del culto ofrecido en el templo: la "hora" es la misma en que Jesús moría en la cruz (Lc 23,44s) (1). El lisiado es figura del pueblo que nunca ha tenido libertad de movimientos; la única esperanza de los que lo llevan es que reciba un sucedáneo de liberación como limosna de la gente que acude al templo: contrasta su miseria con el esplendor del templo (Puerta Hermosa) (2). La comunidad creyente (Pedro y Juan) ofrece a Israel (el lisiado) la posibilidad de salir de su estado de dependencia e inmovilidad, recuperando su integridad humana (3-8). Se entera todo Israel, pero el suceso produce perplejidad (9s).

SALMO. 105,1-4.6-9.

1Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
informad de sus hazañas a los pueblos.
2Cantadle al son de instrumentos,
comentad todas sus maravillas.
3Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
4Recurrid al Señor y a su poder
buscad siempre su presencia. 
6iEstirpe de Abrahán, su siervo,
hijos de Jacob, su elegido!
7EI Señor es nuestro Dios
él gobierna toda la tierra.
8Se acuerda siempre de su alianza,
de la palabra dada, por mil generaciones.
9de la alianza sellada con Abrahán
y el juramento hecho a Isaac, 
Explicación.
105,1-7 Largo invitatorio marcando un tempo andante. Aunque el tema es nacional, quiere un auditorio internacional (1), ya que "nuestro Dios" es universal (7). 
105,6 El paralelismo deja por ahora sitio a dos patriarcas: Is 41,8.
105,8-11 Planteamiento de la historia sucesiva. Se presenta la terna oficial de los patriarcas. Citada en los relatos de vocación de Moisés (Ex 3,6; 6,2), de intercesión (Ex 32, 13) ; véanse también Lv 26,42; Jr 33,26. Elabora un tejido poco diferenciado de verbos, "mandar, estipular, confirmar", y complementos "alianza, palabra, juramento, decreto": todo ello de duración perpetua. El contenido es escueto: "a ti te daré".
Tranposición cristiana.
El tema de la promesa, contrapuesta a la ley, es fundamental en la teología de Pablo. Para comenzar léanse Gal 3,16-18.26-29; Rom 4,16. La Iglesia debe incorporar a su alabanza la historia de Israel, como parte de su historia. Después puede añadir otras meditaciones de su historia. 
EVANGELIO. Lucas 24,13-35.
13 Aquel mismo día, dos de ellos iban camino de una aldea llamada Emaús, distante una dos leguas de Jerusalén,
14 y conversaban de todo lo que había sucedido.
15 Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos,
16 pero algo en sus ojos les impedía reconocerlo.
17 Él les preguntó:
- ¿Qué conversación es esa que os traéis por el camino? Se detuvieron cariacontecidos,
18 y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:
- ¿Eres tú el único de paso en Jerusalén que no se ha enterado de lo ocurrido estos días en la ciudad?
19 Él les preguntó:
- ¿De qué?
Contestaron:
- De lo de Jesús Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo;
20 cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron,
21 cuando nosotros esperábamos que él fuese el liberador de Israel. Pero, además de todo eso, con hoy son ya tres días que ocurrió.
22 Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han dado un susto: fueron muy de mañana al sepulcro
23 y, no encontrando su cuerpo, volvieron contando que incluso habían tenido una aparición de ángeles, que decían que está vivo.
24 Algunos de nuestros compañeros fueron también al sepulcro y lo encontraron tal y como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.
25 Entonces Jesús les replicó:
- ¡Qué torpes sois y qué lentos para creer en todo lo que dijeron los profetas!
26 ¿No tenía el Mesías que padecer todo eso para entrar en su gloria?
27 Y, tomando pie de Moisés y los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
28 Cerca ya de la aldea adonde iban, hizo ademán de seguir adelante,
29 pero ellos le apremiaron diciendo:
- Quédate con nosotros, que está atardeciendo y el día va ya de caída.
Él entró para quedarse con ellos.
30 Estando recostado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo ofreció.
31 Se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista.
32 Entonces se dijeron uno a otro:
- ¿No estábamos en ascuas mientras nos hablaba por el camino haciéndonos comprender la Escritura?
33 Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén; encontraron reunidos a los Once con sus compañeros,
34 que decían:
- Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.
35 Ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir al pan.


EXPLICACIÓN.

Episodio propio de Lc. Los dos discípulos pertenecen al círculo descrito en 24,9.11. Tema obligado de conversación: los sucesos recientes (14); falta de acuerdo. Tienen en sí mismos un obstáculo que les impide reconocer a Jesús (15s).

Para ellos, Jesús era sólo un profeta aun siendo discípulos, no han superado la idea del pueblo (7,16; 9,8.19); se han equivocado al esperar más de él (19). Siguen apegados a la institución judía (los sumos sacerdotes y nuestros jefes). Esperaban un Mesías salvador de Israel (1,68s), no de la humanidad (cf. 2,30-32). No se han enterado de las repetidas predicciones de Jesús (9,22.44s; 18,32-34). Esperando solamente un triunfo terreno, ni siquiera los indicios de la resurrección han reavivado su esperanza. Su idea de Mesías se ha derrumbado con la muerte de Jesús (22-24).

Reproche (25). El verdadero Mesías tenía que ser rechazado por la sociedad injusta. El nuevo éxodo lleva a una vida que no está sujeta a la muerte (su gloria) (26). Moisés y los Profetas (cf. 9,30 my 24,4: "los dos hombres"): tal era la promesa contenida en el AT. La teología oficial del triunfo nacionalista era falsa (cf. 19,30; 20,41-44) (27).

La escena del pan (28-32) no está en relación directa con la eucaristía (22,19), sino con el episodio de los panes (9,12-17: bendición del pan, no acción de gracias). Jesús vuelve a darles la señal que llevó a su reconocimiento por Mesías (9,18-20): les enseña así la entrega y el don de sí mismos significados por el pan y necesarios para entender su entrega como Mesías. Sólo entonces se les abrieron los ojos (cf. Is 35,5: "abrir los ojos", metáfora de liberación): su doctrina mesiánica les impedía ver (cf. v.16) (31). Jesús desaparece: el modo de su presencia no es como el de antes.

Comentario unánime; ya no hay desacuerdo. Estábamos en ascuas (32), lit. "nuestro corazón ardía", señal de tensión interior que desemboca en la palabra y en la acción (Sal 39,4). Encuentro con los Once y el grupo. Simón, no "Pedro", nombre de su obstinación (cf. 22,62: llanto de Pedro) (33s). Se repite la idea de que Jesús se da a conocer en el partir del pan, es decir, en el don de sí mismo que ha de ser continuado por los discípulos y cuyo símbolo permanente será la eucaristía (35).

martes, 29 de marzo de 2016

LECTURAS DEL MARTES 29 DE MARZO DEL AÑO 2016.

PRIMERA LECTURA. Hechos 2,36-41.
36 Por tanto, entérese bien todo Israel de que Dios ha constituido Señor y Mesías a ese Jesús a quien vosotros crucificasteis.
                   37 Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
                   -¿Qué tenemos que hacer, hermanos?
                   38 Pedro les contestó:
                   - Arrepentíos, bautizaos cada uno vinculándoos a Jesús Mesías para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
39 Porque la Promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, así como para todos los extranjeros a quienes llame el Señor Dios nuestro.
                   40 Les urgía además con otras muchas razones y los exhortaba diciendo:
                   - Poneos a salvo de esta generación depravada.
     41 Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y se les agregaron aquel día como tres mil almas.
Explicación.
Pedro afirma que Jesús fue constituido Señor y Mesías después de su muerte (36, pero cf. Lc 9,20).

                    La pregunta que hacen los oyentes es la misma que hizo el pueblo de Israel a Juan Bautista (Lc 3,10) (37). También la respuesta de Pedro coincide en parte con la proclamación de Juan (Lc 3,3). Según Pedro, el bautismo, que incorpora al Israel mesiánico, es condición indispensable para la recepción del Espíritu, don que los ciento veinte han recibido sin necesidad del bautismo y cuya efusión de momento no se comprueba (38s, cf. Lc 3,16). Se conmina al pueblo de Israel a distanciarse de la "generación incrédula" como la del desierto (Dt 32,5) (40, cf. Lc 3,7s).

Primer sumario de un total de tres (cf. 4,32-5,16 y 19,11-20). "Como tres mil almas" (41) hace referencia a un primer núcleo todavía inmaduro de comunidad.
SALMO. 33,4-5.18-20.22.
4 Que la palabra del Señor es recta
y toda su actividad está acreditada.
5 Ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra.
8 Mira: el ojo del Señor sobre sus fieles,
que esperan en su misericordia,
19 para librar su vida de la muerte
y mantenerlos en tiempo de hambre.
20 Nosotros aguardamos al Señor
que es nuestro auxilio y escudo;
22 Que tu misericordia nos acompañe,
Señor, como lo esperamos de ti.

Explicación.

33,4-5 Del Señor quiere decir mucho en poco espacio y lo estiliza en tres aspectos: "palabra - obra - amor". Al principio insiste en la "justicia": ¿por què? El salmo va a presentar a un Dios que parece discriminar pueblos, parece elegir arbitrariamente, parece complacerse en el fracaso humano. Aunque el salmo no se ocupa de teodicea, quiere asentar como programa la justicia de su Dios en palabras, obras y sentimientos. A la justicia acompaña la misericordia, para que no sea despiadada ni inexorable; retoma en los vv. 18 y 22.

33,4 Sal 11,7.

33,18-19 El destino del pueblo escogido es un sistema de contrastes. A la derrota militar no se opone la victoria militar de Israel, sino la intervención del Señor. A la mirada universal escrutadora, la mirada protectora. Todo lo domina la "misericordia", que alcanza el límite último de la vida y la muerte.

33,19 También el rey de Israel puede fracasar en sus planes, si ésos no respetan el designio del Señor. En tiempo de guerra y en tiempo de hambre lo importante es "confiar" en el Señor, cuyo "designio" es "conservar la vida": Gn 50,20. Por eso al final del salmo se impone la "esperanza" y "confianza" enla "misericordia" del Señor.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo. 

