jueves, 30 de abril de 2020

LECTURAS DEL JUEVES 30 DE ABRIL DEL AÑO 2020

PRIMERA LECTURA. Hechos 8,26-40.

26 Entonces el ángel del Señor habló así a Felipe:
                     - Levántate y vete hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza que se encuentra desierto.
                    27 Él se levantó y se puso en camino. En esto apareció un etíope eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía, superintendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén
28 e iba de regreso, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías.
                    29 Dijo entonces el Espíritu a Felipe:
                    - Acércate y pégate a esa carroza.
                    30 Felipe se acercó corriendo, lo oyó leer el profeta Isaías y le preguntó:
                    - ¿Entiendes de veras lo que estás leyendo?
                    31 Contestó:
                    - Y ¿cómo podré entenderlo, a menos que alguien me guíe?
                    E invitó a Felipe a subir y sentarse con él.
                    32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:

                    Como oveja llevada al matadero
                    y como cordero mudo ante el esquilador
                    no abre su boca.
                    33 Lo humillaron, negándole todo derecho
                    -su descendencia, ¿quién podrá enumerarla?-,
                    porque arrancan su vida de la tierra (Is 53,7s).

                    34 El eunuco le preguntó a Felipe:
                    - Por favor, ¿de quién dice esto el Profeta? ¿De sí mismo o de algún otro?
                    35 Felipe tomó la palabra y, a partir de aquel pasaje, le anunció la buena noticia de Jesús.
36 Mientras iban de camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
                    - Mira, ahí hay agua, ¿qué impide que yo me bautice?
                     38 Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, tanto Felipe como el eunuco, y lo bautizó.
39 Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco ya no volvió a verlo, y siguió su camino, lleno de alegría.
                     40 Felipe fue a parar a Azoto e iba dando la buena noticia por todos los pueblos que atravesaba, hasta llegar a Cesarea.


EXPLICACIÓN.

 Como en el primer cuadro, después de una visión general, se presenta el caso particular de Felipe. Ahora es el "ángel del Señor", en misión liberadora (cf. 5,19), quien toma la iniciativa. Le propone un camino diametralmente opuesto al que ha seguido ("camino que baja, hacia el sur, desierto"); "bajar de Jerusalén" comporta alejamiento de la institución judía; "a Gaza", en arameo, "el Tesoro", marca la nueva dirección a tomar (26). Felipe obedece sin más (27a).

             Aparece ahora un nuevo personaje: un "etíope eunuco", en representación del paganismo estéril, ministro de la reina Candaces de Etiopía y superintendente del tesoro (lit. "que estaba encargado de todo el tesoro"), nueva alusión al tesoro que alberga el paganismo, se ha sentido atraído por el judaísmo (cf. Is 56,4-8 LXX), pero regresa de vacío de su peregrinación a los santos lugares ("Jerusalén") (27b-28a). Con la lectura del texto profético trata de llenar la insatisfacción que le ha producido el culto oficial (28b).

            Felipe está ya en disposición de seguir la dirección interior del Espíritu: éste lo invita a "pegarse a la carroza" en la que va sentado el eunuco para impartirle la nueva enseñanza (29). Felipe se apresta a seguir con prontitud estas indicaciones (30). El eunuco lee, pero no entiende, falto de un verdadero guía (31). El pasaje de Is 53,7s que lee el eunuco hace referencia al Siervo de Yahvé, el Mesías sufriente predicho por Jesús y que ha encarnado con su muerte en cruz (32s, cf. Lc 9,22.31.44; 17,25; 18,31-33; 24,7.25-27.44.46; Hch 3,18, etc.).

            La cita literal de Isaías contiene la clave para interpretar correctamente todo el episodio (34). Felipe toma a pie de este psaje para comunicarle la buena noticia de Jesús; no le habla del Mesías, categoría ajena al mundo pagano (35). La instrucción de Felipe desemboca en el bautismo del eunuco (36).

           El v.37, atestiguado por algunos manuscritos, refleja simplemente la praxis bautismal de su tiempo. Tanto Felipe como el eunuco se sumergen en el agua, ruptura con su pasado (38), y ascienden interiormente renovados: Felipe se deja llevar sin resistencia por el Espíritu, el eunuco prosigue su camino con la alegría que le ha proporcionado el Espíritu Santo (39).

          Felipe seguirá evangelizando todos los pueblos que encuentre a su paso, la mayoría samaritanos, hasta establecerse en Cesarea, bastión del paganismo, donde fundará una comunidad floreciente (40, cf. 21,8).

          La escena está plagada de alusiones al episodio de Elías y Eliseo (4 Re 2,6-18 LXX). Una serie de paralelos la relaciona con la de los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35), pero el paralelismo no es lineal: el eunuco representa a los paganos simpatizantes con el judaísmo que, insatisfechos con el culto oficial, buscan en la Escritura el verdadero "camino" a seguir; Felipe es invitado a alejarse de la expectación mesiánica del judaísmo, para anunciar sin ningún género de impedimentos personales la buena noticia a los paganos. 

SALMO. Salmo 66,8-9.16-17.20.

8Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, 
haced resonar su alabanza. 9ÉI vivifica nuestro aliento y no dejó que tropezara nuestro pie. 

16Venid a escuchar, fieles de Dios, 
os contaré lo que hizo por mí: 
17Lo invoqué con la boca,
     con la lengua lo enaltecí. 
     20iBendito sea Dios!, que no apartó mi súplica 
     ni su misericordia de mi.

EXPLICACIÓN.

66,9 "Aliento": puede entenderse a la luz de Gn 2,7. Por el paralelismo, pienso que el "tropiezo" alude a la muerte.  

 66,17 El segundo hemistiquio es dudoso; atiendo a versiones antiguas y al paralelismo. 

66,20 La fórmula es original por la contigüidad de "mi súplica" y "su misericordia".

Transposición cristiana

En este salmo se conjugan una tribulación y consiguiente liberación, el señorío universal y perpetuo, la invitación a todo el mundo. Con esos elementos pueden los Padres proponer una lectura cristológica del salmo. En clave eclesiológica, la prueba que refina es ante todo la pasión de los mártires.

EVANGELIO. Juan 6,44-51.

44. Nadie puede llegar hasta mí si el Padre que me envió no tira de él, y yo lo resucitaré el último día.
45. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”; todo el que escucha al Padre y aprende se acerca a mí.
46. No porque alguien haya visto personalmente al Padre, excepto el que procede de Dios; ése ha visto personalmente al Padre.
47. Pues sí, os lo aseguro: El que cree posee vida definitiva.
48. Yo soy el pan de la vida:
49. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, pero murieron;
50. éste es el pan que baja del cielo para comerlo y no morir.
51. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que come pan de éste vivirá para siempre. Pero, además, el pan que yo voy a dar es mi carne, para que el mundo viva.

Explicación.

Jesús pone al descubierto la actitud que delatan sus críticas (43-44). No reconocen que Dios es Padre y dador de vida y que quieren comunicarla al hombre, sacándolo de toda esclavitud (5,37s). El Padre empuja hacia Jesús, porque éste es su don, la expresión de su amor a la humanidad. Ellos, a quienes no interesa el bien del hombre, no esperan ese don ni lo desean. Jesús es el dador de la vida definitiva (resurrección); “el último día”, el de su muerte (cf. 5,39).

Jesús reinterpreta el texto de Is 54,13 (cf. Jr 31,33s) (45); del Padre no se aprende a observar la Ley, sino a dar adhesión a Jesús. El texto del profeta mencionaba a “los hijos de Jerusalén”; Jesús suprime esta mención y universaliza el sentido. El término “Dios” del profeta queda sustituido por “el Padre”. El Padre dador de vida enseña a amar al hombre. Quien perciba esto se sentirá atraído hacia Jesús, que libera a los débiles. No hace falta una experiencia extraordinaria; a los judíos les bastaba prestar atención a su antigua historia para comprender que Dios está a favor de los oprimidos (46). Únicamente Jesús, que ha tenido la plena experiencia de Dios como Padre, puede explicar lo que es Dios.

Efecto de la adhesión a Jesús es poseer una plenitud de vida que realiza al hombre haciéndolo superar la muerte (47) y asegurando así el éxito de su liberación. Jesús, pan de vida, se contrapone al maná, que no consiguió llevar al pueblo a la tierra prometida (Nm 14,21-23); Jos 5,6; Sal 95,7ss). La asimilación a Jesús evita el fracaso del hombre (para comerlo y no morir). Incesante comunicación de vida procedente de Dios (baja del cielo), que el hombre debe hacer suya (comerlo).

Siguiendo la simbología del éxodo, pasa de la figura del maná a la del cordero (51: mi carne). El Espíritu no se da fuera de su realidad humana; “su carne” lo manifiesta y lo comunica. A través de lo humano el don de Dios se hace concreto, adquiere realidad para el hombre. Jesús-hombre, lugar donde Dios se hace presente (1,14), se entrega como don al mundo (3,16). En Jesús, su Palabra, Dios se expresa en la historia y manifiesta su voluntad de diálogo con la humanidad. Es en el hombre y en el tiempo donde se encuentra a Dios, donde se le acepta o se le rechaza.

SÍNTESIS.

El punto central es el don de sí. Lo mismo que Jesús, el discípulo debe considerarse como “pan” que hay que repartir, y debe repartir su pan como si fuese él mismo el que se reparte. Ha de renunciar a poseerse. Sólo el que no tema perderse encontrará la vida. Ésta se posee en la medida en que se entrega. Hacer que la propia vida sea “alimento disponible” para los demás es la ley de la nueva comunidad humana. Esta disposición se expresa en la eucaristía, que renueva el gesto de Jesús. En ella se experimenta su amor en el amor de los demás, y se manifiesta el compromiso de entregarse a los demás como él se entregó.

La nueva sociedad, la que permitirá una vida plenamente humana, no se producirá por una intervención milagrosa de Dios, sino por el amor sin reservas de todos y cada uno por todos. El amor y la acción del Padre, que se han manifestado en Jesús-hombre, han de continuar manifestándose por medio de los hombres. 

miércoles, 29 de abril de 2020

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 29 DE ABRIL DEL AÑO 2020

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Hechos 8,1-8.