EVANGELIO. Juan 20,11-18.
LA VUELTA DE JESÚS CON LOS SUYOS.
La nueva pareja
(Jn 20,11-18)


11. María se había quedado junto al sepulcro, fuera, llorando. Sin dejar de sllorar, se asomó al sepulcro
12. y vio dos ángeles vestidos de blanco sentados uno a la cabecera y otro a los pies, en el lugar donde había estado puesto el cuerpo de Jesús.
13. Le preguntaron ellos:
- Mujer, ¿por qué lloras?
Les dijo:
- Se han llevado a mi Señor y no sé donde lo han puesto.
14. Dicho esto, se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús.
15. Jesús le preguntó:
- Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Ella, pensando que era el hortelano, le dice:
- Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo me lo llevaré.
16. Le dice Jesús:
-María.
Volviéndose ella, le dijo en su lengua:
-Rabbuni (que equivale a “Maestro”).
17. Le dijo Jesús:
-Suéltame, que aún no he subido con el Padre para quedarme. En cambio, ve a decirles a mis hermanos: “Subo a mi Padre, que es vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios”.
18. María fue anunciando a los discípulos:
-He visto al Señor en persona, y me ha dicho esto y esto.



EXPLICACIÓN.
11-18. Jesús había anunciado a los suyos la tristeza por su muerte, pero asegurándoles la brevedad de la prueba y la alegría que les produciría su vuelta (16,16-23a). María, en cambio, llora sin esperanza (xf. 11,33) (11); ha olvidado las palabras de Jesús. No se separa del sepulcro, donde no puede encontrarlo.

Los guardianes del lecho (dos ángeles) (12) son los testigos de la resurrección y están dispuestos a anunciarla. Blanco, color de la gloria divina; su presencia es un anuncio de vida. El vestido y la pregunta de los ángeles (13) muestran que no hay razón para el llanto. Mujer, apelativo usado por Jesús con su madre (2,4 y 19,6), la esposa fiel de Dios en la antigua alianza, y con la samaritana (4,21), la esposa fiel. Los ángeles ven en María a la esposa de la nueva alianza, que busca desolada al esposo, pensando haberlo perdido. Respuesta de María: como la primera vez que llegó al sepulcro (20,2), sigue pensando que todo ha terminado con la muerte.

Mientras siga mirando al sepulcro no encontrará a Jesús. En cuanto se vuelve (14), lo ve de pie, como una persona viva, pero la idea de la muerte la domina y no lo reconoce. La pregunta de Jesús (15) repite en primer lugar la de los ángeles: no hay motivo para llorar. Añade ¿A quién buscáis?, como en el prendimiento (18, 4.7), para darse a conocer. Pero María no pronuncia su nombre. Hortelano: vuelve la idea del huerto/jardín, según el lenguaje del Cantar (19,41). Se prepara el encuentro de la esposa (Mujer) con el esposo (3,29). 

María, obsesionada con su idea, piensa que la ausencia de Jesús se debe a la acción de otros (si te lo has llevado tú).
Jesús la llama por su nombre (16) y ella reconoce su voz (10,3; cf. Cant 5,2). Se vuelve del todo, sin mirar más al sepulcro, que es el pasado. Al esposo responde la esposa (cf. Jr 33,11; Jn 3,29): se establece la nueva alianza por medio del Mesías. Rabbani, “señor mío”, tratamiento de los maestros, pero también de la mujer dirigiéndose al marido. El lenguaje nupcial expresa la relación de amor y fidelidad que une la comunidad a Jesús; pero este amor se concibe en términos de discipulado, es decir, de seguimiento.

Gesto implícito de María (Cant 3,4: “Encontré el amor de mi alma; lo agarré y ya no lo soltaré”). La alegría del encuentro hace olvidar a María que su respuesta a Jesús ha de ser el amor a los demás. A ese gesto responde Jesús al decirle: Suéltame. Da la razón (aún no he subido, etc.). La fiesta nupcial será el estadio último, cuando la esposa, la humanidad nueva, haya recorrido su camino, el del amor total, y la creación queda perfectamente realizada.

Jesús envía a María con un mensaje para los discípulos, a los que por primera vez llama sus hermanos: amor fraterno, comunidad de iguales. Antes de la subida definitiva de Jesús al Padre (para quedarme), junto con la humanidad nueva, hay otra subida que dará comienzo a la nueva historia. Volverá con los discípulos (14,18). La mención de Padre de Jesús como Padre de los discípulos responde a la promesa de 14,2-3: “En el hogar de mi Padre hay vivienda para muchos, etc”. Jesús sube ahora para dar a los suyos la condición de hijos (mis hermanos), mediante la infusión de su Espíritu (14,16s). Esta experiencia les hará conocer a Dios como Padre (17,3); será su primera experiencia verdadera de Dios. No van a llamar Padre al que conocen como Dios, sino al contrario: llamarán Dios al que experimentan como Padre. No reconocen a otro Dios más que al que ha manifestado en la cruz de Jesús su amor gratuito y generoso por el hombre, comunicándole su propia vida. Es el único Dios verdadero (17,3). La comunidad recibe la noticia de la resurrección de Jesús (18).

SÍNTESIS.

Jn concibe la obra de Jesús como la creación de una humanidad y un mundo nuevos. En paralelo con la pareja primordial, Adán y Eva, aparece en el huerto/jardín la nueva pareja que da origen a la humanidad nueva. La presencia de Jesús en la comunidad no absorbe las energías de ésta, sino que la proyecta hacia fuera, enviándola a la misión.

lunes, 28 de marzo de 2016

LECTURAS DEL LUNES 28 DE MARZO DEL AÑO 2016.

PRIMERA LECTURA. Hechos 2,14.22-33.

14 Pedro, de pie con los Once, alzó la voz y les dirigió la palabra: - Judíos y todos los que residís en Jerusalén, enteraos bien de lo que pasa y prestad oídos a mis palabras; 22 Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús el Nazoreo, hombre que Dios acreditó ante vosotros, realizando por su medio milagros, prodigios y señales, como vosotros mismos sabéis.
23 A éste, entregado conforme al designio previsto y decretado por Dios, vosotros, por manos de hombres sin ley, lo matasteis en una cruz.
24 Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que ésta lo retuviera bajo su dominio,
25 pues David dice a propósito de él:

                Tengo siempre conmigo al Señor,
                está a mi derecha para que no vacile.
                26 Por eso se me alegra el corazón,
                exulta mi lengua
                e incluso mi carne descansa esperanzada.
                27 Porque no me abandonarás a la muerte
                ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
                28 Me has enseñado senderos de vida
                me saciarás de gozo con tu presencia (Sal 16,8-11).

                29 Hermanos, permitidme deciros con franqueza que el patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy.
30 Pero como era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo,
31 cuando dijo que "no lo abandonaría a la muerte" y que "su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías.
32 Es a este Jesús a quien resucitó Dios, y todos nosotros somos testigos de ello.
33 Exaltado así por la diestra de Dios y recibiendo del Padre el Espíritu Santo prometido, lo ha derramado: esto es lo que vosotros estáis viendo y oyendo.

Explicación.
Pedro se dirige tanto a los judíos como a los demás residentes en Jerusalén (14b).

Pedro restringe su auditorio a los judíos (22a). Presenta la figura de Jesús recordando su ascendencia davídica ("Nazoreo") y apelando a sus obras (22b-23). Su resurrección cumplió las promesas hechas a David (24-32). Jesús exaltado, dador del Espíritu (33-35). 

SALMO. 16,1-2.5.7-11.
1 ¡Guárdame, Dios, que me refugio en ti!
2 Declaro:
al Señor,
Tú eres mi dueño,
no tengo bien fuera de ti.
5 El Señor es la porción de mi lote y de mi copa;
tú controlas mi suerte:
7 Bendigo al Señor que me aconseja,
aun de noche me instruyen mis entrañas.
8 Pongo siempre al Señor ante mí,
con él a mi derecha no vacilaré.
9 Por eso se me alegra el corazón,
siento un gozo entrañable,
aun mi carne habita segura;
10 pues no entregarás mi vida al Abismo,
ni dejarás al fiel tuyo ver la fosa;
11 me enseñarás un camino de vida,
me colmarás de gozo en tu presencia,
de delicias perpetuas a tu diestra.

Explicación.

16,1 El comienzo es una variante de comienzo convencional. Se dirige al Dios supremo, ´el , como "guardián": cfr.. Sal 121.

16,2 El femenino "bien" aplicado al Señor es excepcional; puede estar inducido por el tema de la tierra; cfr. Sal 65,12; 68,11. Otros leen pregunta retórica así: "mi dicha ¿no está en ti?".

16,5 En el reparto de la tierra los levitas no reciben un lote, pues deben vivir del templo: Nm 18,20s; Dt 10,9; 18,1.
Este verso pesa mucho en la reconstrucción del comienzo.

16,7 El Señor es mi consejero personal. A su consejo reacciona la intimidad más honda, "los riñones" como sede de pasiones, como zona semiconsciente que el Señor sondea e ilumina. Es fórmula excepcional.

16,8 También excepcional por el verbo tan escogido y por ser el orante sujeto: la presencia de Dios se hace constante en la conciencia. Véase en contraste Ez 14,3. "Vacilar": en el supuesto, sacerdotal, o en la posición, vital.

16,9 kabod puede sustituir a un pronombre enfático de primera persona. Se sospecha que el original decía kabed=hígado, o sea, un gozo visceral. También es expresión única "mi carne habita", pienso que inducida por el tema del reparto de la tierra. Mi carne, tan débil y caduca, se establece con seguridad, por lo que sigue.

16,10 Siendo Dios "mi dueño", a él pertenezco, no al polvo, y nadie me podrá arrebatar, ni el poder supremo de la muerte. La experiencia de la intimidad con Dios hace vislumbrar la inmortalidad, como en el Sal 73 y quizá en Sal 49,16.

16,11 Aunque bien establecido, se encuentra en camino: vivir es progresar hacia un término positivo: gozo, saciedad, delicias sin fin. Moisés pidió al Señor que le mostrara el camino, y el Señor accedió (Éx 33,13); pidió ver su gloria, y el Señor le enseño su bondad, no su rostro (Éx 33,18-20). El orante del salmo comienza con la "bondad"; al final Dios le enseña el camino y muestra su rostro. Más allá no queda nada.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Aplican el salmo a Cristo resucitado. Hch 2,24 y 13,34. Pronunciado por Cristo, con variedad de aplicaciones, puede ser pronunciado por el cristiano con la esperanza segura de su resurrección. 

EVANGELIO.Mateo 28,8-15.
8Con miedo, pero con mucha alegría, se marcharon a toda prisa del sepulcro y corrieron a anunciárselo a los discípulos. 9De pronto Jesús les salió al encuentro y les saludó diciendo:
                -¡Alegraos!        
Ellas se acercaron y se postraron abrazándole los pies.
10Jesús les dijo:
-No tengáis miedo; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.
11 Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los sumos sacerdotes de todo lo sucedido. 12Estos se reunieron con los senadores, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una suma considerable, 13 encargándoles:
-Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. 14y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo calmaremos y os sacaremos de apuros.
15Los soldados aceptaron el dinero y siguieron las instrucciones. Por eso corre esta versión entre los judíos hasta el día de hoy.
EXPLICACIÓN.
El miedo, mezclado con alegría. Encuentro con Jesús; les quita e! temor. Mis hermanos, los que poseen e! mismo Espíritu (8-10).  
11-15. Mt subraya de nuevo la mala fe de los dirigentes judíos (cf. 27,3ss). Reunión de los jefes saduceos para tratar de Contrarrestar los hechos; éstos no les interesan, les preocupa sólo su repercusión en el pueblo. Se adivina la ofensiva de las comunidades judías contra la primitiva predicación cristiana.

domingo, 27 de marzo de 2016

LECTURAS DEL DOMINGO 27 DE MARZO DEL AÑO 2016.

PRIMERA LECTURA. Hechos 10,34.37-43.
34 Pedro tomó la palabra y dijo:
- Realmente, voy comprendiendo que Dios ni discrimina a nadie,
37 Vosotros conocéis muy bien el hecho acaecido en todo el país judío, empezando por Galilea después de que Juan predicó el bautismo,
38 el hecho de Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando todos los sojuzgados por el diablo, porque Dios estaba con él.
39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo tanto en el país judío como en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero.
40 A éste, Dios lo resucitó al tercer día e hizo que se dejara ver,
41 no de todo el pueblo, sino de los testigos que Dios había designado de antemano, de nosotros, que hemos comido y bebido con él después que resucitó de la muerte.
42 Él nos mandó predicar al pueblo dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos.
43 Sobre esto el testimonio de los Profetas es unánime; todo el que le da su adhesión obtiene el perdón de los pecados.
  Explicación.
Pedro lo invita a levantarse de su postración y a participar de la vida de la comunidad (34: la expresión griega es ambigua: ·Hazte la cama/reclínate a la mesa"). El desbloqueo de la comunidad produce sus frutos (35). Hay una serie de rasgos comunes y de contraste entr esta escena y la del paralítico del Ev. (Lc 5,17-26).
Las obras de beneficencia propias de la religiosidad judía no han bastado para evitar su muerte; la sala de reuniones de la comunidad se ha convertido en un velatorio (37). Una delegación de la comunidad suplica insistentemente a Pedro que intervenga en sus asuntos internos (38). Situación desesperada de las "viudas", símbolo del desamparo total (39).

Pedro, al modo de Jesús (cf. Mc 5,41), intenta enderezar la situación (40). Al final lo consigue y restablece el cuerpo comunitario (41). Nuevas adhesiones (42). La escena de la resurrección de Tabita recuerda de cerca la resurrección de la hija de Jairo (Lc 8,40-42.49-56). Otra serie de marcas la pone en relación con el doble paradigma de Elías y el hijo de la viuda de Sarepta (3 Re 17,17-24 LXX, cf. Lc 4,26) y de Eliseo y el hijo de la sunamita (4 Re 4,8-37 LXX).

SALMO. 118,1-2.16-17.22-23.

1Dad gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
2Diga la casa de Israel:
es eterna su misericordia. 16la diestra del Señor es sublime,
la diestra del Señor hace proezas».
17No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
22-La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
23Es el Señor quien lo ha hecho
y nos parece un milagro.

Explicación.

118,1-4 El estribillo es fórmula litúrgica de uso múltiple: Jr 33,11; 1 Cr 16; 2 Cr 5,13; 7,3; Esd 3,11 Y varias veces en el salterio.

118, 15b-16 El texto del canto es una elaboración de Ex 15,2.
118,17 -18 En cierto sentido, éste es el punto culminante del relato: porque lleva la liberación al límite de la vida y la muerte, porque interpreta el peligro grave como "educación" dirigida por Dios (Dt 8,5; Jr 30,11). El proceso entero estaba controlado por Dios, y el hombre, que ha revivido, puede "contar las hazañas del Señor": Sal 71,20.

118,22-23 Reflexión coral en imagen arquitectónica. Aparejadores o maestros canteros valoran la calidad de cada piedra. Desechan una que no les parece de buena calidad, o que está mal tallada o no encaja en el aparejo. Más tarde, Dios revela el valor único de aquella piedra, que será usada como ángulo de unión de dos paños del edificio o como remate del templo: véanse 1 Re 6,7; Zac 4,7.
Transposición cristiana.
Éste es el salmo pascual por excelencia. Así nos lo enseña la tradición a partir del NT. La imagen de la piedra desechada, angular, la recogen Mt 21 ,42; Mc 12,1 Os; Lc 20,17; Hch 4,11; 1 Pe 2,6s. La aclamación Hosana: Mt 21,9; Mc 11,9s; Lc 19,18; Jn 12,13.
El salmo nos ayuda a meditar las etapas principales de la muerte y resurrección de Jesucristo.
 
SEGUNDA LECTURA. Colosenses 3,1-4 o 1 Corintios 5,6-8.

COLOSENSES.

1Por tanto, si habéis resucitado con el Mesías, buscad lo de arriba, donde está el Mesías sentado a la derecha de Dios; 2estad centrados arriba, no en la tierra. 3Moristeis, repito, y vuestra vida está escondida con el Mesías en Dios; 4cuando se manifieste el Mesías, que es vuestra vida, con él os manifestaréis también vosotros gloriosos.
 
EXPLICACIÓN.
 
Muertos a lo rudimentario, hay que buscar lo de arriba, de donde viene la vida: allí está su autor y prototipo. Él es el punto de referencia. Estad centrados: el verbo gr. phronéô, (derivado de phrên, "diafragma"), no denota sólo el pensamiento consciente, sino también la tendencia, la fuerza que orienta el ser (cf. Flp 3,19); la tendencia del cristiano es hacia Cristo, y de ese centro parten las líneas de fuerza. El cristiano posee ya la vida definitiva; la salvación está ya concedida; el último acto será su manifestación pública (Rom 8,17.18) (3,1-4).

CORINTIOS.

 6Esa jactancia vuestra no viene a cuento, ¿no sabéis que una pizca de la levadura fermenta toda la masa? 7Haced buena limpieza de la levadura del pasado para ser una masa nueva, conforme a lo que sois: panes sin levadura. Porque Cristo, nuestro cordero pascual, ya fue inmolado; 8ahora a celebrar la fiesta, pero no con levadura del pasado, no con maldad y perversidad, sino con panes sin levadura, que son candor y autenticidad.
 
Explicación.

 También la comunidad necesita esa excomunión; de lo contrario, podría corromperse. Según un dicho proverbial judío, compara el mal con la levadura e, inspirándose en las costumbres de la Pascua judía, les pide que la eliminen, para poder celebrar dignamente la nueva y permanente Pascua cristiana (6-8).
 
EVANGELIO. Juan 20,1-9.

Introducción: El sepulcro vacío. (Jn 20, 1-10)

1. El primer día de la semana, por la mañana temprano, todavía en tinieblas fue María Magdalena al sepulcro y vio la losa quitada.
2. Fue entonces corriendo a ver a Simón Pedro y también al otro discípulo, el predilecto de Jesús, y les dijo:
- Se han llevado al Señor del Sepulcro y no sabemos dónde lo han puesto.
3. Salió entonces Pedro y también el otro discípulo y se dirigieron al sepulcro.
4. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo se adelantó, corriendo más de prisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
5. Asomándose vio puestos los lienzos; sin embargo, no entró.
6. Llegó también Simón Pedro siguiéndolo, entró en el sepulcro y contempló los lienzos puestos,
7. y el sudario, que había cubierto su cabeza, no puesto con los lienzos, sino aparte, envolviendo determinado lugar.
8. Entonces, al fin, entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, vio y creyó.
9. Es que aún no habían entendido aquel pasaje donde se dice que tenía que resucitar de la muerte.

Explicación.

Terminada la creación (19,30) y preparada la verdadera Pascua (19,31-42), comienza sin interrupción el nuevo ciclo: el de la creación nueva y la Pascua definitiva. Prescinde Jn del dato cronológico exacto, para subrayar que el tiempo mesiánico sigue inmediatamente a la muerte de Jesús. “El último día” de la cruz viene representado ahora como el primer día (1), que abre el tiempo nuevo. Por la mañana temprano indica un momento en que ya hay luz (18,28); dato inconciliable con todavía en tinieblas; pero en Jn la tiniebla designa la ideología contraria a la verdad de la vida (1,5; 3,19; 6,17; 12,35). María va al sepulcro creyendo que la muerte ha triunfado; espera encontrar el cadáver de Jesús. Alusión al Cantar 3,1, de la esposa: “lo busqué y no lo encontré”. La losa puesta habría sido el sello de la muerte definitiva (cf. 11,38s.41), pero la historia de Jesús no se ha cerrado.

Alarma de María (2). Avisa a los dos discípulos por separado; la muerte de Jesús ha provocado la dispersión (16,32). Conclusión de lo que ha visto: se han llevado al Señor. No entiende lo que era señal de vida (el sepulcro abierto); para ella, el Señor, muerto, está a merced de lo que quieran hacer con él. El plural no sabemos muestra a la comunidad desorientada.

Igual reacción de ambos discípulos, ir al sepulcro (3-4). Correr juntos, común adhesión a Jesús. Diferencia: el amigo de Jesús se adelanta a Pedro. Las dos veces que hasta ahora Pedro y el discípulo predilecto han aparecido juntos (13,23-25; 18,15ss) Jn ha dado la ventaja al segundo. Corre más de prisa el que ha sido testigo del fruto de la cruz (19,35). Pedro no concibe aún la muerte como muestra de amor y fuente de vida (12,24).

El discípulo ve puestos los lienzos (5), como sábanas en el lecho nupcial; ya no atan a Jesús (19,40). Distingue la señal de la vida, pero no la comprende. Deberían deducir que Jesús se ha marchado solo (cf. 11,44, de Lázaro: “Desatadlo y dejadlo que se marche”), pero no conciben que la vida pueda vencer a la muerte.

El discípulo no entra en el sepulcro, va a ceder el paso a Pedro. Después de las negociaciones de éste (18,15-17,25), es un gesto de aceptación y reconciliación. Pedro sigue al otro discípulo (6); el que es amigo de Jesús marca el camino. Ve también los lienzos puestos; descubre, además, el sudario, símbolo de muerte (11,44, de Lázaro), pero colocado aparte: envolviendo determinado lugar (7). La expresión es extraña, indicando un segundo sentido. “El lugar” denota en Jn el templo de Jerusalén (4,20; 5,13; 11,48) o, por contraste, el lugar donde se encuentra Jesús, nuevo santuario (6,10.23; 10,40, etc.). Aquí este “lugar”, separado del que es propio de Jesús, designa el templo. Al matar a Jesús han intentado suprimir la presencia de Dios; con ello han condenado su propio templo a la destrucción (cf. 2,19). La muerte, vencida por Jesús, amenaza sin remedio a la institución que lo condenó. No hay reacción de Pedro ante los signos.