1b Aquel día se desató una violenta persecución contra la comunidad que residía en la ciudad de Jerusalén; todos se dispersaron por las comarcas de Judea y Samaría, excepto los apóstoles.
                   2 Enterraron a Esteban unos hombres piadosos e hicieron gran duelo por él.
                   3 Saulo, por su parte, se ensañaba con la comunidad creyente; penetraba en las casas, arrastraba a hombres y mujeres y los hacía encarcelar.
4 Entre tanto, los dispersos iban anunciando el mensaje durante su recorrido.
5 Felipe bajó a la ciudad de Samaría y les proclamó el Mesías.
6 Las multitudes hacían caso unánime de lo que decía Felipe, porque oían hablar de las señales que realizaba y las estaban viendo:
7 de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban;
8 se produjo gran alegría en aquella ciudad.
 
EXPLICACIÓN.

1b-3.              La persecución se ceba en la iglesia helenista que reside "en la ciudad de Jerusalén" (1b, en sentido neutro, gr. Hierosólyma), cuyo portavoz era Esteban: Gracias a la dispersión de la comunidad va a cumplirse el segundo punto del encargo de Jesús; "por las comarcas de Judea y Samaría" (1c, cf. 1,8). La dispersión no afecta a la iglesia autóctona, al excluirse a los apóstoles, sus representantes; la rec. occ. subraya este aspecto añadiendo: "quienes permanecieron en Jerusalén" (en sentido sacral, gr. Ierousalém). Las autoridades judías distinguen muy bien entre los dos grupos de la comunidad, y no ven en peligro más que  en el grupo helenista.

                     Tras la huida precipitada de los helenistas, se produce una doble reacción: "unos hombres piadosos/devotos", en representación  de la humanidad (cf. 2,5), dan piadosa sepultura al ajusticiado intentando reparar de algún modo la injusticia cometida (2, cf. Lc 23,48.50s), mientras que Saulo se constituye en el perseguidor implacable de la iglesia helenista (3). El constante paralelismo entre el proceso de Jesús y el de Esteban (unos 25 paralelos) presenta a éste como el modelo de discípulo.

  Gestación de una nueva iglesia (8,4-11,18). El relato de la dispersión de la comunidad helenista abre (8,4) y cierra (11,19), como un gran paréntesis, el desarrollo central construido en forma de tríptico (8,4-40; 9,1-30; 9,31-11,18), en cuyo interior se narra la "conversión" de tres personajes. Una vez consumada ésta, quedará allanado el camino para la misión entre los paganos (tercer punto del encargo de Jesús).

                4-40.   En la primera hoja del tríptico se comprueba el cambio profundo que se efectúa en el evangelista Felipe, representante ahora del grupo de los Siete. La secuencia consta a su vez de tres cuadros. En el primer cuadro se ejemplifica una situación general (4) con un caso particular; Felipe predica el Mesías, sin más, entre los samaritanos (5).

               Los resultados palpables de su misión liberadora (6-8) se ven ensombrecidos por resultados similares logrados con anterioridad por un personaje representativo, Simón, que practicaba la magia y pasmaba la región samaritana, presentándose como un ser extraordinario (9s, cf. 5,36). El éxito del mago es tan abrumador como el de Felipe, pero su acreditación es muy diversa (11; cf. v.6). 

SALMO. 66,1-7.

1 Aclamad a Dios, todo el mundo, 
2tañed en honor de su nombre, 
dadle gloria con la alabanza. 3Decid a Dios: ¡Qué formidable es tu acción! 
por tu inmenso poder los enemigos te adulan. 
4Que todo el mundo te rinda homenaje tañendo para ti, tañendo en tu honor. 
5Venid a ver las proezas de Dios,
sus hazañas formidables a favor de los hombres. 
6Transformó el mar en tierra firme: 
a pie cruzaron la corriente 
-y allí mismo lo festejamos-o 
7Con su autoridad gobierna por siempre: 
sus ojos vigilan a las naciones, 
para que no se subleven los rebeldes. 

Explicación.

66,1-4 El liturgo parece excederse invitando a "todo el mundo", especialmente considerando que habla enseguida de "enemigos" y más abajo de "rebeldes que se sublevan", y están implícitos en los "hombres" del v. 12. ¿También ellos son invitados a la "alabanza", al "homenaje" festivo"? ''Todo el mundo" podría equivaler más a bien a "en todo el mundo". 

66,3 "Formidable", es decir impresionante, sobrecogedora, que infunde temor reverencial: Sal 76. ''Te adulan": ante tu inmenso poder, no tienen más remedio que someterse con voluntad fingida: Sal 18,45. 

66,5 El objeto son "los hombres", o "seres humanos" sin precisar. Es admirable que Dios les dedique su actividad. 

66,6 Hecho concreto, clásico (Ex 14): donde se cruza la frontera de la libertad, donde el poder cósmico se pone al servicio de la salvación histórica. "Allí lo festejamos": con el cántico de Miriam, Ex 15.