Insiste Jn en la deferencia del otro discípulo (8: el que había llegado antes), que muestra una actitud de amor como la de Jesús. Al ver las señales, comprende: la muerte no ha interrumpido la vida, simbolizada por el lecho nupcial preparado. Ahora cree y ve así la gloria/amor de Dios (11,40), que da vida definitiva. Nuevo contraste entre los dos discípulos; sólo cree el segundo.

Jn se refiere al pasaje de Is 26,19-21 (9), al que aludía en 16,16: “Dentro de poco dejaréis de verme, pero un poco más tarde me veréis”, y en el que decía el profeta: “Resucitarán los muertos … el Señor va a salir de su morada”. No sabían que se ha producido el nacimiento del Hombre (16,21).

Los discípulos no hablan entre ellos ni comentan lo que han visto (10). Esto da a la escena un carácter de paradigma: Jn está describiendo el impacto de la muerte de Jesús en la comunidad y las disposiciones que el hecho de la resurrección encuentra en ella. De hecho, los discípulos no continúan la búsqueda de Jesús ni anuncian lo sucedido (se fueron de nuevo a su casa).

SÍNTESIS.

Jesús ha muerto, pero no es un cadáver. El sepulcro es un pasado que remite al presente. No se puede vincular la memoria de Jesús a un lugar determinado ni erigirle un monumento como a un difunto ilustre. Su historia no ha terminado. Dificultad en creer que la vida vence a la muerte.

sábado, 26 de marzo de 2016

LECTURAS DEL SÁBADO 26 DE MARZO DEL AÑO 2016.

1 Génesis 1,1-2,2 ó Génesis 1,1.26-31.
1 1Al principio creó Dios el cielo y la tierra. 2La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. 3Dijo Dios: -Que exista la luz. Y la luz existió. 4Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de la tiniebla: 5llamó Dios a la luz "día", y a la tiniebla "noche". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. 6Y dijo Dios: -Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. 7E hizo Dios la bóveda para separar las aguas de debajo de la bóveda, de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. 8Y llamó Dios a la bóveda "cielo". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo. 9Y dijo Dios: -Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes. Y así fue. 10Y llamó Dios a los continentes "tierra", y a la masa de las aguas las llamó "mar". Y vio Dios que era bueno. 11Y dijo Dios: -Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra. Y así fue. 12La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. 13Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. 14Y dijo Dios: -Que existan lumbreras en la bóveda del cielo para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; 15y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo para alumbrar la tierra. Y así fue. 16E hizo Dios las dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. 17Y las puso Dios en la bóveda del cielo para dar luz sobre la tierra; 18para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. 19Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto. 20Y dijo Dios: -Bullan las aguas con un bullir de vivientes, y vuelen pájaros sobre la tierra frente a la bóveda del cielo. 21Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo bullir según sus especies, y las aves aladas según sus especies. 22Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: -Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra. 23Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. 24Y dijo Dios: -Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies. Y así fue. 25E hizo Dios las fieras de la tierra según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles del suelo según sus especies. Y vio Dios que era bueno. 26Y dijo Dios: -Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles. 27Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28Y los bendijo Dios y les dijo Dios: -Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra. 29Y dijo Dios: -Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; 30y a todos los animales de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra -a todo ser que respira-, la hierba verde les servirá de alimento. Y así fue. 31Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. 2 1Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus muchedumbres. 2Para el día séptimo había concluido Dios toda su tarea; y descansó el día séptimo de toda su tarea.

Explicación.

1,1-2,4a. El autor toma la imagen  del mundo tal como la veía la ciencia de entonces. La simplifica y estiliza en seres y grupos elementales. División y oposición son principio de orden y armonía (Eclo 33,7-15), clasificación y nomenclatura son principios de conocimiento organizado. Esa visión empírica es proyectada globalmente al momento del primer existir, y allí aparecen en acción dos principios dinámicos: el aliento de Dios, que incuba y transforma el caos en cosmos, y la palabra soberana de Dios, que da orden de existir, asigna puesto y nombre, bendice.

Para la realización literaria el autor opera con breves fórmulas, que repite con calculada diversidad. La composición está regida por dos principios numéricos: el diez del decir de Dios y el siete de los días; entre éstos ocupan ocupan puesto clave el primero, el cuarto y el séptimo: luz, astros, descanso. La semana de seis días laborables y uno de descanso (división del mes lunar) se proyecta al tiempo primordial, presentando la acción de Dios a imagen del hombre (Éx 20,11). La analogía hace realtar la diferencia: la acción de Dios es soberana y eficaz, las obras son el universo, la tarea es perfecta.

Dios es el soberano que da órdenes y se cumplen, es el artesano que ejecuta y contempla complacido la obra bien hecha, es el poeta que pronuncia los nombre primigenios. Por la acción de Dios y su aprobación auténtica, toda la creación y sus partes es buena y bella, armoniosa y no confusa. Dios crea algunos seres individuales y únicos, otros según su especie, de modo que se prolongue y crezca por la fecundidad, en una forma de creatividad delegada.

La corona de todos es el hombre, imagen de Dios por señorío recibido (Sal 8), quizá como interlocutor en la tierra de Dios; varón y hembra como sede de fecundidad compartida y como primera célula social. Puede compararse este poema hierático con otros de tema semejante; Sal 104 y 148; Eclo 43; y numerosas referencias al Dios Creador: por la palabra y el aliento Sal 33; Jn 1, con la colaboración de la Sabiduría trascendente Prov 8.

1,1. "Cielo y tierra" componen la totalidad, equivalen a universo (cfr. Sal 115,16).

1,2. Caos y tiniebla representan imaginativamente el no ser. En vez de "aliento de Dios" otros traducen como superlativo "un viento impetuoso": más problable la primera, según Sal 33 y Eclo 24,3.  2 Cor 4,6: es una luz que trasciende las lumbreras del cuarto día.

1,4. Is 45,7.

1,6. Sal 19,2.

1,9. Sal 24,2; 33,7.

1,11. Hierba y árboles abarcan el mundo vegetal entero. Sal 65,10-14.

1,14. Hay una distinción implícita, entre un tiempo de una semana trascendente, y el tiempo que inauguran y articulan cíclicamente el sol y la luna. "Lumbreras": no luz ni divinidades (cfr. Dt 4,19; Job 31,26).

1,20. Sal 8,9.

1,24. Job 39.

1,26-27. Declaración programática. En todo lo que sigue se hablará de Dios en analogías humanas: forma legítima, única posible, porque sólo el hombre es imagen de Dios. Eclo 17,1-4; Sal 8,7-9.

1,27. 1 Cor 11,7.

1,28. Dominio: Sal 8; Jr 27,6.

1,29-30. Es un régimen vegetariano.

1,31. Eclo 33,16-25.32-35.

2,1. Éx 20,11; Jn 5,17.

SALMO 104,1-2.5-6.10.12-14.24.35

(Eclo 43) 
 
1Bendice, alma mía, al Señor:
Señor Dios mío, eres inmenso.
Te revistes de belleza y majestad,
2la luz te envuelve como un manto.
Despliegas los cielos como una tienda,
5Asentaste la tierra sobre su cimiento
y no vacilará nunca jamás.
6La cubriste con el vestido del océano;
y las aguas asaltaron las montañas. 
10De los manantiales sacas torrentes
que fluyen entre los montes; 
12Junto a ellos habitan las aves del cielo
Desde las frondas envían su canción.
13Desde tus salones riegas las montañas,
y la tierra se sacia de tu acción fecunda.
14Haces brotar hierba para el ganado
y forraje para las tareas del hombre: 
24¡Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con maestría:
la tierra está llena de tus criaturas! 
35Que se acaben los pecadores en la tierra,
que los malvados no existan más.
Bendice, alma mía, al Señor. Aleluya.
Explicación.
104,1 b-2a Como en Gn 1, la primera criatura mencionada es la luz; pero ¡qué diversa es la función! Aquí es un manto que revela la majestad.
104,2b-3a Corresponde a la segunda criatura de Gn 2. Pero, en vez de "firmamento" o bóveda, aparece un pabellón con salones superiores, por encima de las agua celestes. 
104,5-6 El tercer día de Gn 1 se emplea en separar la tierra firme del mar. Lo mismo aquí. El formidable fehom queda reducido a vestidura: la tierra se viste de océano. Algunos interpretan 6b: "las aguas estaban sobre las montañas"; pero no es ése el significado normal del verbo, y además, el reproche que sigue presupone una conducta reprochable. Pero no excluyo una alusión al diluvio (9).  
104,10-12 Estos tres versos son en el AT lo más cercano a un intento de paisaje literario, en pinceladas sin desarrollar. El paisaje está animado y regido por el agua: el poeta la ve brotar en manantiales, fluir entre montañas, atraer animales sedientos, regar árboles donde anidan y cantan pájaros.
104,13-15 Cuatro versos se ocupan de la tierra fértil por sí o cultivada. La acción de Dios es sustentadora y activadora de la actividad de sus criaturas. Según Gn 1, el tercer día creó Dios plantas de semilla y árboles frutales. La actividad del labrador se inserta en este contexto.
104,13 "Tareas": si se toma el sustantivo hebreo como abstracto por concreto, significa las bestias de labor: véase Prov 14,4.
104,14-15 Escoge tres productos básicos, que no faltan en las listas de productos esenciales: Eclo 38,26. 
104,24 Las "obras" incluyen toda la variada actividad divina. "Maestría" es el saber hacer, la sabiduría del artesano. "La tierra está llena": Is 45,18. El salmo no habla del desierto inhabitado. 
104,35 Verso inesperado. Algo turba la armonía y belleza de la creación: los pecadores, los malvados. Si se pudieran desterrar de esta tierra maravillosa ...
Transposición cristiana.
Podemos leer o cantar este salmo a la luz de Jesucristo glorificado. Como maestros tomaremos a los místicos, a San Juan de la Cruz.   
 
 O

SALMO 33,4-7.12-13.20-22.   

4 Que la palabra del Señor es recta
y toda su actividad está acreditada.
5 Ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra.

6 Por la palabra del Señor se hizo el cielo,
por el aliento de su boca sus ejércitos.
7 Encierra en un odre las aguas marinas
y mete en depósitos los océnanos.  
12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que se escogió como heredad.

13 Desde el cielo se fija el Señor
mirando a todos los hombres.     
20 Nosotros aguardamos al Señor
que es nuestro auxilio y escudo;
21 lo festeja nuestro corazón
y en su santo nombre confiamos.
22 Que tu misericordia nos acompañe,
Señor, como lo esperamos de ti.

Explicación. 

33,4-5 Del Señor quiere decir mucho en poco espacio y lo estiliza en tres aspectos: "palabra - obra - amor". Al principio insiste en la "justicia": ¿por què? El salmo va a presentar a un Dios que parece discriminar pueblos, parece elegir arbitrariamente, parece complacerse en el fracaso humano. Aunque el salmo no se ocupa de teodicea, quiere asentar como programa la justicia de su Dios en palabras, obras y sentimientos. A la justicia acompaña la misericordia, para que no sea despiadada ni inexorable; retoma en los vv. 18 y 22.

33,4 Sal 11,7.

33,6-9 El Creador. Acaba de alabar palabra y obra; ahora dice que Dios habla por la palabra, que suena y actúa en la frontera última y primera del ser y el no ser. Lo escueto del v.9 es su acierto. El poeta empareja palabra con aliento y soplo. La ecuación se apoya en una observación obvia: las palabras son emisión modulada de aliento. Se añade el valor simbólico potencial: con el aire que respiramos, hecho palabra, nuestro espíritu se comunica. Y también el de Dios.

33,6 Ejércitos del cielo son los astros, ordenados y obedientes.

33,7 En el océano se agitan olas y corrientes. Para que no se desmanden, el Señor las encierra en un gigantesco odre, las aglutina en un dique.

33,12 La elección es única, exclusiva, iniciativa de Dios sin mención de méritos. También esta decisión es justa: cfr. Dt 33,29.

33,13-15 Prolonga dos líneas precedentes juntándolas: la línea de la "justicia" se completa con el conocimiento adecuado del juez; la línea de los proyectos humanos se prolonga en la penetración hasta el "corazón", donde fraguan los planes antes de su ejecución. Dios puede frustrar un proyecto en su fuente. Abarca a todos los hombres sin distinción.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.


2 Génesis 22,1-18 o Génesis 22,1-2.9-13.15-18 
1Después de estos sucesos, Dios puso a prueba a Abrahán, diciéndole:
-¡Abrahán!
Respondió:
-Aquí me tienes.
2Dios le dijo:
-Toma a tu hijo único, a tu querido Isaac, vete al país de Moria y ofécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.
3Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. 4Al tercer día, levantó Abrahán los ojos y divisó el sitio a lo lejos. 5Abrahán dijo a sus criados:
-Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá para adorar a Dios, y después volveremos con vosotros.
6Abrahán tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
7Isaac dijo a Abrahán, su padre:
-Padre.
Él respondió:
-Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo:
-Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8Abrahán le contestó:
-Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos.
9Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí un altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 10Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; 11pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
-¡Abrahán, Abrahán!
Él contestó:
-Aquí estoy.
12Dios le ordenó:
-No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ya he comprobado que respetas a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu único hijo.
13Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Abrahán se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. 14Abrahán llamó a aquel sitio "El Señor provee"; por eso se dice aún hoy "el monte donde el Señor provee".
15Desde el cielo, el ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán:
16-Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber obrado así, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, 17te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos. 18Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido.

Explicación.

22,1. La intervención de Dios, al principio y al final, es el marco que abarca e ilumina el desarrollo. La ignorancia del protagonista es parte de la prueba; la no ignorancia del lector respecto a Abrahán o de éste respecto al hijo es fuente de ironía dramática: el diálogo se carga de doble sentido. Dt 13,3.

22,1-19. Leído a la luz de la historia de las religiones, este capítulo registraría el descubrimiento de que Dios ya no quiere sacrificios humanos. El tema está bien presente en el AT: Lv 18,21; Dt 12,31; 2 Re 3,27; 16,3; 17,31; 21,6; Jr 7,31; 32,35; Ez 16,20; 20,25; Sal 107,38; Sab 14,23.

El autor define el relato "una prueba": el hombre se enfrenta con una situación que lo obliga a reaccionar libremente. No muestra lo que ya es, sino que se hace y al hacerse se muestra (Dt 8,3-6). Al superar la prueba, es otro. Por la prueba se comprueba. La prueba de Abrahán no es simplemente el sacrificio de un hijo, sino de tal hijo. Isaac es don particular de Dios, prueba de su amor omnipotente; es la promesa cumplida, o palabra hecha carne y hueso. El viejo patriarca tiene que sacrificar un hijo que ama y una promesa cumplida que reconoce; y tiene que seguir creyendo y esperando. Tiene que sacrificar una experiencia e idea adquirida de Dios, para abrirse a otra nueva a través del misterio. Levantando el cuchillo sobre su hijo, el que había cortado con el pasado saliendo de su patria, va a cortar el futuro que se contiene en Isaac.

El relato es modelo de contención y economía, sugiere más que dice; el ritmo se retarda o acelera eficazmente; los silencios de los personajes pesan más que las palabras.
Llegara un día en que Dios aceptará el sacrificio humano, como expresión de su amor al hombre y para salvarlo. En prenda de amor, el Padre no se reserva a su Hijo único, sino que lo entrega para la salvación del mundo (Jn 3,16; Rom 8,32). La tradición unánime de la Iglesia ha visto en Isaac un tipo de Cristo.

22,2. Son enfáticas las palabras de Dios. Moria: lugar desconocido que 2 Cr 3,1 identifica con Jerusalén. Una tradición posterior lo identifica con el calvario. El sacrificio será al estilo del holocausto: se mata a la víctima y se la deja consumir en el fuego. Lv 18,21.

22,5. Abrahán dice "volveremos" para no despertar sospechas.

22,6-8. Leña, carga del hijo, terrible para el padre consciente; fuego y cuchillo, carga del padre, junto al hijo inconsciente. Como Cristo, cargado a sabiendas con su cruz. El diálogo es escueto, y en la brevedad lleva la fuerza. De nuevo Abrahán predice sin saberlo; el lector no sabe que "Dios proveerá".

22,9. Por este verbo "atar" llaman los judíos al episodio la ´aqeda o atadura. El narrador implica que el muchacho no opone resistencia.

22,13. "En lugar del hijo": como en el rescate de primogénitos (Éx 12,13-15).

22,14. Corregido. El texto masorético juega con dos formas del mismo verbo: "Yhwh provee... monte del Señor se muestra".

22,15-18. Renovación de las promesas divinas del cap 12 y 15, con una adición de tono militar en el v. 17; posible alusión a la ocupación de Palestina o a la conquista de Jerusalén por David.        
           
SALMO 16,5.8-11.


5 El Señor es la porción de mi lote y de mi copa;
tú controlas mi suerte: 
8 Pongo siempre al Señor ante mí,
con él a mi derecha no vacilaré.
9 Por eso se me alegra el corazón,
siento un gozo entrañable,
aun mi carne habita segura;
10 pues no entregarás mi vida al Abismo,
ni dejarás al fiel tuyo ver la fosa;
11 me enseñarás un camino de vida,
me colmarás de gozo en tu presencia,
de delicias perpetuas a tu diestra.

Explicación.

16,5 En el reparto de la tierra los levitas no reciben un lote, pues deben vivir del templo: Nm 18,20s; Dt 10,9; 18,1.

Este verso pesa mucho en la reconstrucción del comienzo.

16,8 También excepcional por el verbo tan escogido y por ser el orante sujeto: la presencia de Dios se hace constante en la conciencia. Véase en contraste Ez 14,3. "Vacilar": en el supuesto, sacerdotal, o en la posición, vital.

16,9 kabod puede sustituir a un pronombre enfático de primera persona. Se sospecha que el original decía kabed=hígado, o sea, un gozo visceral. También es expresión única "mi carne habita", pienso que inducida por el tema del reparto de la tierra. Mi carne, tan débil y caduca, se establece con seguridad, por lo que sigue.

16,10 Siendo Dios "mi dueño", a él pertenezco, no al polvo, y nadie me podrá arrebatar, ni el poder supremo de la muerte. La experiencia de la intimidad con Dios hace vislumbrar la inmortalidad, como en el Sal 73 y quizá en Sal 49,16.

16,11 Aunque bien establecido, se encuentra en camino: vivir es progresar hacia un término positivo: gozo, saciedad, delicias sin fin. Moisés pidió al Señor que le mostrara el camino, y el Señor accedió (Éx 33,13); pidió ver su gloria, y el Señor le enseño su bondad, no su rostro (Éx 33,18-20). El orante del salmo comienza con la "bondad"; al final Dios le enseña el camino y muestra su rostro. Más allá no queda nada.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Aplican el salmo a Cristo resucitado. Hch 2,24 y 13,34. Pronunciado por Cristo, con variedad de aplicaciones, puede ser pronunciado por el cristiano con la esperanza segura de su resurrección. 

3 Éxodo 14,15--15,1.
15El Señor dijo a Moisés:
16-¿Por qué me gritas? Di a los israelitas que avancen. Tú alza el bastón y extiende la mano sobre el mar, y se abrirá en dos, de modo que los israelitas puedan atraversalo a pie enjuto. 17Yo haré que el Faraón se empeñe en entrar detrás de vosotros y mostraré mi gloria derrotando al Faraón con su ejército, sus carros y jinetes; 18para que sepa Egipto que yo soy el Señor, cuando muestre mi gloria derrotando al Faraón con sus carros y jinetes.
19El ángel de Dios, que caminaba delante del campamento israelita, se levantó y pasó a su retaguardia; la columna de nubes que estaba delante de ellos se pasó detrás de ellos, 20metiéndose entre el campamento egipcio y el campamento israelita; la nube se oscureció y la noche quedó oscura, de modo que no pudieron acercarse unos a otros en toda la noche.
21Moisés extendió la mano sobre el mar, el Señor hizo retirarse el mar con un fuerte viento de levante que sopló toda la noche; el mar quedó seco y las aguas se dividieron en dos. 22Los israelitas entraron por el mar a pie enjuto, y las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. 23Los egipcios, persiguiéndolos, entraron detrás de ellos por el mar, con los caballos del Faraón, sus carros y sus jinetes.
24De madrugada, miró el Señor desde la columna de fuego y de nubes y desbarató al ejército egipcio. Trabó las ruedas de los carros, haciéndolos avanzar pesadamente. Los egipcios dijeron:
-Huyamos de los israelitas, porque el Señor combate por ellos.
26Pero Dios dijo a Moisés:
-Tiende tu mano sobre el mar, y las aguas se volverán contra los egipcios, sus carros y sus jinetes.
27Moisés tendió su mano sobre el mar: al despuntar el día el mar recobró su estado ordinario, los egipcios en fuga dieron en él, y el Señor arrojó a los egipcios en medio del mar. 28Las aguas, al reunirse, cubrieron carros, jinetes y todo el ejército del Faraón que habían entrado en el mar en seguimiento de Israel, y no escapó uno solo. 29Pero los israelitas pasaron a pie enjuto por el mar, mientras las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
30Aquel día libró el Señor a los israelitas de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. 31Los israelitas vieron la mano de Dios magnífica y lo que hizo a los egipcios, temieron al Señor y se fiaron del Señor y de Moisés, su siervo.
15  1Entonces Moisés y los isralitas cantaron este canto al Señor:
"Cantaré al Señor,
sublime en su victoria,
caballos y jinetes
ha arrojado en el mar.