66,7 Su soberanía es perpetua y universal. Vigila para mantener el orden. 

Transposición cristiana

En este salmo se conjugan una tribulación y consiguiente liberación, el señorío universal y perpetuo, la invitación a todo el mundo. Con esos elementos pueden los Padres proponer una lectura cristológica del salmo. En clave eclesiológica, la prueba que refina es ante todo la pasión de los mártires. 

EVANGELIO. Juan 6,35-40.

35. Les comentó Jesús:
-Yo soy el pan de la vida. Quien se acerca a mí nunca pasará hambre y quien me presta adhesión nunca sed.
36. Pero, como os he dicho, me habéis visto en persona y, sin embargo, no creéis.
37. Todo lo que el Padre me entrega llega hasta mí, y al que se acerca a mí no lo echo fuera,
38. porque no he bajado del cielo para realizar un designio mío, sino el designio del que me envió.
39. Y éste es el designio del que me envió: que de todo lo que me ha entregado no pierda nada, sino que lo resucite el último día.
40. Porque éste es el designio de mi Padre, que todo el que reconoce al Hijo y le presta adhesión tenga vida definitiva, y lo resucite yo el último día.

EXPLICACIÓN.

Este pan es Jesús mismo (35), don continuo del amor del Padre a la humanidad; la adhesión a él satisface toda necesidad del hombre (al contrario que la Ley, cf. Eclo 24,21; cf. Jn 4,13a-14) (35). Lo han tenido delante, pero no descubren el sentido de la acción de Jesús. Desean el pan, pero no dan el paso. Quieren recibir, pero se niegan a amar.

Explica Jesús lo dicho anteriormente usando un lenguaje diverso. El tema de este pasaje es el central en el Evangelio: Jesús, dador de vida (1,4; 3,14s; 4,14.50; 5,21.25s.40, etc). Bajado del cielo (38), el origen de Jesús, el Hombre-Dios, está en la esfera divina: la bajada del Espíritu (1,32) hizo de él la presencia del Padre entre los hombres. Identificación con el Padre e identidad de designio: comunicar vida al hombre (39). La expresión neutra todo lo que subraya la unidad que forman los que se adhieren a Jesús: no son individuos aislados, sino un cuerpo. El último día, en que termina el mundo antiguo y se inaugura el nuevo, es el día de la muerte de Jesús (cf. 7,37-39). Es entonces, con la entrega del Espíritu (19,30.34), cuando concede a los hombres la resurrección, es decir, la vida definitiva que supera la muerte (37-40).

SÍNTESIS.


La multitud se queda en el materialismo. Quiere tener cubiertas sus necesidades, pero sin esfuerzo personal. No se da cuenta del proyecto de Jesús, la creación de una sociedad alternativa compuesta de hombres libres e iguales. En esa sociedad, la abundancia será el fruto de la solidaridad de unos con otros. Prefieren renunciar a su libertad, y con ella a su crecimiento, cediendo el poder al que se preocupe de asegurarles el sustento. 

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 1 Juan 1,5 -- 2,2.

5EI anuncio que le hemos oído a él y que os manifestamos a vosotros es éste: que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna.
6Si afirmamos estar unidos a él mientras nos movemos en las tinieblas, mentimos, y nuestra conducta no es auténtica. 7En cambio, si nos movemos en la luz, como él está en la luz, estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos va limpiando de todo pecado.
8Si afirmamos no tener pecado, nosotros mismos nos extraviamos y no llevamos dentro la verdad. 9Si reconocemos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, cancela nuestros pecados y nos limpia de toda injusticia.
10Si afirmamos no haber pecado nunca, dejamos a Dios por embustero y no llevamos dentro su mensaje.
21Hijos, os escribo esto para que no pequéis; pero, en caso de que uno peque, tenemos un defensor ante el Padre, Jesús, Mesías justo, 2que ha expiado nuestros pecados, y no, sólo los nuestros, sino también los del mundo entero.

Explicación.

Dios es luz, sin artíc., para expresar cualidad (5). Luz, que se identifica con la vida Un 1,4: «la vida era la luz del hombre»), implica manifestación Un 1,4: «la luz brilla») y comunicación Un 1,9: «ilumina a todo hombre»). Dios se da a conocer, y en ese conocimiento revela lo que es. La segunda sentencia, que excluye de Dios todo aspecto negativo: y en él no hay tiniebla alguna, indica que la revelación es completa. Aunque sea imposible abarcar la realidad divina, dentro de la limitación humana se puede conocer lo que realmente es Dios y excluir lo que no es.

En consecuencia, la primera condición para estar unido a Dios es aceptar la comunicación divina (la luz que ilumina), que va transformando al hombre asemejándolo a Dios; si no existe esa semejanza, es falsa la unión con Dios que se afirma (6). Vivir en la luz que es la vida produce el compartir esa vida unos con otros.  

Esto no hace impecables, pero mantiene unidos a Dios, y la conciencia de pecado no domina la existencia (cf. 3,19-24) (7). Los pecados ocasionales no crean una barrera entre Dios y el hombre.