Explicación.

14,15-18. La pregunta de Dios supone una pieza que falta: una oración de Moisés como en 5,22-23. Se repite el esquema de mandato y anuncio. La acción avanzará para afrontar el límite extremo del peligro. Allí se mostrará la gloria del Señor.

14,16. Sal 106,9; Is 11,15s.

14,19-20. Estos dos versos interrumpen el curso narrativo normal, que sería ejecución del mandato y cumplimiento del anuncio. La función narrativa es diferir la solución y hacer sitio para una descripción de gran densidad simbólica. La nube conductora desempeña una función nueva: adensar la oscuridad e inmovilizar a los actores hasta el momento oportuno.

14,20. Sal 34,8.

14,21-22. En la oscuridad y silencio de la noche pelean dos elementos cósmicos: el mar hostil, devorador y el viento al servicio de Dios (Sal 104,4). Como en un nuevo Génesis, como al final del diluvio, el aguarece en medio de ella. El agua hostil se transforma en muralla protectora, en pasillo seguro hacia la luz de la mañana. Derecha e izquierda significan también sur y norte, y se prestan a una reflexión simbólica.

14,23. Sab 10,18s.

14,24. Se menciona un elemento que faltaba, el fuego. El momento es la tercera vela en que se divide de ordinario la noche. La salvación llega por la mañana (Sal 17,15; 57).

14,26. Nuevo mandato, sin anuncio, y ejecución inmediata. Como las aguas, el desenlace se precipita.

14,30-31. Muerte y vida con libertad es el final del juicio de separación. Los israelitas son testigos y por ello cambian de actitud interna. El mieddo de antes se transforma en "respeto" reverencial (la misma palabra hebrea) y la desconfianza se cambia den fe. Es casi un nacimiento del pueblo.

14,30. Is 37,36.

15,1-2. "Jinetes" o aurigas. Los antiguos egipcios usaban carros ligeros, no cabalgaban; pero el autor del poema quizá no conociera ese dato. "Poder": por coherencia de una probable hendíadis, o música. El Señor: en la forma apocapada Yah. "Mi padre": sería Jacob, padre de las doce tribus.  
            
(Ps) Éxodo 15,1-6.17-18.


1Entonces Moisés y los israelitas cantaron este canto al Señor:
"Cantaré al Señor,
sublime en su victoria,
caballos y jinetes 
ha arrojado en el mar.
2Mi fuerza y mi poder
es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mi padre:
yo lo ensalzaré.
3El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
4Los carros y la tropa del Faraón
los lanzó al mar,
ahogó en el Mar Rojo
a la flor de los capitanes.
5Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo
como piedras.
6Tu diestra, Señor, es fuerte
y magnífica;
tu diestra, Señor,
tritura al enemigo;
17Lo introduces y lo plantas
en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste
tu trono, Señor;
santuario, Señor,
que fundaron tus manos.
18El Señor reina
por siempre jamás".

Explicación.

15,1-2. "Jinetes" o aurigas. Los antiguos egipcios usaban carros ligeros, no cabalgaban; pero el autor del poema quizá no conociera ese dato. "Poder": por coherencia de una probable hendíadis, o música. El Señor: en la forma apocapada Yah. "Mi padre": sería Jacob, padre de las doce tribus.
 
15,3. Al principio del canto Yhwh lleva un título militar; al final lleva el titulo de Rey: (Sal 24,8; 96,1; 99,1; etc.)

15,4. El canto menciona mar, aguas, olas o corrientes, profundidades: un mar que en el poema tiene algo de oceánico. El Señor lo controla: Is 51,15; Jr 31,35.

4 Isaías 54,5-14.

5Pues el que te hizo te toma por esposa:
su nombre es Señor de los ejércitos.
Tu redentor es el Santo de Israel,
se llama Dios de toda la tierra.
6Como a mujer abandonada y abatida
te vuelve a llamar el Señor;
como a esposa de juventud, repudiada
-dice tu Dios-.
7Por un instante te abandoné,
pero con gran cariño te reuniré.
8En un arrebato de ira
te escondí un instante mi rostro,
pero con lealtad eterna te quiero
-dice el Señor, tu redentor-.
9Me sucede como en tiempo de Noé:
juré que las aguas del diluvio
no volverían a cubrir la tierra;
asú juro no airarme contra ti
ni reprocharte.
10Aunque se retiren los montes
y vacilen las colinas,
no te retiraré mi lealtad
ni mi alianza de paz vacilará
-dice el Señor, qu te quiere-.
11¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada!
Mira, yo mismo te coloco
piedras de azabache, te cimento con zafiros,
12te pongo almenas de rubí,
y puertas de esmeralda,
y muralla de piedras preciosas.
13Tus hijos serán discípulos del Señor,
tendrán gran paz tus hijos.
14Tendrás firme asiento en la justicia;
quedará lejos la opresión,
y no tendrás que temer,
y el terror, que no se te acercará.

Explicación.

54,5. El marido da nombre a la mujer (Is 4,1); el Señor tiene un nombre ilustre y único. El "Dios de toda la tierra" escoge una ciudad, como escogió un pueblo en propiedad (Éx 19,5). El Señor es santo y santa será la ciudad (52,1), como debía serlo el pueblo (Éx 19,6).

54,6. Véase Jr 2,2; 3,1-13.

54,7-8. Puede más el amor incondicional; Os 2.

54,10. Véanse Sal 46,3; Hab 3,6; Job 14,18.

54,11-17. En esa segunda parte domina la imagen física de la ciudad, que ha de ser reconstruida. La ciudad está amenazada por un peligro interno y otro externo. Interno sería faltar a su destino de justicia (Sal 122; Is 1,21-26). El externo, provocado por el interno, sería el ataque justificado del enemigo. Justificado en el fuero del enemigo y el de Dios (es la teología de Jeremías). Así sucedió. Pero ahora la nueva era vence ambos peligros: la ciudad será reconstruida con riqueza y belleza fantásticas; volverá a ser morada de justicia; el enemigo no podrá acusarla ni condenarla ni atacarla con éxito.

54,11. Véase Os 1,5.8; 2,3.25.

54,12. Véanse Tob 13,16s; Ap 21,10-21.

54,13. "Hijos": con cambio de vocal diría que los "constructores" son aprendices del Señor.
                
Salmo 30,2.4-6.11-13. 
 

2 Te ensalzaré, Señor, porque has tirado de mí
y no has dado la victoria a mis enemigos.
4 Señor, alzaste mi vida del Abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
5 Tañed para el Señor, sus adictos,
dad gracias a su nombre santo:
6 Un instante dura su cóloera,
toda la vida su favor;
al atardecer se hospeda el llanto,
al amanecer el júbilo.
11 Escucha, Señor, ten piedad,
Señor, socórreme.
12 Cambiaste mi luto en danza,
me desataste el sayal
y me ceñiste de fiesta.
13 Así te canta mi alma sin callarme,
Señor Dios mío, te daré gracias siempre.

Explicación.

30,2 El verbo significa tirar de, jalar. El enemigo triunfante podría ser la Muerte personificada, como en Jr 9,20; Sal 49,15; Job 28,22.

30,4 "Bajar a la fosa" es expresión descriptiva corriente: Sal 28,1; 88,5; 143,7.

30,6 Alternativa: "su cólera inspirada ansiedad, su favor da vida". Compárese con Is 54,7.

30,12 Del luto ritual pasa a la danza festiva: Éx 15,20; Jue 11,34; 21,21.

30,13 "Por siempre": ¿qué significa esta frase en el horizonte mental del autor? Lo ha dicho en el v.7 y fue presunción. Esta vez la muerte no ha lanzado la carcajada del triunfo, pero al final cantará victoria (Sal 49,9). Si esta vez no ha sucedido, pronto bajará el orante a la fosa y ya no alabará a su Dios. Para él "por siempre" significa mientras viva: Ex 21,6; Lv 25,46.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

En el horizonte cristiano la última frase consigue la plenitud de sentido. Primero en Cristo (Jn 17), después en los cristianos. Pablo llama a la muerte "el último enemigo" (1 Cor 15,26) y anuncia su derrota final (1 Cor 15,56).  

5 Isaías 55,1-11.

Alianza del Señor (2 Sm 7; Sal 89)

 1¡Atención, sedientos!, acudid por agua,
también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar,
vino y leche de balde.
2¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta?,
¿y el salario en lo que nod a hartura? 
Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.
3Prestad oído, venid a mí, escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua,
la promesa que aseguré a David:
4a él le hice mi testigo para los pueblos,
caudillo y soberano de naciones;
5tú llamarás a un pueblo desconocido,
un pueblo queno te conocía correrá hacia ti:
por el Señor, tu Dios;
por el Santo de Israel, que te honra.

La palabra del Señor (Is 40,6-8).

6Buscad al Señor mientras se deje encontrar,
invocadlo mientras esté cerca;
7que el malvado abandone su camino
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad;
a nuestro Dios, que es rico en perdón.
8Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
-oráculo del Señor-.
9Como el cielo está por encima de la tierra,
mis caminos están por encima de los vuestros
y mis planes de vuestros planes.
10Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan para comer,
11así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.

Explicación.

55,1-3a. El heraldo adopta el estilo de un pregonero ambulante (cfr. Prov 1,20; 8,1), que ofrece de balde una mercancía abundante y excelente: agua y pan del primer éxodo, leche de la tierra prometida, vino del banquete, enjundia del sacrificio de comunión (Sal 63,6; 65,12). Y la vida prometida en Dt.

55,3b-5. Coincide con varios temas y expresiones del Salmo 89: alianza, perpetua, lealtad y fidelidad, testigo. Es como si en el texto presente el Señor respondiese al problema planteado en dicho salmo. En cambio, 5a procede de otro salmo davídico: 18,44.

55,6-11. Palabra y camino. El heraldo ha pronunciado muchas palabras: tan magníficas que resultan increíbles; además algunas eran tan extrañas. ¿Serán verdad? Sí, porque el Señor que las pronunció las cumplirá. Lo que pasa es que Dios tiene otro estilo o modo de planear y actuar (40,14s).