De hecho, la muerte-resurrección de Jesús ha cambiado de raíz la relación del hombre con Dios; la supresión de la Ley y el don del Espíritu como respuesta a la opción libre de! hombre (Jn 2,1-11) crea una comunión de vida con Dios, expresada en la relación Padre-hijo, que se mantiene mientras el hombre no revoque su opción.

Para formular esto el autor usa dos metáforas. La primera (ausente en el Evangelio de Juan) está tomada del sistema sacrificial judío: la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado (cf. 2,2: expía nuestros pecados). La segunda, la imagen del juicio, donde Jesús aboga en favor de los suyos (2,2: tenemos un defensor).

Según Lv 17,11, la sangre «expía» mediante la vida que se dice estar «en» la sangre. La fuerza de vida de Jesús (el Espíritu/amor) liberada por su muerte, acto supremo de amor, de los límites individuales, actúa eliminando gradualmente la injusticia de la conducta en los que dan la adhesión a Dios a través de él.

Nadie es perfectamente coherente con su compromiso cristiano, y todos han tenido parte en la injusticia del mundo (tener pecado) (8); en quien lo reconoce, Dios no sólo cancela el pasado pecador, sino que elimina la injusticia interior, que vicia la relación con Dios y con los hombres (cf. Jr 40,8); fiel, porque cumple sus promesas; justo, porque no tolera la injusticia y ayuda a salir de ella (9). Los disidentes que proclaman ser y haber sido impecables niegan la necesidad de salvación (cf. Jn 8,37) (10).

Confianza del autor (2,1: Hijos, lit. «hijitos»). Actuar injustamente o hacer daño a otros no se compagina con la vida cristiana (para que no pequéis), pero, en todo caso, el perdón está asegurado (2,1-2) para los que viven en la luz (cf. 1,7), es decir, para los que mantienen la opción. Defensor, sentido del gr. parakletos en contexto judicial; cf. Jn 14,16,26; 15,26; 16,7 (“valedor”, más general). La defensa de Jesús es válida porque el pecado, obstáculo para el acceso a Dios, ha sido virtualmente eliminado por su muerte.

Salmo. 103,1-4.8-9.13-14.17-18

(Eclo 18,8-14)

1Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi interior,
a su santo nombre.
2Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.
3ÉI perdona todas tus culpas,
cura todas tus dolencias.
4ÉI rescata tu vida de la fosa
y te corona con su bondad y compasión.
8«EI Señor es compasivo y clemente,
paciente y misericordioso».
9No está siempre pleiteando
ni guarda rencor perpetuo.
13Como un padre se enternece con sus hijos,
así se enternece el Señor con sus fieles.
14Pues él conoce nuestra condición
y se acuerda de que somos barro.  
17pero la misericordia del Señor con sus fieles
dura desde siempre hasta siempre;
su justicia pasa de hijos a nietos,
18para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos.
Explicación.
103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales.
103,3-6 Los seis participios son enumerativos. Podemos agrupar tres: perdona el pecado, causa, cura la enfermedad, consecuencia, salva de la muerte, castigo o destino. Los otros tres introducen la terna "compasión, misericordia, bondad" y la bina "justicia y derecho" a favor de los "oprimidos".
103,3 El "perdonador": el verbo hebreo es raro en el salterio: 25,11, el adjetivo en 86,5, el sustantivo en 130,4. "Médico": Ex 15, 26 y otros.
103,4 "Rescatador" título y acción frecuentes en ls 40-55: significa recobrar una propiedad o una libertad: rescate extremo, del poder de la Muerte. "Coronador": puede significar ceñir una corona o turbante y también, rodear protegiendo. Aquí encaja mejor el segundo significado.
103,9-10 Empieza el comentario con cuatro oraciones negativas, que no niegan los verbos, sino los adverbios. Acusa y pleitea, pero no perpetuamente; paga y castiga, pero no como merecemos. A la queja de Lam 5,20, a la pregunta de Sal 77,8 responde: "no para siempre"; el doble castigo de Is 40,1 lo corrige: "no como merecemos". La medida del castigo no es el delito, porque su justicia está temperada y superada por la misericordia.
103,11-13 Las tres comparaciones ya comentadas.
103, 14 Términos de alfarería. Nadie como el alfarero conoce el material empleado y el modelado impreso (Gn 6,5). Nuestra fragilidad de cerámica es nuestra mayor ventaja, porque nuestro alfarero es nuestro padre. Léase el desarrollo paralelo de Eclo 18,8-14.
103,17 -18 La "misericordia" parece limitarse a la comunidad de los fieles, se desplaza hacia la lealtad debida a la "alianza"; la "justicia" es exigencia de observancia. Entonces, ¿es una misericordia condicionada? Cabe otra explicación: que, una vez perdonados, se enmienden y cumplan los mandamientos; lo contrario sería presunción: Eclo 5,4-6. La misericordia y el perdón no son carta blanca para el delito.
Tramsposición cristiana.
 Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s.
Evangelio. Mateo 11,25-30.

 25 En aquella ocasión exclamó Jesús:
                   - Bendito seas, Padre, Señor del cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla;
26 sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
                  27 Mi Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
                  28 Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. 
29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro respiro,
30 pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

EXPLICACIÓN.

25 - 30.      Los intelectuales no entienden las obras del Mesías, pero sí el pueblo sencillo. Es la ausencia de todo interés torcido lo que permite discernir el plan de Dios. (11,19b). Los sabios y entendidos (Is 29,14): sus mezquinos intereses inutilizan su ciencia. Me lo ha entregado todo, cf. 1,23: "Dios con nosotros"; 3,17; "mi Hijo", La relación íntima entre Jesús y el Padre, por la comunidad de Espíritu (3,16); sólo conoce al Padre quien recibe el Espíritu de Jesús y experimenta el amor de Dios como Padre. El conocimiento de Dios a través del estudio de la Ley (sabios y entendidos) no es verdadero conocimiento. Se atribuye al Padre o a Jesús o que depende de la disposición del hombre (27). "Cansados y agobiados" por la enseñanza de los sabios y entendidos. Jesús es maestro, pero no domina (28). Yugo, las exigencias que se derivan de su mensaje. Para acercarse a Dios no hay que observar la Ley, basta con acercarse a Jesús.

martes, 28 de abril de 2020

LECTURAS DEL MARTES 28 DE ABRIL DEL AÑO 2020

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Hechos 7,51-8,1.

51 ¡Rebeldes, infieles de corazón y reacios de oído! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo: os portáis lo mismo que vuestros padres.
52 ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y a él vosotros ahora lo hahbéis traicionado y asesinado;
53 vosotros, que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la habéis observado. 
54 Oyendo sus palabras se recomían por dentro y rechinaban los dientes contra él.
55 Pero Esteban, que estaba lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios,
56 y dijo:
                   - Estoy contemplando el cielo abierto y al Hombre de pie a la derecha de Dios.
                  57 Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos y, todos a una, se abalanzaron sobre él,
58 lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos depusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo
59 y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
                  - Señor Jesús, recibe mi espíritu.
                  60 Luego, cayó de rodillas, lanzó un fuerte grito:
                  - Señor, no les tomes en cuenta este pecado.
                  Y dicho esto se durmió.
8   1  Saulo, por su parte, daba su aprobación a la ejecución de Esteban.

EXPLICACIÓN. 

Invectiva final (7,51-53). El paso de la tercera a la segunda persona plural y de "nuestros padres" a "vuestros padres" marca la nueva secuencia. Esteban se distancia definitivamente de los padres de Israel quienes continúan resistiéndose al Espíritu Santo (51). Al igual que sus antepasados persiguieron y dieron muerte a los profetas (cf. Lc 11,47s), ellos se han constituido en traidores y asesinos del Justo (52). La Ley promulgada por ángeles (a diferencia de la promesa hecha por Dios a Abrahán y de la misión conferida por Dios a Moisés), tampoco la han observado (53).

                   La ruptura total de Esteban con la tradición desviada de su pueblo de origen se debe al hecho de haberse opuesto éste, desde un principio, al designio de Dios. El asesinato de Jesús ha dado remate a esta línea idolátrica y desobediente.  


7,54-8,1a.      En contraste con lo sucedido en el caso de los apóstoles (5,33ss), nadie sale en defensa de Esteban (54). Se subraya por quinta vez la calidad eximia de este personaje (55a, cf. 6,3.5.8.10). El cielo avala la denuncia hecha por Esteban, siendo Jesús en su calidad de "el Hombre" quien asume su defensa (55b-56, cf. Lc 22,69).

                      El tribunal considera una blasfemia el dicho de Esteban (57). Primero se produce un conato de linchamiento, a cargo de los amotinados (58a). Luego aparecen los testigos encargados de la lapidación de Esteban, quienes dan visos de legalidad a su ejecución (58b-59a). La acción de "deponer los mantos a los pies de Saulo", en lugar de desnudar al reo, según prescribe la Misná, anticipa la transmisión de poderes y su fusión en una sola mano que tendrá lugar más tarde (cf. 9,1s; 22,5; 26,10.12). Se presenta, así, a un nuevo personaje, Saulo, como perseguidor por antonomasia de la comunidad helenista. La rec. occ. le confiere representatividad: "cierto joven", personificación del fanatismo creciente del judaísmo helenista más ortodoxo. Saulo no es un simple adolescente, sino que hace uso del poder que acaba de serle conferido: también él "daba su aprobación" (recordado en 22,20), la expulsión fuera de la ciudad (58a, cf. Lc 4,29 y 20,15, prolepsis), la invocación a Jesús/Dios (59b, cf. Lc 23,46a), la exculpación de los enemigos (60a, cf. Lc 23,34a), la libre aceptación de la muerte (60b, cf. Lc 23,46b). 

SALMO. 31,3-4.6-8.17.21.