El hombre tiene que superar su perspectiva a ras de tierra para remontarse a la perspectiva celeste y comprender el acierto del "camino" de Dios.

En trasposición ética: el pueblo emprenderá pronto el camino de vuelta; pero ese camino pasa por la vuelta al Señor (Éx 19,4). Por el pecado desterrados, por la conversión repatriados.   
         
55,7. "Rico en perdón": Éx 34,9; 1 Re 8, 30.34.36.39.50.

55,10-11. Entre la cercanía (6) y la lejanía (9) de Dios media su palabra, que baja del cielo para realizar y revelar la salvación. Es como la lluvia: bendición primaria, don activo que desata actividad, riego que fecunda y hace engendrar. Su ritmo no es el de la eficiencia sino el de la fecundidad. La lluvida pone en movimiento un ciclo: alimento hoy, semilla para la cosecha de mañana.
   
(Ps) Isaías 12,2-6. 

Himno (Sal 98). 

2Siendo Dios mi salvador, confío y no temo
porque mi fuerza y poder es el Señor,
él fue mi salvación.
3Sacarás agua con gozo
del manantial de la salvación.
4Aquel día, recitareis: Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
5Tañed para el Señor, que hizo proezas,
que las conozca toda la tierra;
6grita jubilosa, Sión, la princesa,
que es grande en medio de ti el Santo de Israel.

Explicación.

12,2. Confiar y no temer: 7,1-9; 8,12. Con una cita de Éx 15,2.

12,3. La salvación es como una fuente inagotable. Puede evocar las fuentes milagrosas del desierto (Éx 17,6), enlaza con la fuente de Siloé (8,6), y es en último término Dios como fuente siempre manante (Jr 2,13).

12,4-5. Nombre y renombre: nombre revelado para la invocación (Éx 3,15), renombre ganado con sus proezas y que el pueblo escogido debe difundir a todo el mundo.

12,6. Sión representa tradicionalmente a la comunidad, como capital del reino. El título Santo: 6,3; 8,13.       
 6 Baruc 3,9-15.32--4,4

9Escucha, Israel, mandatos de vida;
presta oído para aprender prudencia.
10¿A qué se debe, Israel,
que estés aún en país enemigo,
que envejezcas en tierra extranjera,
11que estés contaminado
entre los muertos y te cuenten
con los habitantes del Abismo?
12-Es que abandonaste la fuente de la sabiduría.
13Si hubieras seguido el camino de Dios,
habitarías en paz para siempre.
14Aprende dónde se encuentra la prudencia,
dónde el valor y dónde la inteligencia;
así aprenderás dónde se encuentra la vida larga,
y dónde la luz de los ojos y la paz.
15-¿Quién encontró su puesto
o entró en sus almacenes?
32El que todo lo sabe lo concoe,
y la examina, y la penetra.
El que creó la tierra para siempre
y la llenó de animales cuadrúpedos;
33envía el rayo y él va,
lo llama y le obedece temblando;
34a los astros, que brillan gozosos
en sus puestos de guardia,
35los llama y responden "¡Presentes!",
y brillan gozosos para su Creador.
24¡Qué grande es, Israel, el templo de Dios;
qué vastos son sus dominios!
25Él es grande y sin límites,
es sublime y sin medida.
36Él es nuestro Dios
y no hay otro frente a él:
37investigó el camino de la inteligencia 
y se lo enseño a su hijo Jacob;
a su amado, Israel.
38Después apareció en el mundo 
y vivió entre los hombres.
4 1Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna:
los que la guarden vivirán,
los que la abandonen morirán.
2Vuélvete, Jacob, a recibirla,
camina a la claridad
de su resplandor;
3no entregues a otros tu gloria
ni tu dignidad
a un pueblo extranjero.
4¡Dichosos nosotros, Israel,
que conocemos lo que agrada al Señor!

Explicación.

3,9. El comienzo es eco de Dt 4,1.6; 6,4 y de Is 1,2.10.

3,10-11. "Envejezcas": da a entender que ya pasó una buena etapa en el destierro. Los "muertos" contaminan con su contacto, aun mediato (Lv 16,29; 23,27; Nm 19,11-13; Eclo 35,25). También puede contaminar el país extranjero (Am 7,17); vivir en tierra extranjera es como estar muerto (Ez 37,11).

3,12. La "fuente de la sabiduría" es Dios.

3,13. Como el camino que Dios señala por el desierto conduce al reposo de la tierra, así el camino que trazan los mandamientos conducen a la paz (compárese Is 48,18 con 59,8).

3,14. Correspondencia global de tres virtudes y tres dones.

3,15. Comienza a describir la gran búsqueda fracasada: se busca una sabiduría que garantice la vida y le dé sentido; la vana tarea ha movilizado a toda clase de hombres. Se imagina la sabiduría en términos espaciales: como un tesoro oculto, en un paraje ignorado, al término de un camino desconocido. Trasladando 24-25, obtenemos una serie coherente definida por inclusión menor de 15 y 31.

3,32-35. Dios demuestra que posee la sabiduría con su actividad creadora y su dominio sobre la creación. Su soberanía se concentra en tres zonas o esferas: los animales en la tierra, los astros en el cielo, la luz o el rayo comunicado a ambos.

3,24. Es dudosa la interpretación. Se puede leer los dos miembros como complementarios: templo = cielo, dominios = tierra (Sal 24,1). O bien como sinónimos: casa y dominios son el universo.

3,25. También es dudoso, porque el griego no cambia de sujeto. Si se refiere a los dominios, el verso pondera las dimensiones ilimitadas del universo. Puede muy bien referirse a Dios, inmenso y eterno ( 1 Re 8,27; Sal 139; Eclo 43,28).

3,36. Ese Dios es el Dios de Israel (Jr 10,1-16).

3,37. Lo que el hombre no puede adquirir ni comprar, Dios se lo regala; lo que no puede encontrar, Dios se lo enseña. La verdadera sabiduría es revelación, que recibe y aprende el pueblo escogido (Dt 4,6).

3,38. Una vez comunicada, la sabiduría comienza a vivir en la tierra: es la idea de Prov 8,31 y Eclo 24,12. No es extraño que muchos Padres de la Iglesia hayan leído este verso en clave cristológica, apoyados en 1 Cor 1,24.

4,1-2. Pero el autor sigue la identificación de Dt 6,4 y Eclo 24,23: sabiduría = ley. Ley de vida según el Dt. Ley como luz: Is 2,2-5; Sal 19,9 y Sab 18,4.

4,4. El autor sigue mirando con optimismo a la ley. En lo cual no supera la teología del Deuteronomio: a Dios toca revelarla, al hombre cumplirla.
                           
Salmo 19,8-11.

8 La ley del Señor es perfecta:
devuelve el respiro;
el precepto del Señor es fiable:
instruye al ignorante;
9 los mandatos del Señor son rectos:
alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida:
da luz a los ojos;
10 el respeto del Señor es puro:
dura para siempre;
los mandamientos del Señor son genuinos;
justos sin excepción;
11 son más valiosos que el oro,
que el metal más fino;
son más dulces que la miel
que destila un panal. 
Explicación.
 
19,8-11 Tercera sección. Sin transición ni introducción entre un tema nuevo. Entra la ley abriendo paso a seis sentencias de una regularidad exasperante, como materializando en lenguaje el orden que intenta establecer. Sólo sies: falta una para la perfección.
Los predicados son en gran parte corpóreos: respiración, corazón, ojos; es límpida y pura, es estable y ofrece apoyo. Es razonable, no teme dar razones y así educa al inexperto sin dejarlo en su ignorancia. Es lúcida, no exige obediencia ciega, sino que ilumina los ojos. Da alegría interna, no es carga insoportable.

El último verso propone dos coparaciones: oro, símbolo y medida de valor; miel, manjar el más sabroso (Prov 16,24). El autor piensa en el contenido más que en la formalidad de la ley.

7 Ezequiel 36,16-28.

 Castigo y reconciliación. 

16Me dirigió la palabra el Señor:
17-Hijo de Adán, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra la contaminó con su conducta y con sus malas obras; para mí su proceder fue como sangre inmunda. 18Entonces derramé mi cólera sobre ellos por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo contaminado con sus ídolos. 19Los esparcí por las naciones y anduvieron dispersos por los países; según su proceder y sus malas obras los juzgué. 20Al llegar a las diversas naciones profanaron mi santo nombre, pues decían de ellos: "Éstos son el pueblo del 21Señor, han tenido que salir de su tierra". Entonces sentí lástima de mi nombre santo, profanado por la casa de Israel en las naciones adonde fue. 22Por eso, di a la casa de Israel:
Esto dice el Señor: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por vosotros en las naciones adonde fuisteis. 23Mostraré la santidad de mi nombre ilustre profanado entre los paganos, que vosotros profanasteis en medio de ellos, y sabrán los paganos que yo soy el Señor -oráculo del Señor- cuando les muestre mi santidad en vosotros. 24Os rociaré con un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. 26Os infundiré mi espíritu y haré que caminéis según mis preceptos y que cumpláis mis mandatos poniéndolos por obra. 28Hatibaréis en la tierra que di a vuestros padres; vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

Explicación.

36,17. La terminología es cúltica: Lv 15, 19-24; 18,27s; Dt 21,22s.

36,25-27. En forma de promesa suena la respeusta a la petición del Salmo 51: el lavar interior (Cfr Nm 19, el corazón nuevo, el espíritu santo. El cambio interior hará posible y real el cumplimiento de los mandamientos. Compárese con Jr 31,31-34 y Rom 8,3. No basta curar un corazón enfermo (Is 1,5), hace falta un trasplante espiritual.

36,28. La fórmula de la alianza, tantas veces desmentida por el pueblo, sonará con verdad plena.
     
Salmo 42,3-5; Salmo 43,3-4 (Cuando se celebra al Bautismo).

42 3 Mi alma está sedienta de Dios,
del Dios vivo.
¿Cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
4 Lágrimas son mi pan noche y día,
mientras me repiten todo el día:
¿Dónde esetá tu Dios?
5 Recordándolo me desahogo conmigo:
cómo pasaba al recinto
y avanzaba hasta la casa de Dios,
entre gritos de júbilo y acción de gracias,
en el bullicio festivo.

Explicación.

42,3 "Alma": nepesh es la garganta como órgano que experimenta la sed y como sede de la respiración / vida; es también símbolo del espíritu.

42,4 "¿Dónde está tu Dios?": aunque la frase podría ser pregunta curiosa de politeístas en país extranjero, el orante la escucha como burla o desafío, como un restregar la herida de ausencia.