3 Préstame oído, ven aprisa a librarme,
sé mi roca de refugio, mi alcázar salvador;
4 que mi peña y alcázar eres tú:
por tu nombre dirígeme y guíame;
6 En tu mano encomendaba mi vida:
y me libraste, Señor, Dios fiel.
7 Odias a quienes veneran ídolos vanos,
yo en cambio confío en el Señor.
8 Festejaré, celebraré tu lealtad,
pues te fijaste en mi aflicción
velaste por mi vida en peligro.
17 Muestra a tu siervo tu rostro radiante,
sálvame por tu lealtad.
21 En tu escondite personal los escondes
de las conjuras humanas,
los ocultas en tu tienda
de lenguas pendencieras.

Explicación.

31, 2b-5. Se adensa la súplica en siete imperativos de liberación y cuatro sustantivos que componen un espacio metafórico militar o cinegético. El orante se imagina como animal indefenso, acosado por cazadores que intentan matarlo; salta a una peña, busca una roca, cae en la red; alguien lo saca y conduce a lugar seguro (véase v.9). Cabe también la imagen militar recordando las aventuras de David huido por las montañas: 1 Sm 22,4s; 24,23. El paso de una imagen a otra es fluido, las imágenes pierden precisión. "Por tu nombre": puede ser también título o fama; el orante no alega méritos propios, sino peligros, y la fama o prestigio de Dios. 

31,6-9. Los verbos del orante. El hifil de pqd es confiar un depósito a un guardián (Lv 5,21.23). Implica que el guardián es fiel (6b) y que uno se fía de él (7b). El orante deposita, no una propiedad preciosa, sino el "aliento" o vida o espíritu (cfr. Nm 27,16). En fuerte contraste están (a la letra) "quienes guardan soplos vanos" (Jn 2,9). Con los verbos del Señor podemos componer una secuencia: libró - se fijó - se ocupó no entregó - estableció. Verbos ricos de paralelos. P. ej. "fijarse en la aflicción": Ex 3,7; 4,31; Dt 26,7; "entregar en poder" 1 Sm 23,11 "establecer", con resonancia de nombrar: Sal 18,34; 30,8. El "espacio" se opone a la estructura (de 8b y 10a). Llamar a los ídolos "soplos" se encuentra en Dt 32,21 y es corriente en Jr.

31,7 "Odias": leo segunda persona como pide el sentido y recomiendan versiones antiguas.

31,8 Demasiado pronto en el salmo se anticipa la celebración; prepara una pausa.

31,17 "Iluminar el rostro" es mostrarlo benévolo, como el sol un día sereno. La expresión es propia de la bendición (Nm 6,25) y de la súplica: Sal 67,2; 80,4.8.20. Si antes (2) invocaba la justicia, ahora invoca la "lealtad" o misericordia, su correlativa.

31,20-21 En cuatro versos se remonta el orante a una reflexión general en tono admirativo. Domina el tema de guardar, esconder, ocultar, con el correlativo refugiarse y el sustantivo tienda o choza: datos que convergen hacia el templo. Sólo que personalizados: es el asilo "de tu rostro". La "gran bondad": en términos personales evoca la revelación de Ex 33,19; en términos objetivos son los bienes del templo: Sal 65,5. La bondad de Dios se limita a algunos beneficiarios; pues es claro que uno se refugia perseguido, amenzado por otros: "conjuras y pendencias".

 TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El salmo se ha hecho famoso porque el v.6 lo pone Lucas en boca de Cristo agonizante (23,46) y luego en boca de Esteban mártir (Hch 7,59). Dios recibe en depósito una vida, que no se perderá. En la misma línea se puede leer el v.16, y de ahí se extiende a la lectura cristológica y eclesiológica; sólo que corrigiendo el v.18, pues ni Jesús ni esteban piden la muerte de sus enemigos. 
  
EVANGELIO. Juan 6,30-35.

30. Le replicaron:
-y ¿qué señal realizas tú para que viéndola te creamos?, ¿qué obra haces?
31. Nuestros padres comieron el maná del desierto; así está escrito: “Les dio a comer pan del cielo”.
32. Entonces Jesús les respondió.
-Pues, sí, os lo aseguro: Nunca os dio Moisés el pan del cielo; no, es mi Padre quien os da el verdadero pan del cielo.
33. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.
34. Entonces le dijeron:
-Señor, danos siempre pan de ése.
35. Les comentó Jesús:
-Yo soy el pan de la vida. Quien se acerca a mí nunca pasará hambre y quien me presta adhesión nunca sed.

Explicación.

No se esperaban esto; un profeta reclama fidelidad a Dios, no adhesión a su propia persona. Comprenden que se declara Mesías y, para darle la adhesión, exigen un prodigio como los del antiguo éxodo, semejante al del maná, el llamado pan del cielo (Neh 9,15; Éx 16,15; Nm 11,7-8; Sal 78,24). Oponen los prodigios de Moisés a la falta de espectacularidad de la obra de Jesús. Exigen lo portentoso, lo que deslumbra sin comprometer, en vez de lo humano, cotidiano, profundo y de eficacia permanente.


Respuesta tajante (32-33): el maná no era pan del cielo ni dio vida definitiva; ésta la da otro pan que tiene su origen en el Padre y que no cesa de llover sobre la humanidad. El pan expresa el amor de Dios creador; el pan del cielo es una manifestación de ese amor, superior a la del pan material. Deseo ineficaz: quieren recibir el pan pasivamente, sin comprometerse al trabajo ni acabar de dar adhesión a Jesús (34). Este pan es Jesús mismo (35), don continuo del amor del Padre a la humanidad; la adhesión a él satisface toda necesidad del hombre (al contrario que la Ley, cf. Eclo 24,21; cf. Jn 4,13a-14) (35).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 1 Corintios 1,18-25

18De hecho, el mensaje de la Cruz para los que se pierden resulta una locura; en cambio, para los que se salvan, para nosotros, es un portento de Dios, 19pues dice la Escritura:

                 Anularé el saber de los sabios,
                 descartaré la cordura de los cuerdos (Is 29,14)

         20¡A ver un sabio, a ver un letrado, a ver un estudioso del mundo este! ¿No ha demostrado Dios que el saber de este mundo es locura? 21Mirad, cuando Dios mostró su saber, el mundo no reconoció a Dios a través del saber; por eso Dios tuvo a bien salvar a los que creen con esa locura que predicamos. 22Pues mientras los judíos piden señales y los griegos buscan saber, 23nosotros predicamos un Mesías crucificado, para los judíos un escándalo, para los paganos una locura; 24en cambio, para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Mesías que es portento de Dios y saber de Dios: 25porque la locura de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios más potente que los hombres.

Explicación.

El interés principal de Pablo es exponer la doctrina de la cruz, la de un salvador crucificado. Perderse o salvarse dependen de la actitud del hombre: los que se salvan (18) son los que toman por modelo la entrega de Jesús para salvar a la humanidad. No se llega al conocimiento de Dios por vía meramente intelectual, se requiere una opción que permita al hombre recibir la comunicación divina (19).

               El sabio corresponde más bien a la cultura pagana; el letrado, a la judía; el estudioso o "disputador" puede aplicarse a los dos (cf. Hch 6,9; 9,29; 28,29), aunque no hay que precisar demasiado. El mundo este, expresión peyorativa, designa la sociedad existente y se opone al mundo futuro (20). La inteligencia humana no ha comprendido el saber y amor de Dios manifestado en la creación (cf. Rom 1,19s); por eso Dios, para darse a conocer, ha escogido el mensaje de la cruz, manifestación "escandalosa" de su amor a los hombres (cf. v.1) (21). Los judíos no lo entienden: ellos esperaban un Mesías con poderes milagrosos; la muerte del Mesías, Jesús, que consideran un fracaso, es para ellos un escándalo. Los griegos buscan sabiduría, es decir, la verdad en términos filosóficos; que la divinidad pudiera manifestarse en un ejecutado es para ellos locura (22-23). Para los cristianos (24), la experiencia de salvación que han tenido por dar su adhesión a ese crucificado, los convence de que él representa la sabiduría y fuerza de Dios, incomparablemente superior a la humana (25).

Salmo. 40,2.4.7-10

2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.
7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.

Explicación.

40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.

40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.

40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.
Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.

Evangelio. Mateo 28,16-20

(Mc 16,14-18; Lc 24,36-39; Jn 20,19-23; Hch 1,9-11)

16Los once discípulos fueron a Galilea al monte donde Jesús los había citado. 17 Al verlo se postraron ante él, los mismos que habían dudado. 18Jesús se acercó y les habló así:
-Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. 19Id y haced discípulos de todas las naciones bautizadlos rara vincularlos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo 20 y ensenadles a guardar todo lo que os mandé; mirad que yo estoy con vosotros cada día, hasta el fin de esta edad.

EXPLICACIÓN.

16-20. Los once discípulos (cf. 10,1); falta uno, judas el traidor, representante del Israel histórico que ha pedido la muerte de Jesús. El Israel mesiánico se forma sin integrar al antiguo pueblo como tal. Habían dudado (16), como Pedro (cf. 14,21), el escándalo de la cruz. En su vida mortal, «el Hombre» tenía autoridad «en la tierra» (9,6); ahora (cf. 26,64) su autoridad es la del Padre mismo (18): plena condición divina. Misión universal (19), va a cumplirse la promesa hecha a Abrahán (Gn 17,4s; 22,18). Jerusalén, capital de Israel, queda atrás y no va a ser objeto de nueva misión (10,6; 15,24); Galilea abre el camino hacia los paganos. Primer medio para hacer discípulos: el bautismo, que vincula al Padre, fuente del Espíritu, al Hijo, de quien se recibe, y al Espíritu mismo, que potencia al hombre, completa su ser y lo pone en la línea del "Hombre» (cf. 3,16). Segundo medio, la instrucción o enseñanza sobre la práctica del mensaje. Cuanto os mandé, alusión a los «mandamientos mínimos» (5,19), las bienaventuranzas. Los que enseñan esto han de practicarlo (5,19). Promesa para la misión (20b). Así se cumplirá el contenido de su nombre, ¡Emmanuel!: «Dios con nosotros».