42,5 Se desahoga hacia dentro: la soledad ilumina la interioridad. Del culto recuerda los aspectos sonoro y festivo.

43 3 Envía tu luz y tu verdad
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada,
4 y me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi gozo y alegría.
Te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

Explicación.

42,3 "Alma": nepesh es la garganta como órgano que experimenta la sed y como sede de la respiración / vida; es también símbolo del espíritu.

42,4 "¿Dónde está tu Dios?": aunque la frase podría ser pregunta curiosa de politeístas en país extranjero, el orante la escucha como burla o desafío, como un restregar la herida de ausencia.


TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Para el cristiano la presencia de Dios está en Jesucristo, verdadero y definitivo templo. Con todo, no puede decir que Dios esté siempre a su disposición. Hay en la vida cristiana tiempos de ausencia sentida, de noche oscura y escondimiento. Y en esta vida, nunca la presencia será total; tendremos que contar con la polaridad de ausencia y presencia. Eso enseñan los maestros espirituales y los místicos. 

(Ps) Isaías 12,2-6 o Salmo 51,12-15.18-19 (Cuando no se celebra el Bautismo).


2Siendo Dios mi salvador, confío y no temo
porque mi fuerza y poder es el Señor,
él fue mi salvación.
3Sacarás agua con gozo
del manantial de la salvación.
4Aquel día, recitaréis: Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
5Tañed para el Señor, que hizo proezas,
que las conozca toda la tierra;
6grita jubilosa, Sión, la princesa,
que es grande en medio de ti el Santo de Israel.

Explicación.

12,2. Confiar y no temer: 7,1-9; 8,12. Con una cita de Éx 15,2.

12,3. La salvación es como una fuente inagotable. Puede evocar las fuentes milagrosas del desierto (Éx 17,6), enlaza con la fuente de Siloé (8,6), y es en último término Dios como fuentes siempre manante (Jr 2,13).

12,4-5. Nombre y renombre: nombre revelado para la invocación (Éx 3,15), renombre ganado con sus proezas y que el pueblo escogido debe difundir a todo el mundo.

12,6. Sión representa tradicionalmente a la comunidad, como capital del reino. El título Santo: 6,3; 8,13.

51 12Crea en mí, Dios, un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
13no me arrojes lejos de tu rostro
ni me quites tu santo espíritu;
14devuélveme el gozo de la salvación,
afiánzame con un espíritu generoso.
15Enseñaré a los malvados tus caminos,
y los pecadores volverán a ti.
18Un sacrificio no te satisface;
si te ofrezco un holocausto, no lo aceptas.
19Para Dios sacrificio es un espíritu quebrantado,
un corazón quebrantado y triturado,
tú, Dios, no lo desprecias. 
Explicación.
51,12 El primero es un espíritu dispuesto; adjetivo al parecer contrario al viento, cuya esencia es moverse. En términos psicológicos y espirituales es un ánimo pronto, decidido (cfr. Mt 26,41).
51,13 El segundo es un espíritu santo; la petición es que Dios "no quite" lo que había dado. Leído en clave davídica, sería el espíritu de profecía, según 2 Sm 23,2. Leído en clave comunitaria, es retirar la condición de pueblo santo, consagrado: Ex 19,6; Is 62,12; anular la elección, rechazar, como muestra el paralelo de 2 Re 13,23.
51,14 El tercero es un espíritu "principesco", que denota la iniciativa espontánea, la generosidad y nobleza de ánimo. No una ley desde fuera, sino un dinamismo desde dentro.
51,15 Ya transformado, el orante podrá atarearse como predicador de conversión. Los caminos del Señor son la línea de conducta que él traza; el camino por donde podrán volver y que deberán seguir.
51,18 El verbo aceptar puede tener valor técnico en el lenguaje cúltico: es la aceptación de Dios la que convalida un sacrificio.
51,19 "Quebrantado, triturado": hay que retener la imagen hebrea, plástica, vigorosa; nosotros decimos "estoy hecho polvo". Por la
traducción griega y después la latina, la imagen perdió su materialidad y se convirtió en el concepto contrición, con su adlátere atrición. 
 Transposición cristiana
 El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones. En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.
8 Romanos 6,3-11.
3¿Habéis olvidado que a todos nosotros, al bautizarnos vinculándonos al Mesías Jesús, nos bautizaron vinculándonos a su muerte? 4Luego aquella inmersión que nos vinculaba a su muerte nos sepultó con él, para que, así como Cristo fue resucitado de la muerte por el poder del Padre, también nosotros empezáramos una vida nueva. Pues si, por esa acción simbólica 5hemos sido incorporados a su muerte, también lo seremos a su resurrección.
            6Tened esto presente: el hombre que éramos antes fue crucificado con él, para que se destruyese el individuo pecador y así no seamos más esclavos del pecado; 7porque, cuando uno muere, el pecado pierde todo derecho sobre él.
            8Ahora bien, por haber muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, 9y sabemos que Cristo resucitado de la muerte no muere ya más, que la muerte no tiene dominio sobre él. 10Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; en cambio, su vivir es un vivir para Dios. 11Pues lo mismo: vosotros teneos por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías Jesús.

Explicación.

 Todos conocen el bautismo y admiten su significado simbólico de muerte. Hacer solidarios del Mesías Jesús (vinculándose al Mesías Jesús, sentido de la preposición griega eis, que no señala el lugar de la inmersión, sino la unidad de destino, cf.1 Cor 10,2). El que se bautiza, por tanto, se une a la muerte de Jesús, muerte pública y sellada con la sepultura. Pero no es para quedar muertos, sino para una vida nueva ya ahora, con la promesa de la resurrección futura. Por esa acción simbólica, gr. tô homoiômati, determinado, referido al bautismo/inmersión mencionado antes (3-5). Esa muerte significa quedar libres del dominio del pecado (individuo pecador, el término sôma designa a la persona en cuanto presencia y actividad) (6-7).

              Fundamento cristológico: la nueva solidaridad crea una comunidad de destino con Jesús Mesías (8). Con su muerte, Jesús salió del orden de la injusticia, del egoísmo; también el creyente sale del orden antiguo y nace al nuevo, cuyo centro es Dios, con su amor y su gracia (9-10).

             Exhortación a reproducir lo sucedido en Jesús. Todos los materiales para construir la nueva personalidad están a disposición: hay que ponerse a ello (cf. 8,13) (11).


Salmo 118,1-2.16-17.22-23.


1Dad gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
2Diga la casa de Israel:
es eterna su misericordia. 
16la diestra del Señor es sublime,
la diestra del Señor hace proezas».
17No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. 
22-La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.

23Es el Señor quien lo ha hecho

y nos parece un milagro. 
Explicación.
118,1-4 El estribillo es fórmula litúrgica de uso múltiple: Jr 33,11; 1 Cr 16; 2 Cr 5,13; 7,3; Esd 3,11 Y varias veces en el salterio.  
118, 15b-16 El texto del canto es una elaboración de Ex 15,2.
118,17 -18 En cierto sentido, éste es el punto culminante del relato: porque lleva la liberación al límite de la vida y la muerte, porque interpreta el peligro grave como "educación" dirigida por Dios (Dt 8,5; Jr 30,11). El proceso entero estaba controlado por Dios, y el hombre, que ha revivido, puede "contar las hazañas del Señor": Sal 71,20. 
118,22-23 Reflexión coral en imagen arquitectónica. Aparejadores o maestros canteros valoran la calidad de cada piedra. Desechan una que no les parece de buena calidad, o que está mal tallada o no encaja en el aparejo. Más tarde, Dios revela el valor único de aquella piedra, que será usada como ángulo de unión de dos paños del edificio o como remate del templo: véanse 1 Re 6,7; Zac 4,7.
Transposición cristiana.

Éste es el salmo pascual por excelencia. Así nos lo enseña la tradición a partir del NT. La imagen de la piedra desechada, angular, la recogen Mt 21 ,42; Mc 12,1 Os; Lc 20,17; Hch 4,11; 1 Pe 2,6s. La aclamación Hosana: Mt 21,9; Mc 11,9s; Lc 19,18; Jn 12,13.
El salmo nos ayuda a meditar las etapas principales de la muerte y resurrección de Jesucristo.  
9 Evangelio de Lucas 24,1-12.

1 pero el primer día de la semana, de madrugada, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado.
2 Encontraron corrida la losa
3 y entraron en el sepulcro, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús.
4 No sabían qué pensar de aquello, cuando se les presentaron dos hombres con vestiduras refulgentes;
5 despavoridas, agacharon la cabeza, pero ellos les dijeron:
- ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?
6 No está aquí, ha resucitado. Acordaos de lo que os dijo cuando estaba todavía en Galilea:
7 "El Hombre tiene que ser entregado en manos de hombres descreídos, ser crucificado y al tercer día resucitar".
8 Recordaron entonces sus palabras,
9 volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los Once y a todos los demás.
10 Eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago; también las demás, junto con ellas, se lo decían a los apóstoles,
11 pero ellos tomaron sus palabras por delirio y se negaban a creerlas.
12 Pedro, sin embargo, se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, vio sólo las vendas y se volvió a su casa extrañado de lo ocurrido.

EXPLICACIÓN.

Las mujeres observan el precepto del descanso festivo; aunque han seguido a Jesús, no han roto con la Ley; tipifican a la comunidad de creyentes judíos. El primer día de la semana (lit. "el uno de la semana", alusión a Gn 1,5): comienza el mundo nuevo, la creación definitiva (24,1); con Jesús resucitado empieza la nueva humanidad.

La ida al sepulcro muestra amor y adhesión a Jesús, pero piensan que sigue muerto. Lc no había mencionado antes la losa (2); el sepulcro nunca aparece cerrado. Ver el sepulcro vacío no lleva a las mujeres a creer, las deja confusas (3-4a).

Dos hombres, como en la transfiguración, Moisés y Elías (cf. 9,39): el AT (Ley y Profetas), testigo del cumplimiento del éxodo liberador de Jesús (9,31), en el que culmina la expectación secular de Israel. Ellos participan de la gloria de ese éxodo, que lleva al mundo definitivo (vestiduras refulgentes) (4b).

Efecto de la visión, temor, no esperanza (9,34) (5). Al que está vivo: la vida ha vencido a la muerte. Los discípulos no habían prestado fe a las palabras de Jesús (6-8: cf. 9,22). María Magdalena y Juana, cf. 8,2s; María la de Santiago, mencionada por primera vez (cf. Mc 16,1).

La reacción del grupo de los apóstoles (9: Los Once, los discípulos de origen judío que han perdido su representatividad frente a Israel) es negativa (11). Tampoco Pedro saca las consecuencias de lo que ve (12).